González-Flores Recién se había unido a la familia de La Prensa de Colorado. Pedro Apodaca, renovado y con un espíritu guerrero, llegó con la misión de poder cumplir con sus expectativas, pero sobre todo, porque tuvo la oportunidad de ejercer también el ejercicio periodístico, con la libertad misma que sus sueños así lo ameritaban,
Mary Flores, propietaria de esta Casa Editorial le delegó el cargo de Director de Ventas, además de confiarle buscar eventos con los cuales La Prensa de Colorado pudiera extenderse a otras áreas; había proyectos y empezaba a encaminarse, reencontrarse con la venta de publicidad y con aquellas empresas que habían confiado en su profesionalidad.
Precisamente, el periódico cumplía cuatro años de vida, ahí Pedro fue presentado oficialmente y se le hacía entrega del gafete con su nuevo cargo.
La relación laboral fue corta, de muy poco tiempo; pero a Pedro, el amigo y compañero se le conocía desde muchos años atrás, por ello la confianza de que él pudiera unirse a este equipo cuando él lo consideró correcto. Así fue. Así llegó y así se fue, con esa magia de un gran amigo, de un confiable trabajador, de un padre de familia responsable y sobre todo, de un hombre de principios y sueños.
Descansa en Paz, amigo comunicador y un padre ejemplar, que siempre estuvo al pendiente de su familia.
