Por Pastor Pedro H Gonzalez
Muchos de nosotros vemos nuestra vida pasada y recordamos cosas muy puntuales, el abrazo de un padre, las palabras amorosas de una madre, quizás la ausencia de lo uno o de lo otro, los apodos o sobre nombres por los cuales éramos reconocidos cuando chicos, la manada familiar y un largo etc. de recuerdos que se han hecho parte de lo que somos hoy día, ahí radica parte del problema de nuestro presente y también de nuestro futuro, si dejamos que todo eso nos siga marcando entonces estaremos siendo esclavos del pasado, de lo que otros pensaron acerca de mí, de lo que otros pudieron darme o quitarme y no de lo que Dios piensa de mí, no de como me ve El, no de como me creo y desde luego estaré alejado de los planes de Dios para mi vida, no porque no existan sino porque yo le he dado mas importancia al plan, la creencia y la visión del mundo para mi que a lo de Dios. El error será mío y el resultado lo sufriré yo mismo.
Así ocurre con esta generación de chicos que hoy día se esta levantando y que llamamos mileniales; ellos deben ser para nosotros lo mas importante, pieza clave en la que debemos trabajar sin descanso y con mucha sabiduría.
Hemos perdido generaciones enteras y lo que vivimos hoy es el resultado de eso que nuestros padres hicieron y no hicieron con nosotros y de lo que los abuelos hicieron y no hicieron con nuestros padres. El problema de fondo es generacional.
La cultura del mundo sí que ha sabido trabajar en ellos para dar como resultado un mundo al revés, el mismo que aún estamos a tiempo de recuperar, pero no se lograra si seguimos repitiendo los mismos errores.
Se hace necesario entonces que volvamos nuestro corazón hacia los hijos, que empecemos a prestar mas atención a sus necesidades que a sus deseos.
Una buena forma seria recuperar la comunicación al interior de los hogares, hoy eso se encuentra roto gracias en buena parte a la tecnología, internet, celulares, redes sociales y todo lo que conocemos hoy como el mundo virtual, ellos prefieren estar conectados con los de afuera que con los de adentro, y es que han percibido que en los de adentro no hay un genuino interés por sus necesidades, por sus inquietudes, sus anhelos y expectativas, esa es la mayor porción del total de componentes que rompen la comunicación entre padres e hijos. Hoy día los padres se han desviado del verdadero papel de un padre y ha preferido llenar ese vacío con “cosas” que de ninguna manera podrán suplir lo que ellos en verdad están buscando y en algunos casos, desesperadamente anhelando.
Un abrazo, unos minutos extras de conversación en la noche, un tiempo mas en la mesa del comedor de la casa, una tarde juntos simplemente caminando por el parque del vecindario, lograran abrir el corazón de los hijos y sorprender a un padre al darse cuenta de la profundidad del momento existencial de sus hijos.
Sin embargo, en muchos de los casos esto no será ni siquiera considerado porque hacerlo supondría dejar de trabajar unas horas y ganar unos cuantos dólares menos, o quizás dejar de pasar un tiempo de viernes con los amigos, total mi hijo está ahí y puede esperar; para eso el tiene bastantes amigos, total que tampoco me pone mucha atención.
Usted sabe de que le estoy hablando, usted sabe que le esta robando el tiempo de sus hijos, estamos siendo asaltados, lo que nos están robando es nuestros hijos y nosotros como si estuviéramos anestesiados, hemos hecho la vista gorda y nos llenamos la cabeza de toda clase de pretextos para evadir la responsabilidad y la realidad.
El tejido social se está rompiendo, lo sabemos pero parece que no nos importara, los abortos son la cosa más común hoy día, nuestros hijos están siendo adoctrinados en antivalores que ahora son “ensenados” en las escuelas, les están distorsionando el pensamiento, los están sometiendo a una sobrecarga de mentira que da como resultado una visión borrosa que les impide ver la verdad, pero el grave problema es que parece que hicieron también con nosotros esa labor primero porque no nos importa, la familia, el modelo perfecto de Dios está siendo desmantelada y lo peor es que nosotros somos los que proveemos todas las condiciones para eso.
Usted compra las computadoras, las tabletas, los celulares, usted los manda a la escuela sin ni siquiera hacer una oración con ellos, usted los ve llegar de la escuela y no se da cuenta de su mirada perdida buscando una mano amiga o queriendo ya eludir del todo la pregunta “como te fue hoy en la escuela” porque saben que a la respuesta “bien” le seguirá un :que bueno” y un silencio ausente que le va a recordar a su hijo que padre y madre son un cuerpo llenando un lugar en el espacio pero no un lugar en el corazón del hijo. Este articulo no es para muchos, quizás ni siquiera para unos pocos, de repente es para un solo padre o una sola madre, a fin de que él o ella puedan despertar y voltear a ver a su hijo; la pregunta es ¿será usted ese padre o esa madre? Yo ruego a Dios que así sea.
Un fuerte abrazo, si tiene opiniones o preguntas respecto a este articulo no dude en llamarme al teléfono 720-218-3890. Espero oír de usted si en alguna forma este articulo ha tocado una fibra de su corazón.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino, localizada en el 3600 S Clarkson St Englewood Co 80113. Horarios de servicio Domingos 12:30 pm Le esperamos.