Por Pedro H. Gonzalez
Un cordial saludo a todos nuestros lectores. Hoy quiero contarles algo curioso que me ha ocurrido. Por primera vez en muchos años que llevo en Colorado soy tan consciente del cambio de hora, todos los años, uno tras otro el reloj iba hacia adelante y hacia atrás, una hora cada vez y ese ritual -que para mí no tenía sentido- tampoco me afectaba mucho; mi actividad diaria no se afectaba, mi agenda no se afectaba, y puedo decir que inclusive mi reloj biológico se afectaba. Este año ha sido un poco diferente.
De repente me doy cuenta que una hora menos de sueño me afecta, que el día me rinde menos, que algo le paso a mi sistema y una hora ha empezado a hacer una gran diferencia. Entonces enciendo el televisor y el horario de los programas que suelo buscar ha cambiado también y todo eso llama mi atención respecto a una cosa, y me lleva a hacerme una pregunta: ¿Estamos ante un cambio de tiempo o estamos ante un tiempo de cambio?
Mateo 16:1-4 Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas el respondiendo les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! Que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡más las señales de los tiempos no podéis! La generación mala y adultera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos se fue.
Fariseos y Saduceos estaban viviendo el mismo tiempo, pero cada uno se movía bajo su propia agenda e intereses. La ocupación Romana los ponía por igual en esclavitud, pero cada grupo sacaba partido de la situación a su manera y muy a su manera enfrentaban su momento histórico.
Jesus aprovecha un momento en el que ellos pretendían tentarlo para confrontarlos con su mediocre realidad y les deja claro que tipo de generación son, mala y adultera; Jesus no se ahorro ni se fue con medias tintas, el fue directo al grano y sin anestesia.
Algo similar ocurre hoy en día, vivimos bajo un gobierno mundano, que esclaviza con deudas, con políticas absurdas y que desafían los diseños y modelos de Dios, que gobierna en contravía de lo que Dios dice pero “la iglesia” o mejor cada denominación ha hecho uso de la palabra de Dios para acomodarse y sacar lo que ellos consideran el mejor partido posible y aun así están pidiendo señal del cielo en forma de un milagro para cambiar leyes que hubieran podido evitarse si se hubiera asumido el reto histórico de educar al votante políticamente, si nos tomaras en serio al voluntad de Dios que desde luego no se complace con la agenda legislativa que se lleva a cabo en Colorado pero que extiende generosamente su paciencia para permitir que la iglesia asuma su papel y empiece a desarrollar 2 Timoteo 3:16-17 que es ni más ni menos el manual practico para llevar a cabo la gran comisión.
Hemos hablado de los siete montes de influencia y de cómo desde allí se gobierna al mundo, hemos dicho como esos 7 montes han sido abandonados por la iglesia y aun se ha dicho de parte de ella que ciertos de esos montes (por no decir que todos) son del diablo, le hemos extendido titulo de propiedad al diablo sobre pilares de gobierno sobre la tierra y aun así esperamos que las cosas marchen distinto.
Parece que la iglesia no se ha dado por enterada que el diablo es un derrotado, que esta despojado, exhibido y aun destruido si vemos con atención mínima hebreos 2:14 y sin embargo seguimos empeñados en desafiar a duelos inútiles a un enemigo derrotado, le damos una autoridad que no le pertenece pues por derecho legal ya nada tiene. Desconocemos los tiempos que estamos viviendo; nuestros hijos están a merced de un sistema corrompido y corruptor. Nos han dejado saber que no descansaran hasta quitarnos toda autoridad sobre nuestros hijos y no escuchamos, miramos para otro lado.
La agenda liberal de perdición y desvío sigue avanzando y la iglesia sigue roncando y desde luego orando, pero de acción practica poco o nada se ve. Aun así, demandamos señal, olvidando que la misma palabra que le fue dada a fariseos y saduceos esta aun en operación para nosotros. La única señal que nos será dada es la del profeta Jonás, tres días de aislamiento (que perfectamente pueden ser tres mil años) y un pueblo llamado a arrepentirse que finalmente es perdonado, una calabacera florecida que viene a ser destruida y una reprensión explicita de parte del Señor Dios poderoso y eterno.
Definitivamente estamos ante un tiempo de cambio y no ante un cambio de tiempo.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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