Los Broncos de Denver salieron a su encuentro de la semana 16 con una ligera esperanza de un sueño llamado playoffs algo que revivió por su victoria de la semana pasada en Carolina pero esta ilusión duro solo unos minutos ya que de repente se encontraron con un equipo que los llevo a una pesadilla llamada realidad que fue dura de tragar ante unos Bills de Buffalo bien entrenados y con un mariscal de campo que los azul naranja le había hecho el feo unos años antes su nombre Josh Allen. El QB de Buffalo se podía decir estaba motivado y con ganas no solo de ganar el encuentro si no de demostrarle no solo a los Broncos si no también al resto de la NFL que él y su equipo esta para enfrentar a cualquiera con una ofensiva bien aceitada que en esta ocasión produjo cinco viajes a la zona de anotación dos productos del Brazo de Allen y dos mas por tierra uno más en una jugada defensiva.
Este encuentro fue un golpe duro para los Denver Broncos de la ciudad de la Milla Alta, primero porque se perdió esa ilusión o Alucinación de creer que se tienen nivel para poder llegar a los playoffs, pero esto ayudará a la directiva y cuerpo técnico para evaluar donde se tendrá que trabajar y conseguir los refuerzos tanto en la agencia libre como en el draft.
También se mantiene la duda si Drew Lock es el mariscal de campo del futuro seguramente se le dará seguimiento y el próximo año será su temporada definitiva donde se le exigirá llegar al siguiente nivel. Otro dato penoso es que por cuarta temporada consecutiva se tendrá un año perdedor algo que en la gloriosa historia de los Denver Broncos se había visto.