Los Broncos de Denver salieron al camino para enfrentar a los Raiders de Oakland los cuales les recetaron su séptima derrota en línea por
Los de la Milla Alta no perdían 7 al hilo desde 1967.
Esta mala racha ya tuvo sus consecuencias cuando al inicio de la semana fue despedido el coordinador ofensivo y a su vez provocó que se nombrara a Paxton Lynch como mariscal de campo titular.
El joven de segundo año comenzó nervioso, pero parecía que le daría la ventaja a su equipo en un pase corto y preciso a su corredor el cual no alcanzó a cruzar la zona de anotación.
Fue cuando una serie de jugadas de mala suerte le marcaron el destino a Lynch.
Primero lanzó un pase el cual fue interceptado en una serie de revotes que terminó en dominios de un jugador de los Raiders que estaba en el suelo.
Esto le quitó la poca confianza a Paxton, el cual nunca se pudo establecer y para seguir con su mala racha se lesionó de uno de sus tobillos al final del tercer cuarto, en este punto los de Oakland ya ganaban 21 a 0.
Con la lesión de Linch entró Trevor Siemian, quien después de una seria ofensiva en la que estuvo impreciso llevó a sus muchachos a notar en un par de ocasiones.
En la primera, recorrió 93 yardas en 10 jugadas que terminó en un pase a Cody Latimer.
En la segunda, recorrió 60 yardas en 12 jugadas y terminó con un pase de 25 yardas a Bennie Fowler cuando restaban un poco más de 2 minutos en el juego.
Los Broncos no utilizaron la patada corta y lo hicieron normal confiando en su defensa para que les regresara el ovoide y todo parecía que así sería, pero el QB de los Raiders recordó que número 27 de sus rivales se había mostrado perdido siempre que lo atacó y fue por donde se fue.
Y una vez más Brendan Langley permitió la jugada grande con lo que los locales lograron el primero y diez y con eso ganaron el encuentro.
Langley vio mucha acción por el hecho de que el esquinero titular Aqib Talib fue expulsado al inicio del juego por una pelea.
Los Broncos viajan el próximo domingo a Miami para enfrentar a los Dolphins.