Por Enrique Monterroza
“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.”
Salmos 37:4 (Nueva Traducción Viviente).
Momentos de confusión en tu vida, de esos momentos en los que no sabes que decidir y cómo tienes que hacer las cosas de la formas más correcta que se tienen que hacer.
Momentos en donde una tristeza te embarga sin saber porque, seguro es resultado de los uno y mil pensamientos que vienen a tu mente acerca de esa decisión que tienes que tomar.
A veces quisiéramos que las cosas fueran tan fáciles y claras, a veces anhelamos una respuesta directa de Dios confirmándonos lo que tenemos que hacer, pero en ocasiones simplemente tenemos que saber interpretar el silencio o respuesta de Dios.
En esos momentos en donde te sientes confundido, hasta cierto punto triste o sin fuerzas, esos momentos en donde quisieras que todo fuera claro para saber que hacer lo más recomendable es ir delante de tu Padre.
¿Por qué no dejas de pensar un momento en todo eso y te deleitas en el Señor?, ¿Cuándo fue la última vez que le dedicaste el tiempo que Él se merece?, ¿Cuándo fue la última vez que agendaste la hora y el lugar exacto para simplemente encontrarte con Él?
¿Saben algo?, a veces nos sentimos confundidos, tristes y hasta desanimados porque quisiéramos resolver todo a base de nuestras ideas o pensamientos, pero a veces lo único que se necesita es agendar tiempo para estar con el Señor, porque cuando vamos al Señor, cuando nos deleitamos en Él, cuando doblamos nuestras rodillas y concentramos todo nuestro ser para encontrarnos con Él entonces allí es donde surgen las respuestas, es allí en donde las ideas se aclaran y nuestros oídos se sensibilizan a su voz y voluntad y entonces, es allí en donde encontramos la respuesta que necesitábamos.
Querido amigo o amiga, ya no luches tu solo, ya no sigas pensando por ti mismo cómo es que tienes que hacer o que decisiones son las mejores, ¿Por qué en lugar de ello no agendas un tiempo para estar a solas con Dios?, ¡Mira que lo necesitas!
Cuando conscientemente agendas un tiempo para estar con Dios, Él ha de recompensar tu disposición. Cuando decides que quieres hablar con Él, no de una forma improvisada sino agendada, con conciencia que ya habías apartado ese tiempo para deleitarte en Él, adorarlo, alabarlo, hablar con Él, desahogarte en Él, entonces ese tiempo será un tiempo de calidad, porque no será algo que surgió de la nada, sino que fue algo que agendaste, que planeaste, que querías hacer, que necesitabas hacer, entonces cuando haces eso ten por seguro que algo especial te aguarda porque Dios también está ansioso de encontrarse de esa manera contigo.
Hoy te invito a escribir en tu agenda ese tiempo que necesitas con el Señor, pon el día, la hora, el lugar y se fiel a esa cita, primero porque la necesitas, segundo porque Dios quiere tener intimidad contigo y tercero porque a partir de esa cita agendada las respuestas que necesitas vendrán.
¡Dios quiere encontrarse contigo y tú necesitas encontrarte con Él!
“Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, Señor».”
Salmos 27:8 (Nueva Traducción Viviente)