La danza podría describirse como una serie de movimientos a través de los cuales los involucrados expresan sentimientos, sensaciones o ideas. Prácticamente todas las culturas humanas conocidas en cualquier lugar del planeta han dejado registros de la práctica de algún tipo de danza.
Las sociedades más primitivas asociaron sus danzas por lo general al pedido de buenas cosechas a los dioses, rituales de agradecimiento o simple veneración. Con el desarrollo de las culturas los movimientos se fueron perfeccionando a través del entrenamiento y demostrando una mayor complejidad.
Con la urbanización, la gente comenzó a bailar en grupos reducidos, en las plazas, o en fiestas, buscando comunicar el festejo de algún santo, manifestar algún reclamo o por simple diversión.
Las discotecas y pubs del siglo XX redujeron la constelación de baile a pequeños grupos que danzaban simultáneamente, aunque a menudo no interactúan entre sí. Los protagonistas ya no siguen estructuras de movimiento predeterminadas y organizadas, mucho menos entrenadas o estudiadas con anterioridad.
En el siglo XXI TikTok inventó el baile en solitario donde millones de personas dedican horas a contorsionarse durante algunos segundos frente a la pantalla de su teléfono con pretensiones de recibir la mayor cantidad de visualizaciones de sus “amigos” o seguidores en línea.
No hay intención en este artículo en hacer una crítica del baile en solitario ni de los cuestionados estilos modernos. Más bien la idea es concentrarnos en el medio, TikTok, que ha hecho popular estos estilos al mismo tiempo que obliga a todos sus usuarios a entregar sus datos personales a una empresa cuya sede está sospechosamente ligada al Partido Comunista Chino (PCCh).
TikTok ha venido a decirle a los niños, adolescentes y jóvenes que es buena idea encerrarte en tu cuarto y mover sensualmente las caderas delante de un aparato, para el disfrute de los espías del PCCh, las risas de los supuestos “amigos” o peor aún la de desconocidos y posibles pederastas que navegan en esta red social en búsqueda de inocentes y vulnerables víctimas.
Dicho todo esto, TikTok no parece ser una aplicación que será recordada por ayudar a sacar de su decadencia a la civilización occidental moderna, más bien todo lo contrario, pareciera que vino a profundizar y difundir cierta tendencia a la inmoralidad y pérdida de valores rectos y tradicionales.
TikTok incentiva en niños comportamientos lujuriosos y sexualizados
Una de las principales preocupaciones que se plantea en torno a la red social TikTok es la gran cantidad de contenido altamente sexualizado que posee. Como es sabido abundan los videos de usuarios, principalmente mujeres con vestidos provocativos, haciendo movimientos sensuales y acompañados por lo general de música acorde con letras que incitan al sexo y al libertinaje.
Muchos pueden decir que en países libres donde los individuos pueden decidir qué hacer con sus cuerpos y su intimidad, no debería alarmarnos este tipo de asuntos. En parte tienen razón, pero en parte no, sobre todo al tener en cuenta que más del 30 por ciento de los usuarios de TikTok en Estados Unidos son niños menores de 14 años, según reportó el New York Times.
Recientemente surgieron informes que revelan una nueva y preocupante tendencia en los videos de TikTok, se trata de filmaciones unipersonales en vivo, generalmente una mujer joven vestida, que simula tener sexo. El mayor problema con este tipo de videos es que no son dirigidos solo a círculos cerrados como ocurre con otras redes sociales donde el contenido que se visualiza generalmente es el de tus “amigos”. El menú principal de TikTok es llamado “videos para tí”, que es una fuente personalizada basada en un algoritmo que ofrece contenido que cree que los usuarios disfrutarán.
En la mayoría de estos videos, se ve a una persona en la cámara, generalmente tomada de los hombros hacia arriba. A menudo están acostados en una cama y simulan sexo con una pareja aparentemente inexistente o imaginaria justo fuera de cámara.
Si bien estos videos pueden ser denunciados los informes indican que son cada vez más frecuentes, y antes de que desaparezcan de la red pueden haber sido vistos por millones de niños y adolescentes que ya están normalizando este tipo de contenido e imitando la polémica práctica.
El algoritmo de recomendación de TikTok es conocido por estar en sintonía con el tipo de contenido que los usuarios desean ver. Puede resultar muy peligroso liberar el acceso a imágenes, videos y situaciones explícitas a los deseos promovidos por la inocente curiosidad de los usuarios niños y adolescentes, sobre todo teniendo en cuenta que por lo menos un tercio de quienes interactúan en TikTok son menores de edad.
