El número de muertos entre quienes fueron vacunados contra el virus PCCh (Partido Comunista de China) en Estados Unidos asciende a 1,170, en menos de dos meses desde que se empezaron a recibir los reportes voluntarios.
Así informaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por la sigla en inglés) junto con la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) al consolidar los registros entre el 14 de diciembre de 2020 y el 7 de febrero de 2021, informó su página web el 11 de febrero.
“Normalmente, las muertes por la vacuna COVID-19 [virus PCCh] pueden atribuirse a la anafilaxia [reacción alérgica grave] y se producen en un periodo relativamente corto después de la administración de la vacuna, razón por la que se realiza el seguimiento”, dijo el Dr. Gary Anthone, director médico de Nebraska, según CNBC.
La campaña de vacunación que avanza en muchos países ha generado miles de consecuencias adversas graves, entre ellas la pérdida de vidas, y aunque se las hace aparecer como un porcentaje pequeño la muerte causada a una sola persona ya es inadmisible para ella y para sus familiares.
A pesar de todos los efectos adversos resultantes de la aplicación de las vacunas de varias marcas, los rangos de población se amplían cada vez más, el único que faltaba era el de los bebés y las madres gestantes.
Por su parte la jefa de vacunas víricas del fabricante Janssen de Johnson y Johnson, Hanneke Schuitemaker, anunció que los bebés recién nacidos serán probados en las próximas semanas en EE. UU. y Canadá, aunque la mayoría de los niños no se ven afectados por el virus y es poco probable que lo adquieran.
También hay pruebas de que los niños tienen menos probabilidades de contraer la infección.
El papel de los niños en la transmisión, una vez que la han adquirido, no está claro, aunque no hay pruebas de que sean más infecciosos que los adultos”, declaró el Real Colegio de Pediatría y Salud Infantil del Reino Unido. Asimismo, los investigadores de Oxford-AstraZeneca ya habían notificado que probarán en niños de seis años a finales de este mes, ante la presión para comprender las respuestas inmunitarias en todas las edades.
Por otro lado se han presentado muchos casos de violencia administrativa contra quienes rechazan las medidas que supuestamente reducen el contagio, y otros en los que las víctimas son los ancianos de las casas dedicadas a su cuidado, como ocurrió en Nueva York por disposición del gobernador Andrew Cuomo.
Más recientemente un testigo presencial denunció los atropellos cometidos contra los ancianos con problemas mentales, en una casa de reposo ubicada en Berlin-Spandau, Alemania.
A los seis días de la primera vacunación con el producto Comirnaty de BioNTech / Pfizer empezaron a morir los ancianos, y cayeron al menos 8 de los 31 alojados en ese lugar todos previamente sanos.
El equipo de vacunación estaba compuesto por un anciano vacunador, tres auxiliares y dos soldados del Bundeswehr con uniforme de Flecktarn, que se supone fueron con fines coercitivos porque muchos de los residentes eran veteranos de la Segunda Guerra Mundial.
En algunos casos se usó la fuerza física para someter a los ancianos tanto a la vacunación como a las tomas de las muestras.
Son muchas las dudas generadas por las vacunas y las numerosas contradicciones emitidas por la OMS. También se les acusa de complicidad con el régimen comunista chino en la manipulación inicial fraudulenta del virus causante.
Así, una reciente encuesta advierte que 1 de cada 3 estadounidenses se niega a tomar la vacuna, argumentando desconfianza por sus posibles efectos adversos y los intereses políticos y económicos que hay detrás.