La Prensa de Colorado Un grupo de desamparados de Denver encontró un terreno municipal en el centro de Denver en que podrían establecerse durante por lo menos unos pocos meses “para ya no estar a la intemperie”, comentó Ray Lyall, portavoz de Denver Homeless Out Loud (DHOL).
“Nos trasladamos al nuevo terreno porque el Departamento de Policía de Denver nos forzó a dejar la comunidad de tiendas que teníamos en la calle 26 y Arapahoe, porque el lugar se vendió TreeHouse Brokerage, una empresa privada que compró el terreno de la Autoridad de Viviendas de Denver” (DHA)”, explicó Lyall.
“Nuestro nuevo hogar está en la calle 24 entre California y Stout, otro terreno vacante de propiedad de DHA desde 1979”, agregó, puntualizando que “existen muchos otros terrenos como este en la ciudad, que podrían usarse para construir viviendas económicas, pero que siguen vacantes o que se venden a empresas privadas”.
Lyall enfatizó que DHA no es responsable por la crisis de desamparo en Denver ni por la falta de suficientes viviendas económicas en esta ciudad, ya que el problema, dijo, se debe a decisiones que el gobierno federal tomó hace cuatro décadas, cuando se redujeron significativamente los subsidios para nuevas viviendas.
Entre 1978 y 1983 el presupuesto para viviendas se redujo de 83 mil millones de dólares a sólo 18 mil millones, es decir, una pérdida de 65 mil millones. Y el nuevo presupuesto se destinó mayormente a construir alojamientos temporales para desamparados, pero no nuevas casas.
Por eso, desde hace más de tres décadas y media, DHA es la agencia dueña de terrenos no usados en Denver que se suponían que deberían haber sido usados para construir viviendas económicas.
“Pero 36 años después, aquellos planes vecinales han sido reemplazados y DHA ahora vende sus terrenos a empresas privadas que construyen viviendas y las venden al precio de mercado”, comentó Lyall.
“¿Por qué no se usa este terreno en el que estamos ahora para darle un hogar permanente a la Aldea Resurrección, una comunidad de microcasas, de bajo costo, ambientalmente sostenible, fácil de construir y administrada por aquellos que ahora no tienen techo?”, preguntó el dirigente.
Según Lyall, el desamparó terminará cuando se restauren los fondos federales para viviendas económicas y cuando esas viviendas se destinen a quienes las necesitan. A nivel local, dijo, se deberían abolir las leyes que ahora criminalizan las actividades de los desamparados (como dormir a la intemperie) y autorizar la construcción de comunidades como la Aldea Resurrección.
“Si no podemos construir nuestras propias microcasas seguiremos desamparados. Viviremos en espacios públicos y haremos todo lo posible para que aquellos que tienen que dormir a la intemperie no pierdan la vida”, declaró Lyall.
“Invito a todos los que quieran colaborar con la Aldea Resurrección a que done alimentos, ropa de abrigo, carpas, bolsas de dormir y todo lo que se necesita para dormir al aire libre. Y díganle al alcalde de Denver, al concejo municipal y a DHA que tenemos el derecho de existir. Y que el Departamento de Policía deje de acosarnos porque sólo estamos tratando de sobrevivir lo mejor que podemos”.