Depresión y suicidio en niños por abuso de TikTok y otras redes sociales
Con más de 3 mil millones de descargas, en su mayoría niños y adolescentes, la plataforma TikTok ha hecho sonar la alarma entre los especialistas en salud mental infantil quienes advierten sobre los peligrosos efectos que está provocando la red social en los más chicos.
Según investigaciones como la publicada por el reconocido psicoterapeuta infantil John Byrne, el uso frecuente de TikTok en niños está asociado con graves trastornos psiquiátricos que muchas veces terminan en graves depresiones, suicidios o autolesiones.
Una de las características de TikTok es proporcionar una transmisión de videos subidos por los usuarios y la recomendación de clips adicionales en función de los videos que se están viendo. Estos clips recomendados que se imponen en la pantalla de los usuarios a veces son extremos, producen ansiedad, son totalmente tóxicos y al mismo tiempo adictivos. Por ejemplo, los adolescentes que están interesados en la caza o en la vida militar pronto pueden encontrarse con fotografías de asesinos en serie y descripciones de asesinatos exitosos o fallidos.
Otros usuarios que por sus gustos y búsquedas demuestran presentar síntomas depresivos, han manifestado toparse sin buscarlos, videos con suicidios en vivo, autolesión o tutoriales de como llevar a cabo una muerte segura y “sin sufrimiento”.
Paralelamente se ha demostrado que TikTok provoca fuertes trastornos del sueño, resultando en una gran distracción de las tareas rutinarias de los niños y adolescentes. Además genera un comportamiento psicológicamente adictivo en el que los usuarios llegan a perder la noción del tiempo que pasan frente a las pantallas.
TikTok es especialmente peligroso para niños y adolescentes que ya padecen problemas de salud mental, específicamente depresión y trastornos alimentarios. De acuerdo con la exposición de Byrne, dentro de la semana posterior a la apertura de una cuenta es casi seguro que los usuarios con estas características comiencen a visualizar en sus pantallas contenido asociado al suicidio o a la promoción de como lastimar sus propios cuerpos.
Si bien otras redes sociales como Instagram y Facebook también resultan peligrosas para la salud mental de niños y adolescentes, en estos casos el contenido al que acceden los usuarios es en mayor parte el compartido por sus amigos y seguidores, no como en TikTok que está más orientado a que los usuarios vean contenido producido por desconocidos pero asociado a sus gustos o intereses.
Estos desconocidos pueden ser personas motivadas por intereses completamente perversos que en numerosos casos llegan a ocasionar desastres en la salud mental de personas que están atravesando momentos delicados o sufriendo algún tipo de patología que afecta su estabilidad emocional.
Tan perversos resulta muchas veces el contenido publicado en la plataforma que el diciembre del 2021, Candie Frazier, una moderadora de contenido que revisó videos de TikTok demandó a la compañía alegando que no la protegió de sufrir un grave trauma psicológico después de la exposición “constante” a videos violentos que mostraban agresiones sexuales, decapitaciones, suicidios y otras escenas gráficas, reportó el Washington Post.
Tanto Frazier como otros moderadores se exponen durante varias horas diarias a violencia extrema y gráfica, incluidos videos de “genocidio en Myanmar, tiroteos masivos, niños violados y animales mutilados” en un esfuerzo, aparentemente errático, por filtrar dicho contenido.
Pedófilos utilizan TikTok como herramienta de búsqueda
Sin duda una de las consecuencias menos deseadas del uso de TikTok es la relacionada con la pedofilia.
La plataforma brinda a los niños y adolescentes de todo el mundo las herramientas para ser explotados sexualmente sin que necesariamente se den cuenta.
Entre los tantos “desafios” que promueve la aplicación están los que proponen a chicas jóvenes que bailen eróticamente, salten por el suelo, abran las piernas y hagan “twerking”, entre otros movimientos de baile sexualizados.
Bajo esta misma lógica de “desafíos” abundan videos de chicas menores de edad hablando de sus experiencias sexuales, vistiéndose (y desvistiéndose) eróticamente para conseguir “me gusta”.
Este contenido, muchas veces publicado en vivo es el sueño de cualquier pedófilo, y por lo general estas jóvenes no tienen conciencia de la perversidad que pueden despertar del otro lado del monitor.
