CINEMANIA

Por Jonathan Miraval

Una historia de amor juvenil repetida pero atractiva

Si usted ya vio películas como The Notebook, The Last Song, The Best of Me o The Lucky one, entonces en cierta forma ya vio The Longest Ride, la película dirigida por George Tillman Jr. y protagonizada por Britt Robertson (Sophia) y por Scott Eastwood, el hijo de Clint Eastwood (Luke).

Se trata de una historia conocida que involucra a dos jóvenes adultos que, por una razón u otra, no pueden estar juntos. Y hay siempre hay una persona de más edad enamorada o que lo estuvo y alguien que muere. Y casi siempre hay guerras o cartas.
Este tipo de películas son emocionales y hacen que uno llore. Pero la fórmula es tan efectiva que se ha repetido una y otra vez. Siguiendo esa fórmula The Longest Ride presenta un romance y lo hace bastante bien.
Luke (Eastwood) doma toros y es bueno en lo que hace, pero está llegando al punto que su actividad ya lo está lastimando. Eastwood realiza una buena caracterización de Luke. Es un acto capaz, como ya lo demostró en Gran Torino, Fury y Flags of our Fathers.
Robertson es menos conocida, pero su actuación también es buena, aunque en algunos momentos parece que exagera. Mientras Eastwood es sutil y tranquilo, Robertson parece actuar demasiado. Quizá eso es lo que el libreto le pide, pero algunas de las reacciones de su personaje (Sophia) no parecen naturales, sino algo que “solamente sucede en las películas”. Pero eso no disminuye la calidad de su actuación.
The Longest Ride es otra película basada en la obra de Nicholas Sparks, quien también produjo varias de las películas ya mencionadas. En las películas de acción (piénsese en Michael Bays) uno espera explosiones y mucho movimiento.
En las películas de Sparks, uno espera romance y emociones basadas en el amor de los jóvenes.
Si a usted le gustan las películas románticas o las novelas románticas de Spark, entonces quizá le guste esta película. Parece un poco larga, pero es una película que se disfruta. 7/10.