INYECCIÓN ANTI-MÉXICO
Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan la mayoría de los países centroamericanos incluyendo México, es sin lugar a duda el problemamigratorio, siendo unas de las principales causas de este fenómeno el desempleo, la falta de oportunidades, la inseguridad y en consecuencia las desigualdades económicas y sociales de sus pobladores; por lo que no dudo que exista mayor motivo para emigrar de su lugar de origen que la necesidad de dar a los suyos una mejor calidad de vida, aunque para encontrar ese beneficio en ocasiones se tenga que pagar precios muy caros.
Es cierto que cada uno de los migrantes tiene sus propios problemas que enfrentar en su travesía, aunado a los ya de por si problemas de los ya conocidos, como el hecho de ser asaltados, secuestros, extorsionados, morir por ser abandonados por los polleros, atrapados por la patrulla fronteriza, etc., y que en el caso de las mujeres quizá el problema adquiere mayor relevancia por el simple hecho de ser mujeres, principalmente en el corredor Huehuetenango, en Guatemala, y Comitán, Chiapas, en México.
De acuerdo a datos oficiales, cada año entran a México unas 45.000 mujeres centroamericanas sin documentos migratorios de las cuales el 70% sufre algún tipo de abuso sexual, según denuncian organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional; por lo que es ya una práctica común entre ellas y aún entre los mismos polleros correr la voz para que antes de entrar a México es recomendable tomar un anticonceptivo de efecto prolongado, es decir, al menos mientras dure el tiempo de travesía hasta llegar a la frontera norte.
El método más recomendado y común entre ellas es el famoso Depo-Provera, un producto que las protege durante 3 meses y que en Centroamérica la conocen como “Inyección anti-México”. Medicamente que de acuerdo a diversas organizaciones y debido a sus graves consecuencias a salud, se considera como una estrategia de esterilización masiva en la zona por parte de países desarrollados. Estas vejaciones hacia mujeres se vuelven tan predecible que prefieren cargarse con anticonceptivos para así poder evitar un embarazo no deseado.
De acuerdo con el cálculo más reciente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se dice que seis de cada 10 mujeres migrantes centroamericanas son violadas. Se habla de una mujer retenida en la Casa del Migrante de Guatemala que tan solo tenia en su bolsa como única pertenencia 12 preservativos.
Parecería que esta mal llamada “inyección anti-México” sería la solución mágica a su problema ante un posible embarazo; sin embargo, se dice que las consecuencias podrían presentarse sin saberlo entre 10 y 20 años después de su aplicación, debido a la falta de cultura por los chequeos médicos. Y es que de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), sólo el 33.5 por ciento de las mujeres migrantes asisten a servicios de salud norteamericanos, debido entre otros motivos a los altos costos de atención médica privada no poder ser cubiertos por estas y en caso de que puedan acceder a servicios gratuitos, se presenta el temor latente a una posible deportación, además del problema del idioma.
Sin lugar a duda el problema de la migración es un problema al que no se le ve solución alguna pese a las cada vez más estrictas medidas de seguridad por parte de los Estados Unidos para evitar el pase de migrantes, por lo que las medidas preventivas por parte de las mujeres migrantes desafortunadamente están muy lejos de resolverse.
Lamentamos mucho que estas mujeres tengan que vivir la pesadilla mexicana para vivir el llamado sueño americano.