• November 22, 2024

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¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!

Por Carlos Klinger, ATA (Accredited Tax Advisor)
Por Carlos Klinger, ATA (Accredited Tax Advisor)

Quiero comenzar diciendo, que ahora que llega de nuevo la Navidad, que podamos recordar y meditar sobre las historias que nos narra el libro más antiguo de la humanidad. Y qué mejor que recordar la profecía de Zacarías, que se encuentra en libro de Lucas. Zacarías era un sacerdote justo delante del Creador. Estaba casado con Elisabet y ambos ya eran de edad avanzada. Y se le apareció el ángel del Señor, al verlo Zacarías se turbó y el temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan.
Es maravilloso leer cómo Zacarías ofreció palabras proféticas relativas a su propio hijo, Juan el Bautista, declarando: “Y niño serás llamado profeta del Altísimo; porque irás delante del Señor para preparar sus caminos y dar conocimiento de salvación a su pueblo, en el perdón de sus pecados a causa de la tierna misericordia de nuestro Dios, por el que la salida del sol visitará a nosotros de lo alto para dar luz a aquellos que se sientan en la oscuridad y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies en el camino de la paz”.

Ahora, después de casi dos mil años, se ha convertido en el “mejor mensaje” de rescate de las “ovejas negras”, como muchos de nosotros, para rescatarnos del pecado. La vindicación del pueblo de Dios da lugar a la remisión de los pecados y la tierna misericordia del Eterno. Así como Isaías predijeron que las personas que habitan en tinieblas verán una “gran luz”, Zacarías habla del niño Jesús como “el amanecer” que nos visitará desde lo alto, “para dar luz a aquellos que se sientan en la oscuridad y a la sombra de la muerte”. La estrella de la mañana guiará nuestros pies en el camino de la paz.

Este hermoso himno de profecía comienza y termina con la declaración de que Dios está trayendo salvación. Zacarías sabe que Juan es el precursor de quien trae salvación. El Abba de Israel está visitando a su pueblo con la salvación, redención. El cuerno de la salvación está aumentando, y el prometido Mesías de Israel viene a gobernar en el trono de David. La salvación llega como fue predicho por los profetas antiguos. Los enemigos están dispersos y su maldad está quebrada. El pueblo de Dios, librado de sus enemigos, ahora será servir al Creador sin temor, en santidad y justicia todos los días del año y no sólo esta semana, por ser Navidad.
En ese sentido, la claridad de la narrativa de Navidad, suena en nuestros oídos y tenemos la obligación de continuar con la tarea que comenzara Juan el Bautista. Êl vino a preparar el camino, mientras que nosotros nos acercamos al Rabí de Galilea, buscando el camino, la verdad, la vida y la paz. Y aunque el mensaje es el mismo y todos nosotros estamos llamados, sin querer queriendo, a dar a conocer la más vieja de las noticias, pero que siempre es nueva para los perdidos, como Juan, tenemos que dar conocimiento de salvación a las otras creaturas.

Esa es la misión, la urgencia en este mundo de sal y pimienta. Es por ello que creo sinceramente la celebración del nacimiento de Cristo pone todo sobre la mesa. La inquebrantable franqueza y sencillez del mensaje cristalino de Navidad no deja lugar a confusión. Que la lectura de los textos sagrados nos permitan crecer espiritualmente y acercarnos a nuestro Creador. Esta es la verdad mayor declarada alguna vez, o es la mentira más triste jamás contada. La historia de la Navidad no puede reducirse a un relato sentimental que da a la humanidad un cálido resplandor por un sólo día.

Cuando las huestes celestiales declara que Jesús es el Salvador que es Cristo el Señor, que anuncian el perdón de los pecados a aquellos que se arrepienten y creen y declaran la guerra a aquellos que se opondrán a este niño, llamado Jesús de Nazaret. Los invito a regalar sonrisas, que no nos cuesta nada, con expresión de amor sincero; a regalar abrazos fraternos a nuestros prójimos; a ser generoso con el más necesitado y sobre todo darles mucha alegría a los niños “que de ellos es el reino de los cielos.” Pero sobre todo qué, el espíritu navideño, no sea sólo de una noche……… ¡que nos dure todo el año!

Finalizo deseándoles a todos y cada uno de ustedes una maravillosa Navidad y un próspero y bendecido Año Nuevo.

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