La Prensa de Colorado 
La niña describió en la corte que había sido golpeada y abusada sexualmente.
Antes de poder unirse a la pandilla, dijo la niña, tuvo que ser golpeada con un bate de béisbol y “tener sexo con no sé cuántas personas”.
Al testificar en la corte federal de distrito en Alexandria, la niña, que ahora tiene 17 años, describió cómo se escapó de un refugio de Fairfax con una conocida, quien la llevó a manos de la MS-13 esa noche. Los fiscales dijeron que los pandilleros la golpearon y la traficaron a cambio de drogas y dinero, cuando solo tenía 13 años.
“Pensé que serían como una familia… me protegerían de las cosas”, dijo la niña.
El jueves, siete miembros y asociados de la MS-13 fueron condenados por traficar a la niña con fines sexuales usando coerción. El FBI dijo que las autoridades encontraron un video de pornografía infantil de ella durante la investigación. El Post no nombra a la niña porque es menor de edad y víctima de un delito sexual.
Las autoridades dicen que la violenta pandilla transnacional MS-13 ha recurrido cada vez más al tráfico sexual durante la última década para generar ingresos junto con el tráfico de drogas. Las víctimas suelen ser jóvenes fugitivos. Bajo la ley federal, un menor no puede dar su consentimiento para participar en sexo comercial.
Las siete personas condenadas —
Luis Alberto Gonzales, Santos Ernesto Gutiérrez Castro, Reina Elizabeth Hernández, José Eliezar Molina-Veliz, Gilberto Morales, Jonathan Rafael Zelaya-Veliz y Moises Orlando Zelaya-Veliz— enfrentan una pena mínima de 15 años y una máxima de Vida en prisión.
Todos permanecieron en silencio mientras se leía el veredicto en la corte el jueves por la noche. El juez federal de distrito Anthony J. Trenga programó sus sentencias para el 3 de noviembre.
Los abogados defensores argumentaron que la niña estaba bajo la influencia de drogas o alcohol durante algunos de los encuentros, sufría de trastorno de estrés postraumático y no podía identificar de manera confiable a todos los hombres acusados en relación con su tráfico.
“También le dijeron que no podía dejar la pandilla y que, si lo hacía, dañarían a su familia”, dijo un agente del FBI en un expediente judicial.
Hablando en español a través de un intérprete judicial, la niña, que según los fiscales fue traficada de agosto a octubre de 2018, testificó que la golpearon en dos ocasiones y la obligaron a tener relaciones sexuales con clientes y pandilleros en Maryland y el norte de Virginia.
Cada golpiza consistió en 26 golpes con un bate de béisbol en la espalda y le dejaron moretones, dijeron las autoridades.
“No querían parar”, testificó la niña. “Solo dije que dolía”.
Los pandilleros habían acusado a la niña de robar antes de que la golpearan por segunda vez. En un mensaje recuperado por las autoridades, un miembro de la MS-13 en el área de Washington le dijo a otro en El Salvador: “Sí, amigo, le dije que el robo y el video son una mierda. No más robos. Y que La Bestia se la llevaría si la volvíamos a ver pasando el rato con esos soplones. Y que su familia sería lo primero si no se calla la boca”. (Los fiscales dijeron que ser “tomado por la bestia” significa ser asesinado para los miembros de la MS-13).
Fue abusada sexualmente fuera del apartamento que compartían Moises Zelaya-Veliz y Molina-Veliz en Woodbridge, Virginia, y también la llevaron al apartamento de Hernández en Mt. Rainier, Maryland, donde Hernández y Gonzales cobraban a varios hombres $100 la hora, según el FBI.
Un testigo, Orlando Alexis Salmeron Funez, quien también fue acusado de tráfico sexual de la niña y llegó a un acuerdo con los fiscales para testificar en la corte, dijo que creía que ella tenía 19 o 20 años y no se dio cuenta de que era una niña hasta que él la vio a la luz del día, en sus “cinco sentidos”. Según la ley federal, los fiscales no estaban obligados a probar que los acusados sabían que la niña era menor de edad, solo que tenían “una oportunidad razonable de observarla”.
