• April 20, 2024

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Cómo el gobierno creó la escasez de fórmula para bebés…….y creo su mercado negro

Shelves typically stocked with baby formula sit mostly empty at a store in San Antonio, Tuesday, May 10, 2022. Parents across the U.S. are scrambling to find baby formula because supply disruptions and a massive safety recall have swept many leading brands off store shelves. (AP Photo/Eric Gay)

Como informó Christina Szalinski en el *New York Times, “la leche de fórmula para bebés es uno de los productos alimenticios más regulados en Estados Unidos”.

Y como muchos ya han de haberse ddo cuenta y saben que, Estados Unidos se enfrenta a una escasez de leche de fórmula para bebés que se ha vuelto bastante grave.

Lo que empezó como quejas en Twitter de mensajes de “falta de existencias” en las compras de Amazon se ha convertido en un pánico nacional.

CBS News informa que en los minoristas de todo el país, alrededor del  40% de los productos de fórmula infantil más vendidos  estaban  agotados  a  finales  de abril,  según  un  análisis de *Datasembly.

“Se trata de una cifra impactante que no se ve en otras categorías”, dijo Ben Reich, director general de Datasembly, a la cadena de noticias.

La historia tuvo la suficiente repercusión como para llamar finalmente la atención de la Casa Blanca.

La secretaria de prensa Jen Psaki dijo que el gobierno está haciendo todo lo posible para enfrentar la escasez, señalando que los fabricantes dicen que están produciendo a plena capacidad después de una retirada de productos por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

“Garantizar la  disponibilidad  es también una  prioridad  para  la  FDA  y  están trabajando  sin  descanso  para  enfrentar cualquier  posible escasez”, dijo Psaki.

Pero Psaki  no se equivoca  al afirmar que la retirada de productos ha agravado la escasez de leche de fórmula para bebés.

Como señaló Eric Boehm en Reason, parte de la escasez se debe a un presunto brote bacteriano  en una planta de Abbott en Michigan, que provocó la retirada de tres grandes marcas de leche en polvo.

La situación empeoró cuando la planta fue cerrada posteriormente por una inspección de la FDA.

Aun así, se puede sospechar razonablemente de la idea de que una sola contaminación pueda poner en jaque a todo el mercado estadounidense de fórmulas para bebés. Y con razón.

Un examen más detallado de las políticas comerciales y reglamentarias de Estados Unidos revela que el propio gobierno es el principal responsable de la escasez de leche para lactantes.

 

Uno de los productos alimentarios más estrictamente regulados

Puede que pocos se den cuenta, pero la leche de fórmula para bebés es uno de los productos alimenticios más regulados en Estados Unidos. Y no lo estamos diciendo nosotros, sino el propio New York Times.

Y como informó Christina Szalinski en marzo del 2021, “la leche de fórmula para bebés  es  uno  de  los  productos alimenticios más estrictamente regulados en EE.UU., con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dictando los nutrientes y vitaminas, y estableciendo normas estrictas sobre cómo se produce, se envasa y se etiqueta la leche de fórmula”.

A pesar de estas regulaciones -más bien, a causa de ellas-, muchos padres estadounidenses compran leche de fórmula europea “no aprobada”, a pesar de que, señala Szalinski, es técnicamente contrario a la ley.

Cabe recalcar que ya “hay grandes  grupos de  Facebook dedicados a las fórmulas europeas, en los que los padres comparten hojas de cálculo y notas detalladas sobre los ingredientes y la comparación de estas fórmulas con sus homólogas estadounidenses”, señala. “Algunos cuidadores afirman que las eligen porque las marcas europeas ofrecen ciertas opciones de fórmulas (como las elaboradas con leche de cabra o de vacas criadas en pastos), que son raras o inexistentes en forma regulada por la FDA en EE.UU.

Otros buscan marcas europeas por la percepción de que las fórmulas son de mayor calidad y que la normativa europea sobre fórmulas es más estricta”.

En este mercado negro, resulta que los estadounidenses están dispuestos a pagar mucho dinero por las fórmulas europeas.

Szalinski afirma que en un sitio web que vende fórmulas para bebés de la UE, se pueden encontrar importaciones alemanas que cuestan aproximadamente 26 dólares por una caja de 400 gramos, lo que supone el cuádruple del precio de los mejores preparados para bebés de EE.UU. recomendados por el New York Times.

