Por Dr. Myles Munroe
Yo he encontrado que la gente continuamente está esperando que Dios les diga qué hacer, siendo que esto ya les fue dado. La gente religiosa, especialmente las gentes cristianas, han estado buscando la voluntad de Dios en todos lados, excepto dentro de ellos mismos.
Es necesario que ellos se den cuenta de que no reciben sus propósitos después de que han nacido de nuevo; sus propósitos les fueron dados desde el momento en que nacieron físicamente. Dios nos ha salvado debido a que El nos ha dado tareas y responsabilidades que El no quiere perder. Tú no fuiste salvo por el sólo propósito de ir al cielo; tú fuiste salvo para que termines tus tareas y responsabilidades en la tierra. De hecho, Dios te redimió debido a la visión que llevas dentro de ti.
La Biblia dice, “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas” (Efesios 2:10, se añadió énfasis).
Mucha gente me pregunta cómo es que Dios nos habla.
Ellos dicen, “Yo quiero oír algo que Dios me diga. ¿Acaso El habla en voz audible? ¿Acaso El va a venir en medio de la noche y va a susurrar en mi oído? ¿Acaso El habla a través de algún tipo de animal o escribe en la pared de la misma manera como Ello hizo en el Antiguo Testamento?” Ellos no se dan cuenta de que Dios ha estado hablándoles desde que nacieron, y que Elsigue hablándoles actualmente.
Dios les habla a través de los pensamientos, de las ideas y a través de las visiones que ellos tienen en su mente.
Si tú no tienes clara tu visión, tú puedes pedirle a Dios que te revele los deseos más profundos que El ha colocado dentro de ti.
Algunas personas llaman a los teléfonos de los adivinos y de los psíquicos para que otros les digan acerca de su futuro. Tú no necesitas consultar psíquicos, ni leer el tarot.
La cosa más triste es que los cristianos hacen casi lo equivalente de estas cosas cuando ellos corren de una reunión a otra reunión, pidiéndole a la gente que les profeticen acerca de su futuro, sin llegar a entender que Dios ya les ha dado su visión directamente a ellos mismos.
Un profeta puede confirmar tu visión, pero ni él ni ella te puede dar tu visión. Dios te la da a ti directamente, y El te la revela a medida que tú lo escuchas a El y lo sigues.
Dios dice, “Volveos a mireprensión: heaquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros, os haré conocer mis palabras” (Proverbios 1:23), y también dice, “Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo” (Jeremías 31:33).
Dios pone Sus pensamientos dentro de nosotros a través del Espíritu Santo. Lo que tenemos que hacer es escuchar a lo que Dios nos ha dado en nuestro corazón y en nuestra mente.
La Visión es Mucho Más que “Sólo Tener Interés por Algo”
Una manera de discernir si algo es una visión que viene de Dios es por medio de determinar si acaso tú tienes un verdadero deseo de hacerlo o si sólo se trata de un interés pasajero en ello. Tú puedes estar interesado en algo, pero sin tener una verdadera pasión para hacerlo. Pero si tú tienes pasión, tú vas a buscar activamente tu visión y las cosas van a comenzar a suceder y van a hacer que comience a realizarse. Recuerda que una persona con visión es más grande que la fuerza pasiva de noventa y nueve gentes que sólo están interesados en hacer algo o en llegar a ser alguien.
La Visión Va a Persistir aun Teniendo Todas las Probabilidades en Su Contra
Otra manera de poder reconocer una verdadera visión es cuando tú perseveras en tu sueño o visión a pesar de todos los grandes obstáculos que se te presenten.
Cuando muchas personas piensan acerca de sus sueños o visiones, ellos dicen, “Oh, no, eso es imposible para mí”, así que, ellos se conforman con hacer algo mucho menor y terminan completamente vacíos interiormente y sin realización alguna.
El problema muy frecuentemente es que hemos sido entrenados y que nos han lavado el cerebro nuestras sociedades para que pensemos en pequeño, para pensar en pequeño, para esperar muy poco, y para no tratar de hacer nada en grande.
Cuando comparamos lo que nos han estado diciendo que podemos ver en el “mundo real” con nuestros propios sueños o visiones, nuestras visiones parecen ser poco realistas y comienzan a desvanecerse. Pero si una visión es verdaderamente de Dios, estamos supuestos a continuar, sin importar las dificultades que se presenten. Por lo tanto, si tú tienes una genuina visión que Dios te haya dado, tú necesitas desarrollar persistencia, que es algo de lo que hablaremos más en un capítulo posterior.