Por Pedro H. Gonzalez
Para cada ser humano en el mundo la paz es un bien muy preciado. Una amplia mayoría de personas expresa abiertamente que su mayor deseo es vivir en paz; sin embargo, muy pocos lo pueden lograr al menos un día de sus vidas. Si se hiciera una encuesta entre la población se vería claramente que muy pocos conocen la paz y menos aun son los que logran vivir en paz.
En contraste cuando morimos se dice que “descanso en la paz del Señor”.
Acaso Dios que es un Padre amoroso, fiel, misericordioso y poseedor de un corazón perfecto haca nosotros, ¿nos quiere ver viviendo así? No viven la mayoría de personas vidas pesadas, densas, agitadas, atribuladas y en muchos casos vacías? ¿No es todo ese mar de conflictos en el ser humano lo que los lleva a vicios, a drogadicción, a disputas, a conflictos y en algunos casos a suicidios?
¿Es acaso esa condición algo heredado de parte de Dios para sus hijos o es algo heredado de parte del mundo para los que están sin Dios ni ley?
La biblia, el manual de vida por excelencia, nos ensena algo muy poderoso: Filipenses 4:7 Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Me gustaría hacer notar que los muertos no tienen corazón que deba o pueda ser guardado y menos pensamientos, así que esta es palabra para vivos.
Además, Dios no es un Dios de muertos sino de vivos. De manera que la paz de la que nos habla aquí no es la que el grueso de la población expresa cuándo dice de algún difunto que “descanso en la paz del Señor.
La paz de Dios es para los vivos no para los muertos, y sin embargo casi nadie parece poder llegar ahí, mejor diré que nadie puede llegar ahí por una sola razón, esa paz no se consigue por medio de mantras, meditación trascendental, inciensos, música mística, baños o artilugios de imaginación humana, no se consigue orando, ni ayunando, ni dando de comer a los pobres, ni haciendo algo por el estilo.
Esa paz tal como esta expresado en el texto bíblico se consigue solo en Cristo Jesús.
Es que todo cuanto podamos conseguir en nuestras fuerzas no se compara en absoluto con lo que podemos hallar en Cristo Jesús.
Debo aclarar que no estoy atacando a los que buscan hacer bien a otros o así mismos mediante actos litúrgicos o religiosos, están en todo su derecho y son libres de hacerlos sin que yo o alguien los censure, lo que quiero aclarar mediante el texto bíblico es que de nada servirán aquellas cosas para alcanzar la paz de Dios, ya que ella no viene por nuestros actos o nuestras obras pues esta bien claro que todas nuestras obras son para Dios como un trapo de inmundicia.
Lo que esta claro es que una vez estamos en Cristo podremos seguir haciendo todo aquello, pero más como el resultado de haber sido alcanzados que para ser alcanzados en si.
Lo haremos como fruto y resultado de loque El hizo y no para obligarlo a hacer por nosotros o para lograr que nos de algo, que la final de la hora ya todo nos fue dado.
La justicia del hombre no alcanza milagros, el poder de Dios lo hace. Las obras del hombre no le darán paz, por lo menos no la pasa de Dios, son las obras de Cristo Jesus las que nos dan la paz que sobrepasa todo entendimiento. Voy a dejar por aquí un texto bíblico mas como para disipar cualquier duda al respecto.
Isaías 26:3 Tu guardaras en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en Ti ha confiado.
¿Si se puede notar que sigue siendo El y no nosotros? Creo que ir tras la paz a la manera del mundo o a la manera de la religión será igual de infructuoso, veo que está claro en la biblia que la única manera para llegar a esa paz, a ese nivel.
Es en Cristo Jesus, lo demás serán intentos vanos que solo nos van a desgastar y seguirán produciendo seres que viven una paz incompleta, e imperfecta.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino
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