SINDROME
DEL SOBREVIVIENTE
En días pasados y recién había sucedido la tragedia de los sismos del 7 y 19 de septiembre pasado en México, tuve la oportunidad de compartir con ungrupo de nueve personas la experiencia de haber vivido en carne propia estos trágicos acontecimientos y de las cuales me encontré con la sorpresa que dos de ellas me comentaron sentir culpa por las personas fallecidas a consecuencia del temblor.
No cabe duda que de una manera o de otra a todos los mexicanos nos dejó una huella imborrable; sin embargo, nunca llegue a pensar que se pudiera llegar a sentir culpa por el hecho de haber sobrevivido y se preguntaban ¿Por qué yo?
Ante mi duda y sorpresa me di a la tarea de saber porque esas personas sentían culpa y me encontré con que padecían el “síndrome del sobreviviente”, ¿pero que es este síndrome?
De acuerdo con el Diccionario Wikipedia, “El síndrome del superviviente (también llamado síndrome de supervivencia o culpa del superviviente) es una condición mental que ocurre cuando una persona percibe que ha hecho mal al sobrevivir un evento traumático cuando otros no lo han logrado.
El síndrome del superviviente aparece como consecuencia del trastorno por estrés postraumático (TPET, en sus siglas en español, PTSD, en sus siglas en inglés), cuando éste está relacionado con la muerte de seres queridos, cuando se ha sido testigo de la muerte de otros o cuando se ha estado involucrado en una situación en la que otros han muerto, aunque no se haya sido testigo de dicho suceso.”
El primer dato del que se tiene conocimiento sobre este síndrome es al terminar la Segunda Guerra Mundial y se le conocía como el Síndrome de los Campos de Concentración y es precisamente cuando por primera vez los psiquiatras Finn Askevold y Leo Eitinger atendieron a los sobrevivientes judíos del holocausto; sin embargo, fue hasta treinta años después que Robert Lifton y Eric Olson especialistas en la materia trataron a los sobrevivientes de la catástrofe de la inundación de “Buffalo Creek”, la cual se dice mato a 125 personas y más de mil heridos.
Sobrevivientes de los cuales se dice ninguno era capaz de retomar su vida normal ya que padecían pesadillas frecuentes, falta de apetito, psicosis y alto grado de ansiedad que los orillaba a creer que debían sufrir las mismas condiciones que los demás.
De acuerdo con los especialistas este síndrome está relacionado con la muerte de seres queridos, pero principalmente cuando se ha sido testigo de la muerte de otros y se da precisamente por haber sobrevivido y no estar entre las víctimas.
Este trastorno psicológico trae aparejado una serie de síntomas entre otros:
La persona esta irritable, siente ira y esta agresiva; el sentido de culpa está a flor de piel precisamente por haber sobrevivido a la desgracia y no haber podido hacer nada por los fallecidos; la impresión, la ansiedad, la angustia y el miedo permanente acompañados por periodos de sueño más largos de lo normal y los recuerdos de las catástrofes sufridas están latentes en todo momento.
Como producto del nerviosismo se presentan algunos desordenes físicos principalmente gastrointestinales. Todos estos síntomas pueden llegar a agravarse de no ser atendidos a la brevedad.
Sentirte vulnerable tratándose de este tipo de catástrofes resulta comprensible; sin embargo, no hay motivo alguno para sentirse culpables y castigarse uno mismo, después de todo son fenómenos naturales de los que nadie puede predecir ni evitar, por lo que los especialistas recomiendas darle sentido a la vida y dar un poco de amor y tranquilidad a su seres queridos.