Por Pedro H. Gonzalez
Para profundizar un poco más en el tema de la autoridad se hace necesario identificar ese tema como algo que es fundamental respecto a la práctica de nuestra fe. No hay Reino sin autoridad; de hecho el Reino de Dios es todo ámbito geográfico o espiritual donde el gobierna.
De ahí se desprende que si una persona dice estar en el Reino de Dios y no se apega al gobierno o lo que equivale a decir la autoridad de Dios, el tal se engaña a sí mismo.
Para Dios el concepto de autoridad es de absoluta importancia. Cuando El creó a Adán lo plantó en la tierra con un propósito: Que gobernara la tierra; a él se le dijo Senoread la tierra y sojuzgadla. Me gustaría invitar al lector para que indagara lo que significa juzgar, lo que significa señorear.
Con eso en mente hemos de aclarar que el propósito de Dios prevalece por causa de que Él es Dios. Proverbios 19:21 lo aclara así en la nueva traducción viviente. Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del Señor prevalecerá.
Así que el propósito de Dios para el hombre sigue activo y en operación aun a costa de la caída de Adán, por eso se hacía necesario el postrer Adán que es Cristo Jesús.
Realmente lo que se había perdido era la autoridad que al ser humano se le había delegado y en Cristo eso se recuperó y así mismo le fue devuelto al hombre.
La biblia nos aclara que Jesús vino a salvar lo que se había perdido, lo habla en singular no en plural, es decir que habla de una cosa no de muchos o muchas personas, singular: LO QUE SE HABÍA PERDIDO.
El dijo me voy pero conviene que me vaya porque sino me fuera no les enviará al paracleto, al consolador; allí estaba aclarando que él se iba a impartir en nosotros y la manera en que lo haría sería a través del Espíritu Santo.
No os vayáis de Jerusalén les dijo a sus discípulos porque vendrá sobre ustedes el Espíritu Santo y recibiréis poder.
Sabemos que cuando recibimos a Jesús como Señor de nuestras vidas, nacemos de nuevo y que ese nacimiento no es en la carne sino en el espíritu y eso aclara el punto de la impartición de Cristo en nosotros, pero nos es necesario entender lo que eso significa.
La autoridad nos es devuelta, por eso Él dijo toda autoridad me es dada en los cielos y en la tierra, por tanto id. También la biblia nos recuerda que Jesus dijo lo siguiente: De cierto os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda solo pero si muere lleva abundante fruto.
Así nos anticipa su muerte para dar fruto, así nos decía que él era el unigénito que se convertiría en primogénito con el único propósito de devolvernos la autoridad que neciamente Adán había perdido.
No podemos cerrar este artículo sin aclarar algo puntualísimo para el correcto planteamiento de la autoridad.
Nadie puede decir que tiene autoridad si no está bajo autoridad, nadie puede abrogarse el derecho de mandar o gobernar si no sabe obedecer. Este es un principio del Reino.
Dios habla hoy a través del hijo y el hijo está en cada uno de nosotros, impartido por diseño para que podamos gobernar con la autoridad que a Él le pertenece.
Cuando uno tiene a Jesucristo por Señor entonces uno entiende estar bajo autoridad ya que Él es cabeza de la iglesia y también de todo principado y potestad.
Al impartirse en nosotros somos habilitados y capacitados para gobernar.
Lo último que hay que decir es que la autoridad requiere sabiduría y el gobierno de la tierra a la manera mundana requiere sabiduría humana, limitada, terrenal, pero la autoridad, el gobierno de la tierra a la manera celestial requiere sabiduría celestial, la de arriba, por eso nosotros tenemos la mente de Cristo.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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