La presencia de la selección de México a Commerce City, demostró una vez más su poder de convocatoria. Cifras
oficiales citan 18 mil 136 aficionados al estadio que sirve como casa de los Rapids de Colorado. En su mayoría apoyando al equipo de Miguel Herrera, el famoso “Piojo”, el mismo que cuando ingresó al campo, previo a los actos inaugurales del partido, fue ovacionado y aclamado.
Cientos de familias con vestimentas emblemáticas del Tri, e incluso, con otros atuendos típicos a la picardía y la cultura propia, llegaban al estadio con la emoción de gritar ¡Viva México!, hasta cantar el famoso “Cielito Lindo…”, que en esta ocasión no faltó e hizo cimbrar las gradas del inmueble del “Dick’s Sporting Goods Park”.
Se entonaron los himnos, el de Estados Unidos, Bolivia y México.
Se tomaron la foto del recuerdo y el balón empezó a rodar. Más allá de los 90 minutos de juego, del único gol anotado al minuto 18 por obra de Miguel Layún, el gran ambiente
se vivió en las gradas, con la clásica ola, el inevitable grito dirigido a Daniel Vaca, arquero de Bolivia, el mismo “grito cantadito” que orilló a la FIFA en alucinar, por querer castigar a México por el “…uuuuuuto”.
Es la fiesta del fútbol, fue la noche de desahogarse, de olvidarse de lo cotidiano, de los
problemas, fue la noche de “ponerse la verde” y apoyar al cuadro mexicano, siendo los más ovacionados Layún,
Aquino y Marco Fabián; pero solicitados a todo pulmón y los
más aclamados, sin duda alguna fue “Memo” Ochoa, Oribe Peralta y Andrés Guardado.