La Prensa de Colorado Por:Coalición de Consumidores de Colorado
De tanto escuchar sobre energía solar te hace pensar que quizá no existe un lado negativo. Coloca paneles fotovoltaicos en el techo de tu casa o negocio y espera ver lo beneficios.. No solo gastas menos en tu recibo mensual de electricidad, sino que además puedes venderle a la compañía de suministro eléctrico el exceso de energía solar que produce tu casa a un alto costo. Y al hacer todo esto, ayudas al medio ambiente. Una situación donde todos ganan, ¿cierto?
No tan rápido. Nada es gratis en la vida, ni siquiera la energía solar. El sol estará allá en lo alto, pero el dinero para generar la energía solar no cae del cielo. De hecho, ese dinero sale del bolsillo de otros consumidores, esa vasta mayoría que obtiene su electricidad de otras fuentes de energía más convencionales.
Esto se realiza a través de una política estatal, conocida en inglés como “net metering”, la cual funciona de la siguiente forma: el dueño de una casa firma un acuerdo con la compañía de energía solar para que le instale paneles solares en el techo de la propiedad. En muchos casos, la compañía renta a largo plazo el equipo, por lo que los paneles son instalados en el techo de la casa del propietario pero son realmente propiedad de la compañía. La electricidad producida reduce la cantidad que el dueño de la casa paga a su proveedor local de energía. El exceso de electricidad se envía de regreso a la red de suministro eléctrico. (conocida como “grid” en inglés).
Ahí está el meollo del asunto. ¿Cuánto deberían los contribuyentes ser requeridos subvencionar este exceso de energía generada por los panales solares? Bajo la política actual, la compra de vuelta de energía es determinada por la Comisión de Servicios Públicos (Public Utilities Commission) al costo de venta al público. Esto se traduce en un subsidio substancial a los beneficiarios de dichas políticas, quienes tienden a ser de mayores recursos económico que el promedio de los consumidores de electricidad. Que no queda duda, se trata de un verdadero subsidio. Esto es porque gran parte del costo al público de la electricidad se invierte no solo en la energía en sí misma, sino en mantener la red eléctrica, el sistema de cableado de suministro eléctrico que conecta las plantas generadoras con los consumidores. Los usuarios de energía solar en sus techos no contribuyen a esa red. Sin embargo, bajo las actuales regulaciones, a ellos se les paga el precio completo, como si realmente estuvieran ayudando a mantener el servicio público. En otras palabras, son compensados a una tasa que excede por mucho los beneficios que ellos proveen.
Son los demás consumidores, los que no tienen energía solar, los que son forzados a compensar por esa diferencia. El costo es absorbido por los que no tienen energía solar quizá porque no pueden costear una casa, porque no son elegibles para los términos de crédito de la renta del equipo solar, o tal vez porque viven en una casa rodeada de árboles que bloquean la luz directa del sol. Pero incluso aquellos que lógicamente se beneficiarían de la energía solar en el techo de su casa se han dado cuenta que están dentro de una compleja madeja de convenios.
Típicamente, para que el trato sea sin “dinero de depósito” por los paneles solares, las compañías que los arriendan se quedan los beneficios y subsidios de impuestos, incluyendo un crédito federal de 30 por ciento. Un contrato de arrendamiento solar puede comprometer al consumidor hasta por 20 años, lo que significa que ese equipo de tecnología que atornillaron a su techo se puede convertir obsoleto. Sería como si una compañía te obligara a un contrato de arrendamiento a 20 años de, por ejemplo, una televisión.
Nuestra coalición representa a un amplio rango de contribuyentes y ha luchado durante años para que los costos de energía se mantengan al alcance. No apoyamos ni nos oponemos a algún tipo de energía en específico, incluyendo la renovable. Simplemente queremos que las personas responsables de regular la energía en nuestro estado le den la principal prioridad a proteger a los consumidores que viven situaciones adversas.
Estamos hablando que las familias que se aprietan el cinturón para hacer los pagos, hogares de bajos recursos, ancianos en necesidad, incluso comercios pequeños como la tienda de la esquina, nadie de ellos debería ser forzado a pagar la cuenta del recibo de aquellos más pudientes que pudieran pagarlo por ellos mismos. La tecnología solar puede el boleto para algunos residentes de Colorado, pero no esperemos que los demás paguen por ese pasaje.
