• March 28, 2024

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Más que un hogar…

* Casa de Paz, brinda un espacio para los inmigrantes que salen del Centro de Detención GEO

Casa de Paz es una organización que, gracias a su labor, ha logrado cambiar la vida y la fe de muchas familias inmigrantes, sobre todo, de aquellas que se

han visto afectadas por el sistema de inmigración. Este lugar ha sido un último recurso para encontrar el soporte y lo que un hogar brinda a su familia, aunque en estas ocasiones no haya un parentesco de sangre, pero si con un compromiso tan fuerte, que ha motivado a Sarah Jackson, una joven californiana, en darle refugio y apoyo en varios sentidos a inmigrantes que salen del Centro de Detención GEO y en algunos casos hasta familiares que vienen de otros lugares para ver a los suyos que aún permanecen ahí presos.

En entrevista exclusiva con La Prensa de Colorado, Sarah Jackson no sólo compartió la historia de cómo surgió

la organización sin fines de lucro Casa de Paz, sino también de su apoyo que dio a un grupo de padres de familia para que lograran reunirse con sus hijos separados en la frontera, en donde ella tuvo que viajar por una semana a Texas, y experimentar una acción que llevó muchos sentimientos y lágrimas, cuando finalmente se cumplió con el objetivo.

El momento soñado: madre e hijo reunidos. (Foto cortesía de Casa de Paz a La Prensa de Colorado)

Fue una entrevista donde este medio impreso, tuvo la oportunidad de recorrer Casa de Paz en cada una de sus habitaciones, bien higiénicas y separadas para hombre y mujer, en donde sobre las camas ponen una serie de artículos de primera necesidad, que es parte de la bienvenida y de recursos importantes para su higiene

personal.

Llegó hace 17 años

La cita por fin se logró. El segundo intento fue el bueno. Y, las primeras palabras de Sarah que se fueron guardando en la grabadora, fueron emotivas: “Yo soy una mujer que está feliz cuando las familias están juntas. Yo quería hacer algo en mi comunidad, para que más familias puedan seguir unidas…” Sarah Jackson nació en California y llegó a Colorado hace 17 años, aunque el primer destino con el que se encontró fue Colorado Springs. Desde hace 8 años radica en Denver. Pero ella, entre risas, dijo que ya es de Colorado.

Pero llegó el momento de recordar, de dejar que los recuerdos afloren. “Hace 7 años fui a la frontera de Arizona con México y por primera vez en mi vida veía a familias que estaban siendo separadas por las leyes de inmigración y pensé que no era justo. Yo puedo estar con mi familia en cada momento y también quiero eso para las familias inmigrantes. Después de que regresé de la frontera a Denver fue que inicié con Casa de Paz. Empezamos con un departamento muy chiquito y ahora ya tenemos una casa, la cual rentamos”.

Precisamente en el momento de la entrevista recién acababa de llegar un joven que había salido de GEO y al siguiente

Los recursos que vienen a través de las donaciones logran impactar de una manera positiva al trabajo que se hace a favor de la comunidad inmigrante. (Fotos:LPDC/Germán González)

día tenía que viajar a California, y se le estaba apoyando en todos los sentidos. En la sala, rodeada de una serie de objetos utilizados por todos en Casa de Paz, también se encontraban algunos cuadros con mensajes de agradecimiento de personas que en algún momento encontraron el respaldo de esta organización y que, con su puño y letra, daban las infinitas gracias con letras que suelen emocionar a quien tenga la oportunidad de leerlas.

Sarah recordó, que ella tuvo la oportunidad de visitar la casa El Refugio -en Georgia- y ahí pudo constatar muchas emociones donde reinaba la paz, un ambiente muy positivo, y aunque la familia enfrentaba una situación difícil, era un lugar donde se respiraba mucha paz. Y lo pudo constatar cuando reunidos en la cena, junto con voluntarios, vio que el ambiente era sano. De ahí que naciera el nombre propio de su organización de Casa de Paz. Fue en 2012 cuando comenzó con su reto.

Los primeros “inquilinos”. Se trataba de una familia proveniente de Oklahoma, donde el padre de la familia estaba en el Centro de Detención GEO. La familia se encontraba en una situación difícil, ya que el principal sostén del hogar era el padre. La familia ya no podía vivir ahí, sin los servicios de agua, luz, entre otros. Pero personas de su comunidad se unieron y les ayudaron con dinero recolectado para que la familia pudiera adquirir gasolina y emprender el sueño.

Ya en GEO en Aurora, Colorado y tras cumplir con su tiempo de visitas, la misión ahora era de buscar una calle donde pudieran dormir, pero una persona del mismo Centro de Detención les habló de Casa de Paz y pudieron pasar la noche bajo el cobijo de un hogar, con comida caliente y un lugar seguro.

