• December 9, 2024

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Cumpliendo con el llamado de Dios en el Aula

Por Pastor Rigo Méndez

En Lucas 10:27, la Biblia nos llama a amar al Señor con toda nuestra mente. En el mismo versículo, Dios va un paso más allá – como lo hace a menudo – cómo llegar a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ese mensaje es tan relevante hoy como siempre; tenemos la responsabilidad de ver que todos los niños tengan la oportunidad de recibir una educación abundante y edificante.El 6 de septiembre, millones de creyentes y sus respectivas iglesias al nivel local y al nivel nacional se unen para un Domingo de Educación, con oración, pidiendo justicia bíblica, y que esto esté en vigor en nuestras escuelas públicas – que todos los estudiantes sean tratados con integridad y valorados por su potencial innato. En esta ocasión, 65 iglesias hispanas en Colorado y más de 2,500 iglesias al nivel nacional, se unen para pedir que la voluntad de Dios se haga en nuestras aulas, y para recordar a nuestros líderes de la distancia que todavía tenemos que recorrer para lograr la equidad educativa.
La Palabra nos dice el Señor ha puesto un llamado en la vida de cada individuo, sin importar dónde se ha creado o las circunstancias que haya pasado desde su nacimiento.

En ninguna otra parte tenemos la mayor responsabilidad de honrar esa promesa que dentro de nuestras escuelas. La Iglesia ha sido el precursor de llevar esta encomienda, abogando por la igualdad de la educación, la responsabilidad y participación de los padres. Una buena educación debe ser impulsada por los padres, pero todos comparten un papel en ayudar a los niños a tener éxito.

Sin embargo, poco a poco durante el último cuarto de siglo, hemos permitido que una complacencia de tranquilidad y conformidad esté presente en nuestros sistemas educativos. Incluso mientras se realizan esfuerzos para ayudar a los estudiantes de bajo rendimiento, nuestras expectativas han languidecido para la mayoría de los estudiantes.
El resultado ha sido una aceptación al no vocear a la noción de que para algunos jóvenes, cumpliendo con un estandarte mínimo de logro es lo suficientemente bueno. Esta triste realidad ignora la integridad y el valor que Dios pone en cada individuo. Y se ha dejado sentir de forma aguda en las comunidades minoritarias y de bajos ingresos, que el sistema con frecuencia los ha destinado para un ciclo de la mediocridad. Expectativas inconsistentes han llevado a muchos estudiantes a la apatía, la separación y la falta de confianza en sí mismos.
Como pastor, yo hablo regularmente con estudiantes de secundaria para ver que consideran como próximos pasos en sus vidas. Con demasiada frecuencia, estoy sorprendido por sus respuestas. Colegio, dicen, es más allá de su potencial. Ellos no tienen lo que se necesita para cursar al nivel universitario. Tal vez ellos consideran una escuela técnica o vocacional. Muchas veces, la carga financiera de su familia les hace creer que la universidad es inalcanzable por lo que consideran opciones que les ayudarán a proporcionar recursos financieros más rápido en el corto plazo.
Se trata de jóvenes con grandes dones y talentos. Sus respuestas son una acusación que las bajas expectativas – no de los maestros, pero arraigadas en el sistema – han deteriorado la creencia de que ellos también pueden lograr grandes cosas.

Afortunadamente, en los últimos años un esfuerzo colectivo ha surgido, liderado a nivel estatal, para restablecer la línea de base de las expectativas académicas. Más de 40 estados han implementado normas del Common Core Education Standards , y, mientras que la iniciativa ha despertado cierta controversia, es irrefutable el impulso de estándares más altos que ha puesto el mayor énfasis en asegurar que toda escuela pública y sus estudiantes estén listos para cursar una carrera al nivel universitario.

Este otoño, las familias de Colorado recibirá las puntuaciones de la primera ronda de exámenes alineados con estas normas de educación superior. Mientras los resultados no son las noticias que quieren escuchar – debido a que los exámenes miden contra un contenido más duro, se espera que un número menor de estudiantes cursen puntuaciones mejores – finalmente reflejan una evaluación honesta de lo bien que nuestros hijos están realmente aprendiendo las destrezas y conocimiento que necesitan para desarrollarse en los altos niveles de aprendizaje, un paso necesario para comenzar un mejor rendimiento.
Mientras que éstos deben venir como desarrollos de bienvenida, son sólo el primer paso. Estos cambios no son notorios de la noche a la mañana; es probable que tome años y vendrá un incremento de ganancias estable. Habrá dolores de crecimiento a lo largo del camino. Pero se lo debemos a nuestros hijos para mostrar la voluntad de llevarlas a cabo.

Una educación sólida es la base de una vida plena y realizada, y la Biblia deja claro que tenemos el deber de garantizar que todos los hijos de Dios tienen la oportunidad de una educación de calidad. “Instruye al niño en el camino que debe seguir,” la Biblia nos dice: “Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Sobre la educación, el domingo, mi oración es que nuestros líderes restauraren altas expectativas académicas para todos los estudiantes – Afroamericano, Anglosajón, Hispanos y Asiáticos y toda raza. Al hacer esto, vamos a pasar más cerca de realizar el llamado de Dios para ayudar a los jóvenes a desarrollar su máximo potencial.

Rigo Méndez es un Pastor Asociado de La Casa Del Alfarero (The Potters House of Denver) donde supervisa varios auxiliares de la iglesia, incluyendo la colaboración de la comunidad y ministerio de alcance.

Fue maestro en la escuela primaria con 10 años de experiencia, el Sr. Méndez también sirve como Coordinador de Servicios Bilingüe para programas de Niños y Apoyo Familiar, para una Mesa Comunitaria (CCB).

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