“Sin promesa, sin fechas, y nada de acciones ejecutivas; criticó, una vez más, a los
republicanos de no hacer nada por la reforma migratoria”
Sin comprometerse a más allá de algo concreto y mucho menos a cruzar una línea de promesa por una reforma migratoria, el Presidente Barack Obama anunció, en plena efervescencia mundialista, que tomaría medidas ejecutivas relacionadas con el sistema de inmigración, por dijo que, el “país no puede esperar al Congreso” y de paso, criticar a los republicanos, en el sentido de que les ha faltado voluntad para votar a favor de una legislación sobre dicha reforma.
Su discurso congeló la transmisión que en ese momento y por ejemplo, Univisión pasó en vivo su mensaje.
Había curiosidad y más ilusión por escuchar algo concreto. Algo más que prometedor. Una acción ejecutiva.
Sólo un mensaje más. Reprochó el hecho de que los republicanos de la Cámara de Representantes se nieguen a aprobar una ley, cosa que mencionó es malo para el país, para la economía y malo “para nuestro futuro”.
El mensaje enviado desde la Casa Blanca, también ventiló que “aunque seguiré empujando a los republicanos de la Cámara baja para dejar de lado las excusas y actuar, Estados Unidos no puede esperar para siempre a que actúen.
Así que hoy comienzo un nuevo esfuerzo para arreglar todo lo que pueda nuestro sistema migratorio, sin el Congreso”.
Como se recordará, la semana pasada el mismo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, informó a Obama de que su partido seguirá evitando un voto en ese hemiciclo este año, según informó la Casa Blanca y confirmó la propia oficina del legislador.
Según Obama, en estos momentos hay suficientes republicanos y demócratas en dicha cámara listos para aprobar, si es necesario, hoy mismo una reforma migratoria. Es más, extendió la posibilidad. El mismo Obama la firmaría hoy mismo, y con ello, agregó el mandatario federal, resolvería un problema de manera bipartidista.
Barack Obama, dentro de su discurso también aseguró que ha evitado presionar a Boehner durante mucho tiempo, con el fin de “darle el espacio que necesita para que otros republicanos se apuntaran a la causa”.
Y, volvió la recriminación. Contra los republicanos que no han demostrado estar dispuestos en hacer lo mejor para el país.
Habló de un primer paso, ya no de una promesa. Señaló que su primer paso será encargar al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, incluso al mismo fiscal general, Eric Holder, desplazar los “recursos de seguridad disponibles y apropiados desde el interior (del país) a la frontera”.
Proteger la seguridad pública y deportar a los criminales peligrosos, esa es una prioridad. La de asegurarse de hacer lo necesario para mantener una frontera segura.
En segundo lugar, Obama ha ordenado a Johnson y Holder “identificar acciones adicionales” que la Administración puede tomar por su cuenta “para hacer lo que el Congreso se niega a hacer y arreglar el sistema migratorio”.
Espera las recomendaciones antes del final de verano. Recalcó que si el Congreso no hace su trabajo, al menos esperan hacer ellos el suyo. Pero no hubo nada en concreto. No hubo nada más que eso.