“Para mí esto son de sentimientos encontrados. De un sentimiento triste por la situación que viven estas familias y feliz porque podemos abrirles mi casa a

Sarah Jackson, una joven de California, con una misión con mucha calidad humana. (Foto cortesía de Casa de Paz a La Prensa de Colorado).

las familias”, acotó la entrevistada. Sarah Jackson también dijo que son muchos los retos que enfrenta, por ello tuvo la visión de darle vida a la Liga de “Volleybal Internacional”, la cual con lo que se logra recaudar se ayuda para pagar costos de la casa. Empezó la liga hace 4 años y en su primera temporada inició con 6 equipos; en la actualidad cuenta con 74 equipos, jugando los martes, jueves y domingo.

Los niños de la frontera

Ante la pregunta obligada de ¿Qué piensas sobre el caso de los niños que son separados en la frontera?
La respuesta fue difícil de responder. Incluso, se tomó un tiempo para opinar. “No tengo palabras. Es algo difícil de responder. Es algo que no me lo puedo imaginar. Son familias que decidieron venir a este país (EE.UU.) porque en sus países no pudieron continuar, es para tener una mejor calidad de vida, no vinieron de vacaciones. Yo no soy mamá, pero mi hermana tiene su bebé –Gabi- y si mi hermana no pudiera estar con su hija yo voy a luchar por ellas, y si voy a luchar por mi hermana, también voy a luchar por las familias de la frontera”.

La entrevistada señaló que en Casa de Paz se juntó dinero para pagar la fianza de algunos padres que estaban separados de sus niños. Eran 17 padres que buscaban a sus hijos, y a quienes se les ayudó, además de comprarles sus boletos de avión para que se reunieran con sus familias en diferentes estados.
Se trataban de dos grupos. Un grupo de padres que fueron liberados de GEO –en Aurora, Co- y otro grupo que directamente del Centro de Detención fueron enviados a Texas, el punto donde se reunirían con sus hijos. “Yo fui con el grupo de padres que estaban en Colorado”, dijo.

Llegó un momento especial, emotivo y que pudo terminar con un momento muy sensible.

El apoyo de los voluntarios es crucial para la labor y misión que se tiene. (Foto cortesía de Casa de Paz a La Prensa de Colorado)

Sarah, de su celular, mostró un video de una madre de familia y su hija (la que aparecen en la fotografía de este reportaje). Por un largo rato sólo el llanto se escucha de la mamá. Para Sarah, se veía que era un momento muy difícil. La madre de rodillas, abrazaba a su hija de pie. Un video muy emotivo, pero que también deja que un sentimiento aflore y surja la pregunta de ¿Por qué se permite esto?

“Fueron 5 niños los que finalmente se pudieron reunir de nuevo con sus papás. Todos eran de Centroamérica y van a pelear sus casos de asilo. Todos tienen familiares en Estados Unidos”, dijo Sarah, quien además agregó: “Casa de Paz ayudó a 22 padres de familia, 5 que se reunieron en Texas y 17 que llegaban de Colorado. No es mucho, pero con que se logre apoyar a uno, podemos cambiar la historia de alguien”.

Sarah Jackson dice que se siente feliz por el trabajo, por jugar voleibol, tener una liga femenil y otra mixta; además de poder contar con alrededor de 600 voluntarios, que cada día marcan una diferencia, al traer la cena, ropa, de llevar al aeropuerto a los huéspedes, entre otras acciones y de poder convivir con personas de varias culturas, países, religiones o sin religión.

En los momentos que Sarah nos muestra la habitación de las mujeres. (Foto:lLPDC/Germán González).

Su sueño: Poder comprar una casa. Actualmente rentan donde le dan vida a Casa de Paz. Así se tarde de 5 a 20 años, lo logrará. No quiere comprar una a crédito, busca hacerlo al contado, por ello se da a la tarea de ahorrar. “No me quiero morir sin antes lograr este sueño”, acotó.
Finalmente, dijo que ya se trabaja en un libro sobre la historia de Casa de Paz con una editoria de Nueva York, y mientras tanto ella seguirá trabajando y “tenemos que crecer como comunidad, donde los inmigrantes se puedan sentir confortables y que cada persona pueda hacer parte de este sentimiento en Colorado y quien quiera visitar Casa de Paz puede hacerlo, para platicar con los huéspedes, llevar una cena, darles una nota de bienvenida, o en su caso, jugar en su liga de voleibol y todo para apoyar a los inmigrantes que suelen hacer de Casa de Paz su hogar, aunque sea por un día…”

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