El 12 de diciembre es una de las festividades más importantes para los católicos y tributo que se le rinde la Virgen de Guadalupe más allá de sus fronteras. De acuerdo a su historia misma, todo se remonta a un sábado de 1531 a principios de diciembre cuando un indio de nombre Juan Diegoiba de su pueblo a la Ciudad de México para asistir a sus clases de catecismo y a oír la Santa Misa, cuando al llegar junto al cerro del Tepeyac –ya
casi al amanecer-, escuchó una voz que lo llamaba por su nombre. Se trataba de la Virgen María. De ahí surge su petición porque se construyera un templo el cual se pudiera mostrar y prodigar todo su amor, compasión y auxilio.
Precisamente La Prensa de Colorado tuvo la oportunidad de visitar durante los últimos días de noviembre la Basílica de Santa María de Guadalupe, ubicada en la delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, en donde durante el recorrido pudimos apreciar ya la llegada de algunos peregrinos, que bien lo hacían a través de un grupo de ciclistas o bien caminando. Todo depende de la manda, sus posibilidades y tradición. Pero lo que es una realidad es que el fervor por la Virgen era notorio y bajo un ambiente de espiritualidad muy especial.
De hecho, las autoridades implementan o así lo han hecho en ediciones pasadas, de aplicar la “ley seca” en 17 colonias aledañas de la Basílica, previo a la fecha del 12 de diciembre, como medidas de seguridad y respeto al acontecimiento. De acuerdo a información oficial, se ha mencionado que este lugar, el mismo que en el
pasado Juan Diego desplegara su manta frente a Monseñor Zumarraga, cayera al suelo bellas rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe, es considerado como el recinto mariano más visitado del mundo, superado sólo por la Basílica de San
Pedro. Aunque las cifras pudieran variar o no son uniformes, anualmente se calcula que la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México es visitada por alrededor de 20 millones de peregrinos, de los cuales 9 millones de ellos lo hacen en los días cercanos al 12 de diciembre, logrando con ello un fenómeno muy interesante, tanto social, cultural como religioso, respectivamente.
Gracias al recorrido realizado con el apoyo de Eliz Valle Flores, quien vive a unos diez minutos de este majestuoso sitio, dijo que es impresionante ver el fervor de la comunidad y de los muchos milagros que se cuentan en honor de la Virgen de Guadalupe, siendo él mismo un gran devoto de la Virgen de Guadalupe, y a quien en momentos apremiantes o de felicidad misma, recurre a la ella, la Emperatriz de América y Madre de los mexicanos, como también se le cita.