• November 24, 2024

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Comentario Semanal

* ¿Cómo se llama la fobia a los embotellamientos del tránsito?

Recientemente, un viaje que debería haberme llevado unos 45 minutos me llevó dos horas y media, debido a construcción y accidentes. Poco después, otro viaje que realizo con frecuencia en no más de 20 minutos me tomó una hora y media. Por eso, me gustaría saber si existe un nombre para la fobia de los embotellamientos de tránsito, por las dudas que la fobia exista.

La creciente frecuencia de inescapables e interminables embotellamientos en la zona en la que vivo (Denver) se explica, además del crecimiento demográfico normal, por la recuperación económica de la región (que fomenta, por ejemplo, más proyectos de construcción vial) y por cambios sociales, como la legalización de la marihuana recreativa, que ha atraído a miles de nuevas personas a Colorado.I-25

Si las cosas siguen “progresando” de esta manera, quizá llegue el momento en que vivamos en un embotellamiento de tráfico permanente, como el retratado en el episodio “Gridlock”, de la serie inglesa de ciencia ficción Doctor Who en abril de 2007. (La buena noticia es que, según Doctor Who, esa situación sucederá en la Nueva Nueva York, no en Denver, y sucederá dentro de poco más de cinco mil millones de años.)

Volviendo al presente (en donde no se requieren seis años para recorrer sólo 16 kilómetros), el gasto físico, mental y emocional de estar atrapado en un embotellamiento, además del tiempo ridículamente perdido que eso significa, pueden causar ciertamente serios efectos en la conducta de las personas, llevando, según parece, incluso a fobias (temor o aversión extremo a algo o alguien.)

En el caso de los embotellamientos, la fobia se presenta como una mezcla exquisita de claustrofobia (miedo a quedarse encerrado en algún lugar) y agorafobia (miedo a espacios abiertos y, más ampliamente, a ambientes percibidos como peligrosos.)

Por su lado, al estar en el embotellamiento, estamos al aire libre y estamos (obviamente) rodeados de muchas otras personas. Pero a la vez estamos absolutamente solos (o sólo con nuestros acompañantes) y sin posibilidades de movernos, de parar, de salir o de modificar la situación.

La incertidumbre sobre cuánto durará el embotellamiento, el temor a llegar tarde o incluso ya muy tarde al encuentro o evento al que nos dirigíamos, e incluso situaciones biológicas (desde dolor de cabeza hasta la necesidad de usar los sanitarios) intensifican el sentimiento de impotencia que uno siente al no poder encontrar la salida al problema. Y la paciencia, aunque aconsejable en esas situaciones, tiene sus límites.

¿Qué me molesta realmente en esos embotellamientos? Quizá sea la mencionada impotencia. O quizá se trate de la paradoja de estar atrapado por una tecnología que se supone tendría que hacernos la vida más fácil, no más complicada.

Pero a veces temo que el disgusto que siento lo dirijo a “los otros” y hasta me permito pensar que sería bueno que “los otros” desapareciesen para que así se solucionasen mi problemas. Pero entonces recuerdo que yo soy “el otro del otro” y que alguien está deseando mi desaparición. Ese es el verdadero disgusto.

Francisco Miraval es el fundador y director de Proyecto Visión 21, LLC, un servicio bilingüe de información y noticias (www.noticiasyservicios.com) en Aurora, CO. Escríbale a:
fmiraval@newsandservices.com.

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