Por Pastor Pedro H Gonzalez
Un abrazo cálido y sincero para nuestros lectores; creo que nunca antes había deseado de manera tan genuina dar un abrazo, pero llegara el tiempo en que podremos abrazarnos de nuevo, la pregunta es si seremos capaces de abrazar genuinamente.
Nos enfrentamos a una situación única en la historia, los gobiernos que se creían estar preparados para manejar crisis de cualquier índole se ven abatidos ante el avance de un microscópico virus que ha arrastrado a las economías mas fuertes del mundo (China, USA, Unión Europea) a un hueco del que hasta ahora no se conoce su profundidad. Los negocios grandes y pequeños están diseñando sobre la marcha estrategias de prevención del contagio y también de mercadeo de sus productos en un ambiente que no estaba presupuestado; los sistemas de salud de países desarrollados se ven sobrecargados de enfermos, y artículos tan básicos como el papel higiénico, el jabón de manos y las mascarillas se han vuelto artículos de primera necesidad.
En otras palabras el escenario es por describirlo de alguna manera apocalíptico; y sin embargo tenemos claro que Dios sigue en el trono, inmutable, sin fruncirse y sin que esta situación lo tome por sorpresa o lo desborde.
Una amplia mayoría de gente me criticara por decir esto, otra tanta me preguntara a que me refiero y algunos me entenderán.
Cuando los seres humanos como sociedad enfrentan este tipo de retos se le suele echar la culpa a Dios, unos con mente religiosa dirán que Dios esta pasándole factura al mundo, que su ira se ha desatado y que el fin se acerca. Permítame explicar desde la perspectiva del evangelio del Reino lo que esta pasando.
Cuando Dios creo la tierra como sistema, puso en ella unos códigos de defensa contra los abusos, al igual que en el cuerpo.
En medicina a ese sistema de códigos se les llama sistema inmunitario, y está diseñado para atacar todo aquello que viene de afuera para alterar el sano funcionamiento del cuerpo. Este sistema logra neutralizar agentes externos que pudieran ser dañinos y se vale de fiebres, vómitos, mareos y otros síntomas que jamás serán la enfermedad sino muy al contrario el sistema de salud de un cuerpo saludable avisando que adentro algo está mal y se puede echar a perder todo.
Cuando un cuerpo presenta alguno de estos síntomas la persona es llevada al hospital y después de algunos exámenes se encontrará que tiene. Jamás la fiebre o un vomito serán catalogados como enfermedad, ellos son solo síntomas que avisan del mal funcionamiento del cuerpo para que así el cuerpo pueda buscar medicina y sea sanado.
La tierra esta diseñada de la misma manera, con un sistema de defensas bien organizado y pensado por una mente brillante y poderosa, la mente de Dios.
Si hoy el planeta enfrenta una pandemia no es por culpa de Dios, es por culpa del hombre que no ha podido entender el correcto funcionamiento del planeta. Son los anhelos de riqueza de parte del hombre quien recibe este tipo de instrucción pero no la discierne y por tal razón sigue errando y cayendo.
Quiero dar buenas nuevas, el virus no vino para quedarse, no va a acabar con el mundo pero si que vino para cambiar muchas cosas y de eso necesitamos estar conscientes.
Como administradores de este bello planeta, rompimos todos los modelos, hicimos añicos los propósitos y nos volamos por la barda el propósito eterno de Dios, como resultado y para prevenir daños mayores el planeta reacciona y en su sistema de defensas produce este virus. Por los últimos años avanzamos lenta pero seguramente hasta este punto, tenia que pasar dadas las condiciones a las que habíamos expuesto al planeta, no había reversa y lo peor es que si no entendemos nos veremos abocados a una situación mas critica. Tenemos un grado de responsabilidad en términos de MAYORDOMIA de la tierra al que hemos fallado. Los manuales de funcionamiento son necesarios para el buen funcionamiento de cada aparato eléctrico o electrónico que compramos, si no los leemos no podremos darle el uso adecuado a los aparatos. La tierra en su conjunto, con cada reino que ella contiene a la manera de sistemas interdependientes tiene un manual de uso se llama biblia y nosotros no la leemos y aun así queremos que el planeta funcione sin producir este tipo de eventos. Eso se llama orgullo, arrogancia y soberbia y tiene sus frutos, esos son los que estamos comiendo hoy.
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