Es una historia de esperanza, de fe. De una oportunidad de vida y la magia que hay alrededor de un ser humano cuando se ve privilegiado de recibir un trasplante de órgano. Este es el caso de Juanito, un joven hispano que ha sabido enfrentar los designios de un ser supremo y su vida ahora sigue latiendo gracias a la donación de un corazón. Una lucha que lo ha llevado a dos cirugías, dos trasplantes, que hoy permite, él y su familia dar a conocer su legado, con el fin de crear conciencia en las personas sobre este importante
regalo de vida, de dar la oportunidad –literalmente- de volver a nacer a alguien más.
En entrevista exclusiva con La Prensa de Colorado, Martiza Vega y su hijo Juan, gracias al apoyo y coordinación de Angélica Barajas, Coordinadora de Alcance Multicultural de Donor Alliance, fue que pudimos sumergirnos a una historia que bien se pudiera plasmar en un libro, en donde no sólo permitieron sensibilizarnos por un terma por demás difícil; sino también nos abrieron su corazón para conocer ese lado humano que hay detrás de un joven y su familia misma.
Con problemas en su corazón
“Juan es el hijo mayor de tres. Él nació con un síndrome que le afectó su corazón y se llama el síndrome “Goldenhar” y que al parecer afecta a una de siete mil personas”, empezó narrando Martiza, al mismo tiempo de recordar lo que la llevó a pensar cuando su hijo había nacido con ese problema de salud… “siendo una mujer joven, saludable al igual que su papá (de Juan), por qué a nosotros, por qué. Pero es una situación que le sucede a 1 de cada 7 mil niños que nacen y esto le afectó a Juan, que nació con el corazón deforme y necesitó de varias operaciones”. A los 3 años y nueves meses el pequeño ya había recibido tres operaciones con el fin de ayudarle a repararle su corazón.
Vino un momento de nostalgia y Maritza, con la mirada puesta en su hijo, añadió que en la tercera operación las cosas no salieron bien, lo cual pusieron en un estado muy grave al menor; de hecho, hasta estuvo en vida artificial. Una semana crucial, difícil y viviendo de una manera artificial, mismos días que llevaron el caso de Juan a ponerlo en la lista de espera por un órgano: el corazón. “Durante esa semana mi hijo estaba en la lista de espera y su caso estuvo catalogado en el nivel más alto, en una etapa urgente por una donación ya que estaba con vida artificial. Fue así que le llegó el primer corazón a los 3 años de edad y 9 meses. Gracias a ese trasplante vivió saludable en lo que cabe con ese corazón por diez años, hasta sus 14 años de edad”, agregó Maritza, cuya familia llegó a Colorado procedentes de Phoenix, Arizona, pero cuyas raíces, de ella y su esposo, Juan Flores, están asentadas en Chihuahua, México.
El segundo trasplante
Pero de ahí surge otra parte de la historia. Un segundo trasplante.
“Ahora Juan ya tiene más conocimiento y sabiduría de su situación, de porqué tiene ese regalo precioso, la oportunidad de vivir por otro órgano donado de un ser humano que falleció; por esa decisión que hizo este joven, Juan tiene ahora cuatro años sin un rechazo de su nuevo trasplante, de vivir saludablemente con este nuevo corazón. Este corazón que lleva con él desde los 14 años y que tres años después no ha tenido rechazo alguno”, agregó la entrevistada.
Ahora la vida les ha dado un nuevo giro, palabra que representa mucho para ellos y va mucho más allá de una definición. La encierran muchos sentimientos, momentos, angustias y la fe misma.
“Tenemos una nueva oportunidad ahora, de estarlo viendo crecer, desarrollarse y de tener una oportunidad de amarlo y seguirlo nutriendo. Hasta que cumplió sus 14 años de edad, ya en una etapa de adolescente es que ha tomado mayor conocimiento. Él (Juan) también tuvo bastantes temores, porque no sólo era lo que le decían los doctores, sino que él también ya opinaba. Juan sabe que esta oportunidad ha sido por la decisión de un ser humano que lamentablemente falleció y que le ha permitido tener una calidad de vida durante estos cuatro años, donde se ha desarrollado en todo un adolescente, en un niño feliz, activo en la escuela, en su comunidad, ayuda a sus hermanitos y con buenas calificaciones en su onceavo grado; ahora es más independiente y ha quedado atrás donde sólo podía trasladarse de la puerta de su cuarta a la sala, ahora desde las seis de la mañana está listo para irse a la escuela, obtener buenas calificaciones y disfrutar de sus amigos”, dijo Maritza Vega.
Es ahí, donde hay una interrupción y Juanito –como le dice su mamá con cariño-, interviene: “Mis sueños son estar relacionado con algo de la tecnología, las computadoras”. También dice que esta Navidad será especial porque disfrutara con su familia y vendrá su tía de Phoenix. ¿Qué le gusta de un día? Él mismo nos responde… “cuando me levanto pienso en mis amigos, ir a la escuela y estar haciendo cosas con ellos”.
Vienen palabras emotivas para su mamá, momento especial y que antes de que Juan las pronuncie, Maritza ya está atenta… “Mi mamá es una persona que me quiere mucho y quiere que tenga una vida saludable, y que haga buenas decisiones para que no me vayan afectar en mi vida”. También agregó que le gusta el deporte, en especial el basquetbol de la NBA, siendo su equipo favorito los Heat de Miami y el fútbol americano, obvio es, los Broncos de Denver.