En ocasiones, estas nefastas importaciones del mercado negro han dado lugar a redadas de gran repercusión, como la de abril de 2021, cuando los agentes de Aduanas  y Protección de Fronteras de EE.UU. en Filadelfia se incautaron de 588 cajas de fórmulas para bebés (por valor de 30.000 dólares) que infringían las “normas de seguridad en  la  importación”  de la FDA.

Algunos pueden sostener que la FDA simplemente está manteniendo a los estadounidenses y a sus bebés a salvo -que es sin duda lo que los reguladores quieren que se crea-, pero esto pasa por alto un hecho inconveniente: a  pesar  de  los esfuerzos de  la FDA, los estadounidenses están consumiendo grandes cantidades  de  fórmulas para  bebés  del  mercado  negro   y  los  niños  están  bien.

Sin embargo, la guerra reglamentaria del gobierno contra las importaciones de fórmulas para bebés no es la única forma en que ha contribuido a la escasez. Los aranceles también han desempeñado un papel.

Como señaló el académico de Cato, Scott Lincicome, en Twitter, el gobierno estadounidense impone un fuerte gravamen a las fórmulas para bebés (técnicamente un “contingente arancelario”) que asciende al 18%.

Los economistas están de acuerdo en que los aranceles crean distorsiones en el mercado que perjudican a los consumidores nacionales a lo largo  del tiempo y hay   muchas  razones  para creer que estos impuestos  a las importaciones han  dificultado  el  acceso  de los estadounidenses a la leche de fórmula para bebés durante  esta  escasez (y también han  afectado  a sus bolsillos).

Quién tiene que elegir

Si el gobierno de Biden se tomara en serio la cuestión de la leche de fórmula para bebés, se olvidaría de “trabajar a contrarreloj” y simplemente aboliría las políticas y regulaciones proteccionistas que están dificultando la compra de la leche de fórmula.

Algunos pueden sostener  que  esto daría lugar a más importaciones extranjeras de leche de fórmula  para bebés de calidad “cuestionable”, pero  es  un  error creer que los burócratas de Washington, DC (o de cualquier otro lugar, para el caso) tienen la fórmula “adecuada” que cumple con algún estándar universal.

De hecho, como señala Szalinski en su artículo del New York Times, aunque tanto la UE como EE.UU. exigen un montón de las mismas vitaminas y minerales en las fórmulas para bebés, también hay algunas diferencias notables, sobre todo en el contenido de hierro y DHA (un ácido graso omega-3).

Como la UE exige altos niveles de DHA, algo que no se exige en absoluto en EE.UU., casi todos los preparados para bebés estadounidenses no cumplen la norma de la UE.

“Actualmente, la única fórmula estadounidense que cumpliría los requisitos de la UE en materia de DHA es la nueva  fórmula  infantil  Bobbie“,  escribe Szalinski. “Como fórmula autodenominada ‘de estilo europeo’, *Bobbie se comercializa como una alternativa regulada por la FDA a las fórmulas europeas”.

Los burócratas  de  DC  sin duda dirán que su fórmula es la correcta y saludable, mientras que los burócratas de la UE casi seguro que sostendrán que tienen la mezcla correcta de ingredientes.

Esto invita a una pregunta importante: ¿quién  tiene r ealmente la mejor fórmula para bebés, la UE o Estados Unidos?

Muchos creen saberlo, pero el economista Thomas Sowell nos recuerda que es una pregunta equivocada.

“La cuestión más básica no es qué es lo mejor, sino quién debe decidir qué es lo mejor”, dice Sowell.

A lo que Sowell quería llegar es a que los consumidores con piel en el juego deben decidir en última instancia qué producto o servicio es el mejor para ellos y los intentos del gobierno de regular esa elección invariablemente hacen más difícil que los consumidores obtengan el mejor producto al mejor precio.

Por eso el economista Ludwig von Mises señaló que los consumidores -y no los políticos, los directores generales o los burócratas- son los verdaderos capitanes del barco económico en un mercado libre.

“Los verdaderos jefes, en el sistema capitalista de economía de mercado, son los consumidores”, escribió Mises en su libro Burocracia. “Ellos, mediante su compra  y  su  abstención  de comprar, deciden quién debe poseer el capital y dirigir las plantas. Determinan lo que debe producirse y en qué cantidad y calidad. Sus actitudes se traducen en beneficios o en pérdidas para el empresario”.

La escasez de fórmulas para bebés es el último ejemplo que demuestra que la mayoría de la gente en Washington, DC, necesita abrirse un poco más hacia los conceptos de Mises y dejar de intentar darles “soluciones” a los mercados.

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