• March 28, 2024

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A un año en el SANTUARIO

• Al cruzar por México, tuvo
que darle a un policía federal
50 dólares para seguir su camino

Araceli Velázquez salió huyendo de El Salvador por la violencia que ahí impera. El cruce para llegar a los Estados Unidos no fue fácil, ya que vivió muchas experiencias difíciles, desde intentos de abusos, hasta de la corrupción de la Policía Federal Mexicana, que para dejarla seguir con su ruta le tuvieron que quitar los 50 dólares que llevaba. Hoy en día, Araceli ya lleva un año en un Santuario en Denver, ella sigue persiguiendo sus sueños, que van de la mano de su familia y quizás, si Dios quiere, en un futuro hasta alguno de sus hijos pudiera llegar a la Presidencia de este país, cuya actual Administración federal busca deportarla.

En el interior de la Park Hill United Methodist Church, acompañada de sus tres hijos, Araceli saca del baúl de los recuerdos, no solo esos doce meses que

Araceli Velázquez salió huyendo de El Salvador por la violencia que ahí impera. (Fotos:LPDC/Germán González)

lleva dentro de esta iglesia, que se ha convertido en su hogar; sino también se desprende de sus sueños, de sus inquietudes y vivencias para relatarlas en La Prensa de Colorado.

…Venia huyendo
de la violencia

“Yo decidí venirme de El Salvador, porque venía huyendo de la violencia. Ya tengo ocho años de haber entrado a este país (Estados Unidos), que fue en el 2010. Cuando quise entrar, inmigración me agarró, pero por mi situación yo pedí asilo y fue aceptado, pero desafortunadamente por un mal trabajo de los abogados de acá, yo perdí el asilo”, dijo, al mismo tiempo que sus tres hijos jugaban en una sala, que forma parte de los espacios donde Araceli puede moverse con la libertad que ella quiere.

Al tratar de pedirle mayor información sobre el tipo de violencia que ella vivió, se puso seria y con la voz entrecortada, aseveró: “Eso yo lo tengo muy privado, porque hasta el día de hoy me lastima mucho, porque ha sido muy fuerte lo que yo viví en El Salvador”.

Recordó nuestra entrevistada, que paso como un mes y medio para llegar a la frontera estadounidense. Recorrió Guatemala y México y cuando decidió buscar la frontera, fue cuando agentes de Inmigración la agarraron, junto con otras personas que venían igual que ella, con la esperanza de cruzar la frontera y llegar al “sueño americano”.

“Yo pasé como una semana esperando pasar la frontera y sin comida…”

De pronto, surge otro recuerdo y de ello, Araceli nos lo comparte. “Es muy difícil por todo esto que hemos pasado, porque uno viene de un país muy lejos y pasamos de una cultura a otra; de Guatemala a México y uno siendo mujer, siempre se pone en riesgo de que puedan abusar de uno. Pase muchas situaciones por personas que quisieron abusar de mí. Fue muy duro, ya que también pase mucha hambre y sin dinero resulta más difícil”, acotó.

Araceli Velázquez, hizo el trayecto en autobús; evitó la odisea de subirse a la “bestia negra”, al peligroso tren. Pero eso no fue motivo para vivir una desagradable experiencia y de ello, nuestra propia entrevistada nos lo narra… “Yo me vine en bus, pero recuerdo que durante el camino me detuvo la policía mexicana, eran los federales y traía conmigo 50 dólares y para que no me detuvieran se los tuve que dejar y de esta forma me dejaron que siguiera con mi camino. Aunque no recuerdo en qué lugar pasó eso”.

Al tocar el tema de la odisea que sufren los centroamericanos en su travesía como inmigrantes y con cierta melancolía, por su experiencia misma y lo que vio y sufrió dentro de su largo caminar, dejo en claro lo mucho que se sufre, y más porque son muchos los niños y mujeres embarazas que pasan por esta difícil situación… “yo pasé como una semana esperando pasar la frontera y sin comida.

Unas personas también nos robaban dinero cuando iban a comprar nuestra comida. Nos decían que gastaban una cantidad y no era cierto, era menos y de esa forma nos quitaban parte de nuestro dinero…”

Araceli dejo en El Salvador a sus padres. Ella hizo su travesía sola. Tiene cinco hermanos, cuatro hombres viven en EE.UU. y su hermana en Colombia.