Para la mamá de Juan es importante que la comunidad tenga información sobre este tema, ya que con ello se puede crear mayor conciencia en esto, por ello, ella dijo que realizaba esta entrevista, con ese fin, de crear conciencia a través de una historia real, un caso de un joven hispano que vive en nuestra propia comunidad.
Datos oficiales
De acuerdo a información oficial por parte de Angélica Barajas, Coordinadora de Alcance Multicultural de Donor Alliance, cada día se agregan 12 personas a la lista de espera de trasplantes de órganos en el país; también cada día 18 personas mueren debido a la falta de donantes disponibles.
Además de que:
* Un solo donador de órganos puede salvar hasta 8 vidas, y un donador de tejidos puede sanar a hasta 100 personas.
* A nivel nacional, más de 120,000 personas están a la espera de un trasplante que les salve la vida.
* Más de 2,500 personas en Colorado están a la espera de un trasplante que les salve la vida, y muchos morirán sin este.
* En Colorado, hay más de 500 hispanos en la espera de un trasplante que les salve la vida.
* Entre esas personas en espera de un trasplante que les salve la vida en Colorado, hay más de 500 que son hispanos. Las donaciones dentro de la misma raza o grupo étnico tienden a ser más exitosas.
* El 69% de los habitantes de Colorado han dicho “sí” a la donación de órganos.
También con el objetivo de ir erradicando los mitos o miedos, dijo Maritza, es importante compartir esta historia y de que sepan el papel importante que representa, en este caso, personal especializado de Donor Alliance, para aquellos familiares que están involucrados, por ejemplo, en los donadores de algún órgano, que siempre estarán con ellos, en el hospital, en todo momento y que podrán comunicarse en español.
Donor Alliance, destaca que hablar con la familia sobre tu voluntad y planes para después del fallecimiento puede ser doloroso y bastante incómodo; sin embargo, por el bien de la familia, es importante sostener esas conversaciones.
¿Por qué ser un donador? Tu decisión de convertirte en un donador de órganos, ojos y tejidos es el mayor acto de bondad que pueda existir. San Juan Pablo II definió la donación de órganos como “un genuino acto de amor. Al convertirte en un donador de órganos y tejidos estas ayudando a aquellos en necesidad de una vida nueva, así reza parte de la información que nos fue entregada y la cual, nos llevan a una mejor reflexión.
El cuestionamiento
La entrevista con Maritza siguió su curso. Juan se mantenía atento al diálogo, la cámara de La Prensa de Colorado hacía lo suyo, trataba
de captar el lado humano de la historia, de que los personajes son reales y de nuestra propia comunidad y que para hacer esta entrevista, tuvieron que trasladarse de la parte norte de Colorado (Loveland) para llegar a Denver y compartir el legado de Juan.
¿Hubo un momento que usted cuestionó a Dios ante esta situación?, le preguntamos.
_ “Esto fue bastante difícil, desde que yo lo tuve (a Juan), ¿Por qué el niño nació con un síndrome que hizo que su corazón estuviera deforme, por qué? Pero conforme pasa el tiempo uno obtiene el consuelo precisamente en Dios, de que él todo lo tiene en sus manos. Yo sé que la familia del donador perdió a su hijo, pero de cierto modo tienen una parte de él, porque nosotros los conocemos; fue bastante emotivo nuestro reencuentro, nuestro encuentro, y digo reencuentro de cierto modo para Juan, porque ellos pudieron amar, abrazar y sostener a Juan en sus brazos, porque saben que el muchacho vive en Juan, dejó su legado y eso es algo que físicamente ellos tienen de que agarrar, compartir. De hecho, el Día de las Madres nosotros le llevamos flores a ella, unos chocolates y compartimos un rato, porque el cuerpo de mi hijo lleva la sangre de ellos. No todas las familias pueden tener ese privilegio, porque quizás el donante esta en otra parte del mundo”, compartió Maritza, ya en un momento emotivo, en donde el silencio era total y solo sus palabras eran las que se escuchaban en la sala de juntas de la organización Donor Alliance.
El final…emotivo
Si de por si la historia es emotiva, llena de sentimientos y retos de vida, Martiza nos compartió una parte de lo que guarda su corazón y nos llevó a un episodio que sólo ellos guardan en su interior y hoy nos lo compartió:
¿Dentro de ese corazón ha visto que Juan pudiera desarrollar alguna habilidad especial que usted haya notado diferente a lo que es su hijo?… “Sabe que a Juan le he preguntado de cosas, aunque era muy pequeño cuando le hicieron su primer trasplante, que una vez le pregunté a la mamá del donador porque él ya era un adolescente, y le pregunté si a su hijo le gustaba una cosa más que otra y me dijo que apenas estaba empezando a desarrollar el amor a pescar y hasta en ocasiones le traía algunos pescaditos, y les decía a sus hermanos que fueran a pescar. Ahora nosotros, como vivimos en Loveland y hay muchos lagos, Juanito también me dice ‘mamá hay que darnos la oportunidad de ir a pescar’, yo no sé si Juan tenga esa conexión con ese muchacho, pero es algo bonito…”