Extracto del libro
“Los Principios y el Poder
de la Visión”
Dios diseñó todos los propósitos
para que contaran con su propia
prosperidad.
Por Dr. Myles Munroe
Dios es un Dios de provisión. El es Jehová-Jireh, “ El Señor proveerá”. El lo provee todo, pero El lo hace hasta después de que tú comienzas tu trabajo en tu visión. Tu obediencia hacia tu visión afecta no sólo tu vida, sino las vidas de todos aquellos que van a trabajar contigo. Esto significa que la obediencia hacia la visión no es ningún asunto privado. Afecta a todos aquellos que están supuestos a trabajar contigo y que pueden llegar a afectar tu vida.Prosperidad significa tener todo lo que se necesita. No significa necesariamente tener una grande suma de dinero en la cuenta del banco, ni tener varios automóviles, ni tener una casa muy grande, aunque tú tal vez necesites todas esas cosas para realizar tu visión. Por ejemplo, debido a mi propósito, mi esposa y yo necesitamos una mesa de comedor muy larga donde podamos sentar a un buen número de gentes, puesto que muy a menudo tenemos invitados del ministerio para comer. Esto es parte de nuestra tarea. Tal vez, también puede ser parte de la tuya, dependiendo de lo que estás llamado a realizar. Sin embargo, tú tal vez necesitas una mesa de cuatro sillas en lugar de una mesa de doce sillas porque tú sólo comes con tu familia.
En lugar de usar el dinero en una mesa más larga, tú puedes usarlo en otras cosas que tengan que ver con tu visión personal o con la visión de tu iglesia.
En forma similar, yo tal vez no necesite algo que tú tienes debido a tu propósito. Si yo lo tuviera, sería un exceso. El punto es que Dios provee para todas las necesidades de tus visiones, sin importar cómo son, sean grandes o pequeñas.
Usa Tu Provisión
Hace varios años, cuando yo estaba visitando a un amigo en Detroit, yo dije, “Sabes, yo siempre he querido ir a visitar la fábrica de automóviles de la Compañía Ford Motor. Yo he oído mucho acerca del Sr. Ford y de la manera cómo ellos hacen los automóviles ahí, y me gustaría verlo en persona”. Terminamos pasando toda una tarde en ese lugar. El hombre que dirigía la visita al lugar nos mostró enormes edificios, incluyendo las oficinas corporativas y el lugar donde se diseñan los automóviles.
Entonces, él nos llevó a mirar otro gran edificio y dijo, “Aquí es donde hacemos toda la producción de las refacciones y partes”.
Entramos a lo que parecía como un gran edificio, pero había pequeñas bodegas dentro de él.
Cada sección tenía un nombre diferente y había millones de piezas y refacciones almacenadas en cada sección.
Yo apunté a una sección, y pregunté al guía, “¿Qué es esto?” y él dijo, “Estos son los automóviles que estamos preparando para el año 2005”. Yo dije, “Espera un minuto; apenas estamos en el año 1998”. El dijo, “Sí, pero nosotros estamos como cinco años adelantados. Este es para el modelo del año 2002, este otro es para el año 2003, y este otro para el año 2004, y este es para el año 2005”.
Cuando yo pregunté si podía ver esos automóviles, él dijo, “No, los automóvíles no están construidos todavía. Primero hacemos las partes. Sin embargo, estas no son las partes que vamos a usar en los autos nuevos. Estas son las refacciones en caso de que se necesiten reparaciones”.
Limpia tu bodega celestial.
La compañía hace las refacciones y las partes antes de que ellos construyan los automóviles. Entonces, ellos construyen los automóviles. Por eso es que, cuando algo necesita ser reemplazado en tu automóvil, la parte o refacción ya está preparada. Ellos preparan lo que tú vas a necesitar aun antes de que tú compres tu automóvil.
A medida que yo escuchaba a nuestro guía que nos explicaba esto, yo sentí como si el Espíritu Santo me estuviera hablando justo en esa bodega. El dijo, “Ese es exactamente el significado de Efesios 1:3: ‘Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo’. Todo lo que tú vas a necesitar para tu visión ya está provisto. Yo tengo todo preparado en grandes bodegas en los cielos. Aun antes de que tú aparezcas en escena, Yo ya había preparado todo”.
Mi buen amigo Jesse Duplantis me contó una vez acerca de una experiencia que él tuvo. El tuvo una visión espiritual donde Jesús lo llevó a visitar el cielo. El ha escrito acerca de esta experiencia en un libro. En un punto, Jesús y él llegaron a un lugar muy grande en el cielo donde había muchísimas bodegas o almacenes. Había nombres en todas esas bodegas, y él pudo ver una de esas bodegas con su nombre escrito en ella, así que le preguntó a Jesús, “¿Qué hay en esa bodega?” Jesús dijo, “¿Quieres ver?” Y él contestó, “Seguro. Mi nombre está ahí”. Ellos subieron a esa bodega y abrieron la puerta que era muy grande. Adentro, apiladas hasta el techo, estaba lo que se veía como un millón de dólares representado en muchas cosas. En la esquina había un espacio pequeño y vacío. El preguntó, “Señor, todo este lugar está lleno con todas estas cosas maravillosas, pero, ¿qué es ese espacio vacío en esa esquina?” Jesús dijo, “Eso es lo único por lo que tú has pedido hasta ahora”.
Dios no está limitado en nada de lo que tú necesites.
Después de que él me contó esa historia, yo me dije a mí mismo, “Yo voy a morir vacío. Yo voy a limpiar mi bodega antes de que yo me vaya de este planeta tierra”.
Cuando vayamos al cielo, la mayoría de nosotros vamos a estar impresionados de todo lo que era nuestro para que lo usáramos en la tierra y que nunca pedimos por ello.
Debemos usar lo que hay en nuestras bodegas. Diariamente, deberíamos pedirle a Dios, “Mándame lo que necesito el día de hoy”. En Segunda de Pedro 1:3 dice, “Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”, ¿Dónde está? Está esperando que tú lo pidas con confianza. Dios no está limitado en nada de lo que tú necesites.
Lo que a mí me preocupa es que tú tal vez estés pidiendo algunas cosas que no te corresponden a ti. Déjame explicarte. Si tú vas en busca de la tarea equivocada, tú vas a necesitar cosas que no puedes obtener, porque la provisión no va a estar ahí, a menos que esa visión sea tuya. Si es la tarea de alguien más, él va a tener su propia bodega de cosas.
Algunas veces, hay gentes que le piden a Dios lo que El no les puede dar, debido a que El no nos puede dar algo que no nos pertenece. Otra vez, la clave para tu prosperidad es el hecho de conocer la voluntad de Dios para tu vida.