Su hogar por
doce meses

El Santuario de la Park Hill United Methodist Church, es el único sitio que Araceli ha permanecido ahí para evitar que las autoridades de Inmigración la

Las nuevas medidas del actual Presidente le han afectado en su situación migratoria. (Foto:LPDC/Germán González).

deporten. Ha sido su hogar durante doce meses.

“Yo he estado peleando con ICE durante todos estos ocho años, apelando y apelando. En enero de 2006 era mi salida ya, tenía que presentarme para salir y fue entonces que yo decidí moverme de apartamento porque ya nos tenían bien identificados. Tuvimos que tener que movernos tan rápido, que hubo algunos momentos tuvimos que quedarnos a dormir en el carro. Para este momento, yo ya tenía ocho meses de embarazada. Pero ya llegó el momento en

el nuevo lugar donde vivíamos que llegaron un día a tocarnos la puerta los agentes de inmigración; al abrir pensando que era la gente de mantenimiento, pero no, eran dos agentes, que hasta en ese momento aventeé la puerta y la cerré.

En ningún momento el oficial trató de abrirla”, agregó, al mismo tiempo de añadir que… “Tuve que hablarle a mi esposo y al llegar, un oficial se le puso al frente y otro atrás. No había de otra, tenía que abrir. Finalmente abrí la puerta y un oficial dijo que no me iban a deportar e incluso me abrazó. Me dijo que me calmara, que si necesitaba ayuda, que si quería que llamara a la ambulancia, que todo estaba bien. Yo les decía que no me detuvieran. Un oficial me dijo de nuevo que no me iban a detener, que tenía un récord limpio y que me habían seguido por mucho tiempo y era una buena mamá. Solo querían que fuera a su oficina y llegáramos a un arreglo. Así fue, acudí con un abogado y finalmente me dieron un permiso de trabajo por un año.

Después del año, ya no me quisieron renovarlo en julio de 2017, por no reabrir el caso y, sobre todo, por las indicaciones de la nueva Administración federal, en la cual ha dado las órdenes que todos aquellos que tienen una deportación, tienen que salir del país. Me ha afectado la nueva política del Presidente Donald Trump. Yo pienso que, si hubiera seguido la Administración de Obama, esto no hubiera pasado, me la hubieran renovado”.

Araceli entro al Santuario el 8 de agosto de 2017. Un día después, ella tenía que presentarse para enfrentar la deportación. A una semana, recordó, no encontraba a las personas del santuario y sabía que tenía que escoger la decisión más difícil de su vida. “No me era fácil encerrarme en una iglesia por todo lo que yo había vivido en mi país y fue como otro trauma, más por mis hijos, ya que cuando yo estaba en El Salvador todo lo que enfrenté, lo hice estando sola”. Ella siguió muy de cerca los casos de Arturo y Jeanette, por lo que buscó un plan b por si las cosas no le salían bien y los contacto finalmente; recurrió también a la Llamada de Respuesta Rápida de CIRC y luego a Jenifer Pipper, hasta que logro buscar el refugio en la iglesia antes señalada.

Araceli Velázquez se ha refugiado en el Santuario de la Park Hill United Methodist Church.

Ahora, dijo, se siente segura en este Santuario, donde vive con sus tres hijos, de 5 años, de 3 y medio y dos años, respectivamente. “Aquí me protegen, me siento muy segura, han sido muy unidos con mi familia, los pastores dan hasta la vida por nosotros, que ahora tengo un sueño muy bonito, que cuando salga de este santuario, quiero casarme aquí con mi esposo”, añadió.
También cabe destacar, de acuerdo a Araceli, esta iglesia es muy bondadosa, que hasta brindan refugio a alrededor de 25 mujeres para que pasen la noche y eso, ha hecho que ella se sienta más bendecida, por lo que “yo soy rica de amor y me siento afortunada por este apoyo”.

Finalmente dijo tener un sueño… “si y se trata de ver a mis hijos realizados y al final que pueda decir que lo que hice, valió la pena al verlos convertidos en buenas personas y quizás, hasta pensando que pudieran ser Presidente. Yo pienso muy positivo de mis hijos…”

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