“Terrell Davis, el que fuera
elegido por los Broncos
en el draft del ’95″
Se dieron a conocer los nuevos miembros del salón de la fama en la NFL, quienes recibirán sus chaquetas doradas el próximo 5 de agosto en Canton, Ohio. Estos son: Terrell Davis, LaDainian Tomlinson, Jason Taylor, Kurt Warner, Monten Ardensen, Kenny Easley Y con ellos el dueño de los Cowboys de Dallas, Jerry Jones.El día de hoy me voy a enfocar en mi favorito de esta clase, Terrell Davis, quien en el pasado me llenó de alegría muchos de mis domingos y en especial en aquellos donde estaba en juego el trofeo Lombardi.
Él fue elegido por los Broncos de Denver, en el draft del ‘95 en la sexta ronda en el lugar número 196; es graduado de la universidad de Georgia, donde tuvo una carrera regular con algunos destellos, esto fue lo que hizo que el entrenador de corredores Bobby Turner y en particular el coach Mike Shanahan, se fijaran en él.
Llegó el campo de entrenamientos y comenzó a tratar de ganarse un lugar en la plantilla, lo que parecía no lo lograría, Shanahan estaba muy ocupado para poner toda su atención en un jugador de sexta ronda, pero esto cambió en un juego de pretemporada realizado en Japón, en donde los Broncos enfrentaron a los todo poderosos 49ers, aquel lejano 6 de agosto cambió la historia para los azul-naranja, quienes ya tenían algunos viajes al Súper Bowl, pero solo habían cosechado derrotas.
Según palabras de Davis ese día de principios de agosto antes del juego se la pasó comiendo Hot dogs y estaba bastante decepcionado con el equipo, ya que le habían dado
pocas oportunidades de mostrarse, incluso había pensado en renunciar ese día y regresar a su natal San Diego, pero el destino le tenía preparado un camino de gloria, el cual inició en el trascurso de ese juego, Terrell y su estómago lleno de salchichas fue llamado al emparrillado para ser parte de los equipos especiales.
El famoso numero 30 lo tomó como una despedida y decidió dejarlo todo en el campo, en la primera jugada que tuvo impactó a un 49ers con todo lo que traía para liberar toda su frustración, lo que le ganó una ronda de aplausos de sus compañeros y que el entrenador Shanahan recordara que lo tenía y como todavía no tenía decidido quién sería el corredor titular del equipo decidió darle la oportunidad al novato, quien se ganó el puesto y a pesar de que el equipo tuvo una temporada de altibajos él pasó la cifra de las 1000 yardas por tierra, además de 49 recepciones en solo 14 encuentros ya que los últimos dos juegos del año no los jugó por estar lesionado. En las siguientes temporadas, tanto Davis como su equipo fueron en mejoría: en el ‘96 ganó 1538 yardas y fue nombrado el jugador ofensivo del año, después llegarían el par de años de oro en el 97-1750 yardas y 98-2008 yardas, estas dos últimas temporadas fueron las más importantes para él ya que ganó el Súper Bowl con los Broncos.
En el primero fue nombrado el MVP, esto a pesar de perderse gran parte de la primera mitad por la migraña y en el segundo fue el señuelo para que la defensiva de los Falcons de Atlanta dejara grandes huecos que fueron aprovechados por sus compañeros; esta témpora fue la mejor en lo individual ya que terminó con anillo de campeón, además fue el MVP pero de toda la temporada y se de convertirse en uno de los 5 jugadores en ganar 2000 yardas.
Es esos tres años Davis impuso una marca de 7 juegos de playoffs con 100 o más yardas, el muchacho estaba en las nubes pero llego el 99 que sería el del acabos de Terrell esto en la semana 4 cuando fue en busca de un jugador de los Jets esto después de un balón perdido en el trascurso de la jugada recibió un golpe en su rodilla lo que lo dejó fuera del resto de la temporada y en una pesadilla en la cual su rodilla ya no pudo recuperarse al 100%, jugó unos cuantos juegos en las siguientes dos temporadas pero ya no fue el mismo ya que su cuerpo no le dio para más, su rodilla nunca sanó por completo, en sus últimas tres temporadas solo jugó 17 encuentros.
En el 2002 en un juego de pretemporada de lunes por la noche fue su despedida, estuvo vestido, pero no tocó el emparrillado y por cuestiones del destino fue contra los 49ers de San Francisco contra los cuales había iniciado su historia.
Su historia continúo fuera del campo trabajando con la comunidad y en los medios de comunicación donde también se ganó el respeto de sus compañeros por su conocimiento del juego todo esto lo ayudó para llegar al salón de los Inmortales.