Esta frase la utilice en el escrito del día de ayer, recibí varios comentarios y cartas de personas que le gusto esta frase: “Dios no tiene favoritos”. Y es que muchas veces nos autoexcluimos de los propósitos de Dios, creemos que por ser tan imperfectos Dios no se fijara en nosotros para llevar a cabo tareas especiales.
A veces al ver a personas que son muy usadas por Dios, con ministerios hermosos y prósperos en todo sentido, creemos que eso solo es para gente especial, para los “hijos favoritos de Dios”, nos hacemos la idea de que nosotros no podemos llegar hasta ese nivel y nos auto menospreciamos al compararnos con esas personas que “tan santas” se ven.
Para aquellos que no fuimos o no somos el hijo preferido de nuestros padres, sabemos lo que se siente. Es una sensación rara ver como tus padres quieren más a tu hermano o a tu hermana que a ti. Obviamente los padres siempre dicen que quieren a todos por igual, pero la realidad es que “casi siempre” hay un hijo favorito en la familia.
Yo siento que no fui ese hijo favorito y me di cuenta después de mucho tiempo, de hecho no voy a negar que en algunas ocasiones de pequeño me sentía mal de ver las diferencias entre ellos y yo. Pero qué lindo es darme cuenta que Dios no tiene favoritos.
Nosotros los padres cometemos el enorme error de marcar diferencias en el trato a nuestros hijos, a unos los tratamos mejor que a otros, y aunque duela aceptarlo siempre hay un hijo favorito. Dios no comete ese error, Dios es un Padre Imparcial, nos trata a todos por igual porque todos valemos LA SANGRE DE CRISTO.
El Apóstol Pedro lo comprendió: “Entonces Pedro comenzó a decirles: –Ahora comprendo que para Dios todos somos iguales.
Dios ama a todos los que le obedecen, y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean” Hechos 10:34-35 (Traducción en lenguaje actual).
Que feo es compararse, y digo feo porque la mayoría de veces que tratamos de compararnos con alguien a quien admiramos, terminamos dándonos cuenta que no somos como ellos y todo eso nos lleva muchas veces a frustrarnos y a creer que Dios no puede hacer muchas cosas con nuestra vida.
Nunca nos comparemos con nadie, nosotros somos originales, tenemos cualidades diferentes o quizá parecidas a otros, pero aun así seguimos siendo únicos. Yo soy Enrique Monterroza y me gusta ser yo, con mis defectos, con mis pocas virtudes, aun con todo eso me gusta ser yo mismo, porque puedo ver a Dios obrando en mi vida tal y como soy.
Tú eres como eres, tú no vas a ser igual a esa cantante “famosa” o a ese predicador “famoso” o a esa persona “famosa” que admiras, tú eres tú y Dios te ama tal y como eres, tu originalidad la usara Dios con un propósito específico.
Es hermoso darnos cuenta que Dios no tiene hijos favoritos, El no hace a un lado a unos y a otros los levanta, de hecho podemos ver a través de la Biblia que la mayoría de hombres usados por Dios no eran perfectos, pero Dios los utilizo de una manera especial, hombres con carácter fuerte (Pedro), con muchas dudas (Tomás), con un pasado
difícil (Magdalena), hombres que reconocían sus debilidades (Pablo), hombres que pensaban que no eran dignos de ser usados por Dios (Isaías, Jeremías), hombres que se negaban a su llamado (Jonás), hombres con mucho orgullo, pero que después de ser trabajados por Dios llegaron a ser los más mansos sobre la faz de la tierra (Moisés) y así una larga lista de personas con luchas, debilidades y situaciones difícil como las nuestras.
Todo esto no me puede llevar más que a pensar que DIOS NO TIENE FAVORITOS, que El puede usar tu vida si tan solo te sometes a su voluntad y le dices: “Dios mío, haz lo que quieras conmigo”.
Jamás te sientas menos que otros, porque para Dios no hay favoritos, todos somos sus hijos, su especial tesoro a tal punto que nos amo tanto que envió a su único Hijo a morir por nuestros pecados.
Cada uno de nosotros tenemos las mismas probabilidades de ser usados por Dios en gran manera, pero para ello tenemos que buscarlo cada día, tenemos que intentar agradarlo diariamente, someternos a su voluntad y veras como Dios aun con tus debilidades y defectos, puede usarte de forma especial para hacer historia.
No veas en ti los defectos que puedas tener, porque Dios no ve tu defectos como una barrera para usarte, al contrario Dios ve tus defectos como una manera de poder demostrarte que El puede transformar lo defectuoso en algo útil.
Y como Dios no tiene favoritos, entonces
debes saber que:
¡Tu estas en la lista de Dios, El te usará!