Por Pastor Pedro H Gonzalez
Lucas 8:1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del Reino de Dios, y los doce con él.
Seguimos en la tarea de mostrar lo que para Jesús era importante y podemos ver que para El muy pocas cosas tenían tanta importancia como anunciar el Reino de Dios. Esa verdad se desprende del énfasis que El ponía en ese tema específico.
Mucho se ha hablado y también predicado sobre el Reino pero si no tomamos las enseñanzas de Jesús acerca del tema, me temo que estaríamos hablando según nuestros propios conceptos e ideas de lo que pensamos o creemos que es el Reino y quizás nunca llegaríamos a establecer lo que verdaderamente es.
En Juan 18:36 el nos dice: “Mi Reino no es de este mundo” y aquí tenemos varias cosas que el texto ensena, primero que el Reino de los cielos esta por encima del concepto mundano de reino, segundo que no es de una esfera terrestre, lo cual no quiere decir que pierda la fuerza de ser como reino.
La tierra es un mundo inferior a lo que el Reino de Dios representa y como tal debemos entenderlo, todo lo que aquí existe es producto de lo que la palabra del Rey ha determinado que sea. En biología se nos dice que hay reino vegetal, animal y mineral, es decir que la tierra es un microespacio en el cual se mueven e interactúan varios reinos a la vez, pero todos ellos están sujetos a un pacto eterno y a un propósito eterno también.
Nosotros en tanto que materia, estamos sujetos a las leyes de la establecidas por Dios para el planeta (leyes de la termodinámica por ejemplo) pero en cuanto que espíritus todo lo que existe en este planeta (excepto los humanos mismos) está sujeto a nosotros. Dado que el reino de Dios es superior y que nosotros siendo hijos (hablo para el que ha recibido a Jesucristo como el Señor de su vida) tenemos la potestad delegada por Cristo a quien se sujetan todas las potestades. Esa potestad nos da la autoridad para gobernar sobre aquello que fue creado por la palabra de Dios; yo no se si usted amado lector alcanza a dimensionar lo que eso significa pero es un nivel de autoridad que no se puede pasar por alto (soslayar).
Me gustaría llamar la atención de algún lector respecto al tema en relación de la naturaleza del ser humano. En Adán, en el primer Adán no tenemos ninguna posibilidad de gobierno; ¿por qué? Porque estamos separados de Dios y de El es que emana toda autoridad, pero en Cristo ya no hay separación, luego entonces la autoridad es vertical y ha pasado a nosotros por impartición. La mayoría de personas que se han declarado “conversas” o convertidas a Cristo, creyentes, etc. están todavía en un plano muy básico de su fe. Los vemos todavía presas del miedo, de falsas expectativas, de temores, de traumas psicológicos, de escasez y de emociones carnales. No se trata de eliminar las emociones lo cual nos haría desalmados, se trata si de tener no solo las emociones sino todo aquello que le he mencionado antes, bajo el gobierno del Espíritu Santo.
Yo mismo no pretendo haberlo alcanzado decía el Apóstol Pablo y es que ciertamente no es una tarea tan elemental como para que cualquiera la alcance, de hecho esta reservada para un remanente pero tampoco es imposible de alcanzar. El requisito uno A para llegar allá es obligatoriamente el cambio de pensamiento; creo firmemente que justo por eso la mayoría de personas que abrazan la fe no pasan de la etapa de creyentes pudiendo llegar a hijos. Sus mentes están tan afectadas por la religión que para ellos avanzar un paso más es herejía. En ese tipo de pensamiento Dios sigue allá en el cielo, en un Reino lejano, inaccesible e impenetrable, desconociendo que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo mismo todas las cosas, tanto las que están abajo como las que están arriba. Todo es todo.
Aquel que se atreva a salir del pensamiento religioso se encontrara a Dios en su terreno, en el ámbito de la autoridad, se podrá encontrar bajo autoridad y luego pasara a ejercer la autoridad bajo la cual se encuentra.
Ver el Reino de Dios es el primer paso para poder entrar a ese Reino y lo vemos cuando vemos a Cristo resucitado, sin relación con el pecado y cuando sabemos que nosotros también estamos en Cristo y como tal tenemos al autoridad impartida, delegada y lista para ser ejercida. Cada cual viva como entienda, pero una vez que entendemos el Reino, ya no hay reversa, no hay marcha atrás.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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