Por Pastor Pedro H Gonzalez
Hola mis amados lectores, hasta aquí hemos avanzado y de que manera en una fase exploratoria sobre lo que es y lo que no es el Reino de Dios.
Hay que decir que no es un sitio físico, sino mas bien es un ámbito de vida, una posición, todo un concepto de autoridad y gobierno al que se accede desde la mente cambiando el pensamiento. Una vez que hemos transformado nuestro entendimiento acerca del Reino, nuestra vida dará un cambio radical, algo así como un giro de 180 grados.
Dos cosas nos confirman lo que le expongo aquí; Jesús dijo: Arrepentíos el Reino se ha acercado. Hasta ahí según vimos la semana pasada el tema era cambiar de pensamiento respecto a la cosmovisión cultural, económica y de toda índole.
También Jesús instruyo a sus discípulos según se relata en Mateo 13:45-46 También el Reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compro.
En este caso el mercader es cada uno de los hombres que está en constante búsqueda de cosas que le den satisfacción (buenas perlas, es decir religión o placeres mundanos) pero sin lograr encontrar algo que nos satisfaga de tal manera que podamos abandonarlo todo. Sin embargo al encontrar la verdad, la sustancia, el camino, la vida misma que es Cristo como fundamento del Reino (la perla preciosa) vende todo lo que tenía, es decir abandona todo para poder comprar, para obtener, para quedarse con esa perla preciosa.
Todos nosotros somos ese mercader, cada uno de nosotros busca incesantemente con brujos, con religión, con fetiches, con horóscopos, con política, con música, licor, drogas juego, con filosofía y con que se yo cuantas cosas más, la satisfacción temporal que en nada alivia nuestro mas intimo anhelo de una perla preciosa. Es como el que durante toda su vida busca un amor y en medio de todo sufre, una decepción tras otra hasta que finalmente encuentra el amor de su vida. Esa persona es capaz de dejar todo con tal de juntarse a aquel o aquella que sabe es lo que andaba buscando.
Encontrar el Reino de Dios es encontrar la libertad anhelada, el motivo de vida, la nueva naturaleza y saber que ahí pertenecemos. Ahora, una vez que se encuentra el Reino también se descubre el propósito eterno y nuestra alma, mente y espíritu se enfocan en ese propósito, allí es donde una vida se hace verdaderamente valiosa, útil y productiva; créame que no le estoy tratando de motivar a nada, yo solo le cuento que lo que desde mi experiencia personal es encontrar el Reino de Dios.
En esa realidad es donde se empieza a manifestar lo que verdaderamente somos, el mercader al encontrar la perla preciosa ha cesado su búsqueda, ya no necesita buscar nada más, ahora tendrá paz, y eso es lo que ocurre a todo aquel que encuentra el Reino, ya llego pero ahí no acaba su historia, ahí solo empieza el disfrute de su búsqueda finalizada. Las posesiones ya no cuentan pues ya no existen han sido vendidas, el mismo no se pertenece, ahora el pertenece a su objeto de búsqueda, ahora el esta por encima de los que todavía siguen buscando lo supra, lo mas alto, lo de arriba; y él sabe que allá no llego por sus obras sino por un regalo que no merecía (gracia) lo que lo hace aún más disfrutable.
Cuando se ha encontrado el Reino ahora la segunda etapa es mostrarlo. Uno no compra una perla preciosa para tenerla guardada, es para exhibirla, a eso se le llama la manifestación y es precisamente lo que la creación está esperando; la manifestación gloriosa de los hijos.
Le hablo del gobierno de los hijos, de la naturaleza del Padre que solo los hijos pueden expresar sin esfuerzo y sin que sea algo falso o una postura.
A ese punto se llega por gracia y se disfruta a plenitud, desde la posición a donde fuimos llamados y elegidos, no hay ninguna mas alta ni de mayor gozo.
Ojala usted amado lector pueda disfrutar un día de esa posición, todo lo que necesita hacer es cambiar su pensamiento, dejar atrás la búsqueda y confesar, creyendo que Jesús es el Señor de su vida, creer que así como el resucito de los muertos también usted puede resucitar.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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