La Prensa de Colorado Dos mujeres del condado de Mesa fueron arrestadas el miércoles por presuntamente robar papeletas de voto por correo y emitirlas fraudulentamente antes de las elecciones generales. Una de las mujeres, Vicki Lyn Stuart, es repartidora del Servicio Postal de los Estados Unidos.
Stuart, de 64 años, y Sally Jane Maxedon, de 59, fueron arrestadas bajo sospecha de falsificación, robo de identidad e intento de influenciar a un servidor público, según las declaraciones juradas de arresto.
Maxedon está registrada como republicana y Stuart es una votante no afiliada, según los registros de votantes proporcionados a Colorado Newsline.
Las dos supuestamente conspiraron para “probar” el sistema de verificación de firmas del condado, que se utiliza para hacer coincidir la firma de un votante en su sobre de votación con la que figura en los registros oficiales.
Maxedon dijo que obtuvo “seis o siete” papeletas de Stuart, quien las sustituyó el 12 de octubre en la ruta de entrega de correo asociada con las papeletas robadas.
Maxedon le dijo a un investigador que llenó las papeletas, falsificó la firma en el sobre y se las devolvió a Stuart.
El mes pasado, los funcionarios electorales locales y estatales dijeron que identificaron al menos 12 papeletas fraudulentas en el caso.
Tres pasaron el proceso de verificación de firmas y fueron contadas irrevocablemente.
Se emitieron más de 94.600 papeletas en el condado de Mesa este año.
La declaración jurada estima que hay al menos 20 víctimas. Los fiscales enumeran 16 víctimas conocidas.
El proceso de verificación de firmas condujo a la detección de las papeletas fraudulentas, dijeron los funcionarios electorales. Cuando se comunicaron con los votantes para corregir las discrepancias entre la firma en el sobre de la papeleta y la que estaba en el archivo, los votantes dijeron que no habían recibido ni emitido un voto. Eso desencadenó la investigación.
Los investigadores encontraron a Maxedon a través de una huella digital en una papeleta que coincidía con una en una base de datos de las fuerzas del orden.
La secretaria del condado de Mesa, Bobbie Gross, republicana, dijo que la oficina no abrió las papeletas sospechosas y se las entregó a la oficina del fiscal de distrito.
“Estoy profundamente agradecida por la diligencia y los esfuerzos minuciosos de la Fiscalía del Distrito al abordar este asunto. Estoy orgullosa de que nuestras medidas de seguridad sean efectivas y permaneceremos vigilantes para salvaguardar la integridad de nuestras elecciones”, dijo en un comunicado.
Este tipo de fraude electoral es poco común. Según la declaración jurada, en el condado de Mesa se comete aproximadamente un delito relacionado con el voto por correo al año, generalmente en forma de un miembro de la familia que emite el voto de un pariente.
El fiscal de distrito del condado de Mesa, Dan Rubinstein, se negó a hacer comentarios. Los funcionarios no revelaron cómo se llenaron las papeletas.
El condado de Mesa fue el sitio de una violación de seguridad electoral anterior que atrajo la atención nacional.
La secretaria anterior del condado, la negacionista electoral republicana Tina Peters, fue sentenciada el mes pasado a casi nueve años de prisión por condenas por delitos graves relacionados con su papel en la violación de 2021.
Todas las firmas en las papeletas emitidas en el condado de Mesa en esta elección están siendo sometidas a un escrutinio adicional para evitar que se cuenten más votos fraudulentos.
Los fiscales enumeraron 16 víctimas en los documentos de acusación contra Stuart y Maxedon. Los funcionarios electorales estatales dijeron inicialmente que se robaron 12 papeletas y se emitieron fraudulentamente en el plan.
Los fiscales escribieron en los documentos de acusación que puede haber hasta 20 víctimas del plan de votación.
Los documentos judiciales muestran que los investigadores vincularon a Maxedon y Stuart con el plan entrevistando a los trabajadores del Servicio Postal de los Estados Unidos y comprobando las huellas dactilares en las papeletas emitidas fraudulentamente. Las huellas dactilares coincidían con las de una base de datos policial perteneciente a Maxedon.
