Por Pastor Pedro H Gonzalez
Ya es diciembre, que rápido se va el tiempo, y aunque todos tenemos la misma cantidad de tiempo (24 horas al día) no todos tenemos el mismotiempo (de vida) por eso es tan importante aprovecharlo bien, entendiendo que es solo uno de los muchos recursos que Dios pone a nuestra disposición.
Si es cierto que el tiempo es oro, entonces pasar una hora sin hacer nada es un despilfarro muy costoso.
Pensemos en algo, Dios nos ha dado una serie de recursos y espera que seamos buenos administradores de ellos. Le pido que enumere algunos de ellos: talentos, tiempo, capacidad, entendimiento, familia que incluye hijos, cónyuge, hermanos, padres, nos dio amigos, en la mayoría los cinco sentidos, intelecto, y la lista es larga así que voy a cortar dándole espacio para que usted le incluya algo de su propio manantial.
Pero dese cuenta que todos esos recursos nos fueron dados en administración, no son nuestros. El salmo 24 nos deja saber que de Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que En el habitan, es decir que nada es nuestro.
Un concepto que se ha perdido de vista para los creyentes de cada religión es el del Señorío de Dios, lo llamamos Señor, pero no hemos entendido lo que eso significa y menos aún, la posición en la que eso nos deja, simples administradores de bienes que le pertenecen a Él por entero. Señor significa el dueño.
¿Porque estoy escribiendo esto? Porque estoy hablándoles a empresarios, a gente que tiene en su mente sacar una empresa adelante y sin este conocimiento y esta verdad será muy difícil que lo haga.
Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para El Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo El Señor servís”
El texto bíblico nos habla a todos, y nos pide lo mismo a todos, pero yo lo voy a explicar en el contexto del empresario, de aquel que ha decidido salirse del común y está dispuesto a enfrentarse a trabajar por algo más grande y a correr riesgos que no todo el mundo está dispuesto a asumir.
La primera cosa que nos pide el texto es poner el corazón en todo lo que hacemos, si uno va a hacer empresa debe poner el corazón en ello.
Hacer empresa es una tarea del corazón y eso quiere decir que para el empresario hacer empresa es su tesoro. Mateo 6:21 Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Algo más nos dice el texto y es que no trabajamos para los hombres, es decir ellos no son nuestro jefe, a ellos no damos cuentas, a ellos no nos interesa satisfacer, porque además según el texto mismo de ellos no viene nuestra recompensa, es decir nuestra ganancia por muy difícil que nos parezca no viene de parte de los hombres, llámense clientes, empleados o proveedores. Esto nos deja claro el camino de nuestra ganancia y nuestra posición en la empresa, aunque su título sea el que sea, jamás dejaremos de ser los administradores de la empresa o empresas de Dios, de sus negocios.
Si usted mantiene esa posición y la cumple con la responsabilidad y el denuedo que ella exige, le puedo ASEGURAR que ese negocio jamás ira mal, no se trata de que usted haga a Dios socio de la empresa, se trata de que entienda que la empresa aun antes de que sea fundada le pertenece a Él, no se la ofrezca solo no se la arrebate, no pretenda decir que es suyo lo que no es, porque de lo contrario estaría actuando como un usurpador, pero si mantiene claras las cosas, entonces no estará preocupado, ya que Él está a cargo del buen funcionamiento de la empresa, sus ideas serán iluminadas por aquel que mejor sabe administrar recursos humanos, financieros y circunstancia como tiempo y demás.
No se engañe, nada de lo que decimos ser nuestro es en realidad nuestro, Él es El Señor, el dueño de todo. Él no es su socio, usted es en verdad el mayordomo de los negocios del Padre, Jesús dijo: “En los negocios de mi Padre me es necesario estar. Usted y yo también debemos estar en los negocios del Padre, ocupados con rigor y responsabilidad en aquello para lo que fuimos creados, y sirviendo desde la plataforma en la que Él nos ha posicionado.
El tamaño inicial de la empresa o negocio no importa, lo que realmente cuenta es la mentalidad con la que usted entre a esa empresa o negocio, de ello va a depender el éxito verdadero de la tarea. El que es fiel en lo muy poco en lo mucho será puesto. Acometa la tarea de sacar adelante el pequeño negocio como si fuese la empresa más seria, grande e importante que hay sobre la tierra, sabiendo que no es suya, sino que usted es solamente el administrador, si lo hace así, no tema porque los negocios de Dios nunca fracasan.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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