La aplicación ha logrado potenciar la tendencia a la sexualización de las niñas y niños de 12 o 13 años de edad, normalizando una realidad que no debería ser tal debido a que por lo general a esa edad la inocencia de los niños no permite que posean la madurez o información suficiente como para enfrentar ciertas situaciones complejas que despierta la vida sexual, lo que los puede llevar a tomar decisiones erradas de las que luego se pueden arrepentir.
En este sentido TikTok presenta dos problemáticas, por un lado es evidente que la plataforma resulta un imán para los pedófilos y abusadores quienes en muchos casos incentivan a través de mensajes privados a los menores a desvestirse y mostrar sus partes íntimas. En el peor de los casos, logran acordar citas en persona o los extorsionan para conseguir que les continúen enviando material íntimo.
Por otro lado, la plataforma normaliza la sexualización de los niños al promover una cultura en la que por ejemplo se le enseña a las niñas a abrirse de piernas en el suelo y girar para la cámara en ropa interior imitando un baile interpretado inicialmente por una mujer adulta de manera “sexy”.
Ya en el año 2019 un informe del diario británico The Sun denunciaba que al descargarse la aplicación se pudo observar en cuestión de minutos comentarios profundamente perturbadores y sexualmente sugerentes debajo de videos de jóvenes escolares cantando o bailando inocentemente.
Entre los mensajes se podía leer algunos usuarios diciéndoles a las jóvenes “muéstrame esas piernas, bebé, vamos” y describiéndolas como “sexy”, “caliente”, “delicioso” y otras obscenidades.
Un usuario claramente desquiciado dijo “Me arriesgaré a que me arresten… No me importa” debajo de un video de una colegiala cantándole a la cámara, mientras que otro escribió “¿Cuánto cobras por hora?”.
Susan McLean, una experta australiana en seguridad informática dialogó con el medio Daily Mail y aseguró: “TikTok no es una aplicación segura y hay muchas preocupaciones, entre ellas la intimidación y el acoso de los depredadores”.
A diferencia de otras aplicaciones como Instagram y Facebook, aunque estas también han sido denunciadas por provocar daños a los niños, TikTok es mucho más débil en cuanto a las restricciones de seguridad para impedir el accionar de los pedófilos. En primer lugar no requiere la confirmación de existencia de la persona, es decir que el usuario puede ser inventado lo que les da mucho más anonimato a los depredadores sexuales. Y, según McLean, pudo confirmar que la plataforma no elimina rutinariamente las cuentas de aquellos usuarios que han sido marcados como “potenciales abusadores”.
El PCCh y TikTok
Aunque no parezca cierto, todo lo polémico de la red social TikTok no termina en el plano de lo potencialmente dañino que resulta para la juventud del mundo. También abarca otro preocupante aspecto, no menor, que tiene que ver con la geopolítica y asuntos de seguridad nacional.
Graves acusaciones aseguran que la red social de origen chino está estrechamente ligada al Partido Comunista Chino (PCCh) y según afirman el aparato de inteligencia chino la estaría utilizando como herramienta para adquirir datos e información sobre comportamientos y tendencias de los millones de usuarios occidentales con fines geopolíticos y militares.
Paralelamente a los expertos en ciberseguridad les preocupa que el gobierno del régimen chino pueda utilizar TikTok para difundir propaganda o censurar a la audiencia occidental.
El senador estadounidense Marco Rubio, vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia del Senado, envió una carta dirigida al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en septiembre del año 2021 diciendo:
“La CIA debería advertir sobre los riesgos asociados con TikTok y otras aplicaciones extranjeras desarrolladas en estados de vigilancia autoritaria, no normalizarlas (…) la CIA debería centrarse en los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo, incluidas las amenazas del PCCh y las redes sociales terroristas”.
La carta de Rubio fue enviada luego de que exempleados estadounidenses de la popular red social despertaran una fuerte polémica al confirmar que la empresa matriz Byte Dance, registra, controla y toma decisiones de absolutamente todo lo que sucede en la versión estadounidense de TikTok.
Según informaron los denunciantes al medio CNBS, Byte Dance tiene libre acceso a los datos de los usuarios estadounidenses de la plataforma y tiene absoluto control de todo el proceso de toma de decisiones y el desarrollo de productos de TikTok en Los Ángeles.
