Por Dr. Myles Munroe
Extracto del libro
“Los Principios
y el poder de la Visión”
La verdadera visión no es egoísta. Su propósito es traer el reino de Dios a la tierra y dirigir a la gente hacia Dios.
Una visión, por lo tanto, siempre debería enfocarse en ayudar a la humanidad o en edificar a los demás de alguna manera.
Esto significa, primero que todo, que Dios nunca te va a obligar a ir en busca de tu visión a expensas de tu familia. Un hombre mayor, quien es un muy estimado amigo mío, fue a una conferencia, y un supuesto profeta le habló acerca de lo que Dios quería para su vida.
Después de eso, vino conmigo y me dijo, “¿Pudiste escuchar lo que me dijo el profeta?” Yo le dije, “Sí”. El preguntó, “¿Qué es lo que tú piensas?” Yo le contesté, “Bueno, vamos a orar con relación a esa profecía. Vamos a tomar nuestro tiempo, pedir algo de consejo, y vamos a encontrar la voluntad de Dios para ello”. La siguiente vez que yo escuché algo acerca de él, él ya había puesto todo un plan para poder llegar a cumplir esa profecía.
El dejó a su familia y se fue a otro país. ¿Realmente era este el propósito de Dios?
Hay ocasiones cuando los miembros de una familia van a estar de acuerdo en separarse por un tiempo para poder servir cierto propósito.
Sin embargo, este no era el caso con este hombre. Cuando él buscó cumplir su profecía, su esposa se encontraba muy frustrada y sus hijos estaban muy confundidos y enojados.
El estaba destruyendo a su familia y causando todo tipo de problemas y dificultades para ellos.
Una verdadera visión siempre va a edificar a los demás en lugar de despreciarlos o menospreciarlos.
Si el hecho de ir en busca de tu visión está causando todo un torbellino en tu familia, debes detenerte y orar en serio y hacer una profunda búsqueda en tu alma acerca de esa situación. Habla con los miembros de tu familia y escucha lo que ellos tienen que decir. Mientras que tú puedes esperar encarar algo de oposición en contra de tu visión, y mientras que tu familia al mismo tiempo no siempre no va a entender o a apoyar tu sueño o visión, el hecho de ir en busca de tu visión no debería de destruir las vidas de tus seres queridos.
La visión siempre tiene que estar acompañada de compasión.
Tú necesitas ser muy cuidadoso y muy sensitivo para no lastimar a nadie mientras que estás tratando de alcanzar tu objetivo.
La segunda cosa de que debemos estar conscientes a la naturaleza nada egoísta de la visión es el hecho de que una verdadera visión nunca va a tomar la forma de construir un gran negocio sólo para que tú puedas tener millones de dólares, o una casa muy costosa, o un carro super lujoso o una casa de vacaciones en la playa.
Estas cosas son objetivos, pero no son la visión- de hecho, probablemente son ambiciones egoístas. ¿Por qué? Porque ellos edifican tu reino en lugar de edificar el reino de Dios.
Tu visión tal vez llegue a involucrar el hecho de hacer una gran suma de dinero. Sin embargo, la diferencia se encuentra en tu motivación y en tu actitud hacia el dinero. Tu perspectiva en las finanzas debería estar centrada en Dios y no centrada en ti mismo. Tú necesitas tratar tus finanzas como un recurso que Dios ha provisto para que puedas realizar tu visión, y no como una herramienta para llenar tu vida de lujos.
La Visión Es la Unica Cosa Que Te Va a Dar Completa Realización
Otra forma en que tú puedes saber si una visión es real es cuando ésta es la única cosa que te da una verdadera satisfacción. El hecho de sólo trabajar en un empleo es muy desalentador. Ir a trabajar es una experiencia deprimente para mucha gente debido a que día tras día, ellos están haciendo algo que odian hacer.
Esto no es para lo cual tú fuiste creado. En Eclesiastés 3:13 dice lo siguiente, “Además, que todo hombre que coma y beba, vea lo bueno en todo su trabajo. Eso es don de Dios”. Es el deseo de Dios que disfrutemos de nuestro trabajo, pero sólo puede suceder cuando estamos haciendo el trabajo correcto.
Por lo tanto, sólo hasta que tú llegas a seguir el sueño o visión de Dios, tú vas a estar insatisfecho. En Proverbios 19:21 dice, “Muchos son los planes en el corazón del hombre, mas el consejo del Señor permanecerá”.
No importa en qué cosas estás ocupado, no importa lo que tú estés logrando, si no es lo que Dios quiere que tú hagas, tú no vas a poder tener total éxito en ello. ¿Por qué? Porque el verdadero éxito no consiste en lo que tú llegas a lograr; consiste en hacer aquello que Dios te dijo que hicieras.