Una investigación llevada a cabo por la empresa de marketing URL Genius, descubrió que TikTok y YouTube recopilan más datos personales de los usuarios que cualquier otra aplicación de redes sociales.
Sin embargo, a diferencia de YouTube, que recopila sus datos para Google tal como lo acepta el usuario al confirmar las condiciones de privacidad, TikTok permite rastreadores de terceros en su plataforma, lo que significa que no se sabe a dónde van sus datos. Esos rastreadores de terceros también pueden rastrear su actividad incluso después de cerrar la aplicación.
El expresidente Donald Trump, la principal figura pública que denunció e intentó poner un freno al avasallamiento de la plataforma dirigida por el comunismo chino, intentó prohibir la aplicación mediante una orden ejecutiva en 2020, argumentando que su objetivo era proteger la seguridad nacional y evitar que Beijing explotara la aplicación para recopilar datos de usuarios o difundir propaganda.
En junio de 2021, el presidente Biden revocó esa orden y la reemplazó con un proceso para examinar si las aplicaciones controladas por un adversario extranjero presentan riesgos para la seguridad nacional de Estados Unidos o para los datos personales confidenciales de los estadounidenses.
La batalla legal de Trump contra TikTok
El expresidente Donald Trump, luego de advertir en reiteradas ocasiones sobre la peligrosidad de la red social TikTok, anunció en agosto del año 2020 que de ser necesario prohibiría la aplicación en los Estados Unidos, dando inicio a una gran batalla legal que continúa al día de hoy, informó NBC News.
“Estamos analizando TikTok. Es posible que prohibamos TikTok. Es posible que estemos haciendo otras cosas también”, dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca. “Estamos viendo muchas alternativas con respecto a TikTok”.
El principal argumento del expresidente para enfrentarse a la plataforma china fue que el PCCh exige que comparta datos de usuarios con el régimen, poniendo en riesgo constante la seguridad informática tanto del gobierno, como de empresas y ciudadanos estadounidenses.
Un día después, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva a través de la cual prohibía las transacciones comerciales de Tik Tok y WeChat luego de 45 días de firmada la orden.
Las “transacciones prohibidas” incluían, por ejemplo, acuerdos que permitan que la aplicación esté disponible en las tiendas de aplicaciones y la prohibición de publicidad en la plataorma.
Paralelamente Trump anunció que daba tiempo a cualquier compañía estadounidense hasta el 15 de septiembre de ese año para comprar TikTok o la prohibiría.
De conseguir el objetivo que una empresa local compre la plataforma, sería mucho más fácil controlar el funcionamiento de la misma y caerle con el peso de la ley en caso de que no se cumpla con alguna normativa estadounidense.
En ese momento Walmart y Microsoft, entre otras firmas, se presentaron como las principales interesadas, pero finalmente no se llegó a un acuerdo y la venta no se hizo efectiva.
Luego de que se cumplió el plazo establecido y tanto TikTok como WeChat comenzaron a estar prohibidas en los Estados Unidos, un Tribunal Federal canceló la prohibición indicando que los abogados de TikTok demostraron que el Departamento de Comercio probablemente se excedió en su autoridad al tratar de prohibir la actividad de la red social en territorio local.
La batalla legal continuó y el gobierno de Trump apeló el fallo del Tribunal.
Pero unos días después el demócrata Joe Biden asumió la presidencia de los Estados Unidos y a los pocos meses firmó una orden ejecutiva revocando la prohibición del ex presidente Trump sobre las aplicaciones de propiedad china TikTok y WeChat, argumentando que su administración llevará a cabo una revisión propia de las aplicaciones vinculada con el régimen chino
La orden ejecutiva de Biden se firmó en la misma semana que TikTok actualizó su política de privacidad para los Estados Unidos, agregando una sección que indica que la aplicación recopilará información biométrica, incluidas “huellas faciales y de voz” de los usuarios.
TikTok a partir de entonces puede recopilar información sobre las imágenes y el audio que se encuentran en el contenido publicado por los usuarios, tales como objetos, paisajes, ubicación geográfica, imágenes de rostros, voces, características y atributos corporales.
Toda esta información, que determina el comportamiento y conductas de consumo de los estadounidenses es de extrema utilidad para determinados sectores, que pueden estar interesados en hacer mucho daño tanto a Estados Unidos como al resto del mundo.