Por Pastor Pedro H Gonzalez
El tema que hoy nos ocupa es nada más que la continuación del tema de la semana pasada.
Tres componentes tiene el reino de los cielos y ya nos hemos referido a la justicia del Reino la cual no puede ser obtenida mediante obras de naturaleza humana ya que no es una justicia imputada a alguien sino impartida por Cristo Jesús a través y por medio de su obra salvífica en la cruz.
El segundo componente es la paz y a ella nos referiremos hoy para demostrar que así como la justicia no se puede obtener por medios humanos; una vez que habiendo sido justificados entramos en una atmosfera de legalidad que da como resultado una paz que sobrepasa todo entendimiento.
Cuando en este medio terrenal estamos caminando al filo de la navaja respecto a situaciones de carácter legal; por ejemplo conducir sin licencia o sin seguro de auto o alguna cosa así por el estilo, hay algo que nos incomoda con el solo hecho de ver a un policía.
Ese conductor que se ha tomado una cerveza, o se ha pasado un alto sin parar del todo o va conduciendo un auto que trae placas vencidas, con tan solo ver a un carro de policía se siente nervioso, incomodo y tratara a toda costa salir de la mira o “el radar” de ese auto policiaco.
Mas cuando un conductor tiene toda su documentación al día, sabe que esta cumpliendo con las normas de transito y que nada hay que lo inculpe ni que lo acuse en caso de que el policía lo detenga, ese conductor no sentirá nervios al ver el auto de policía aunque le camine detrás.
Así opera la paz a la que se refiere la biblia.
No es en este caso algo que sentimos por haber hecho todo bien como en el caso del conductor del ejemplo, sino que esa paz viene del hecho de saber que estamos en Cristo, es decir que ya no somos juzgados bajo lo que hicimos sino bajo lo que hizo Cristo.
Esa es la paz del reino. Romanos 5:1 dice: “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”
No es solamente liberador sentir esa paz por el hecho mismo de sentirla sino por lo que esa paz, trae consigo.
Sigamos con el conductor del ejemplo, imagine que aun teniendo todo en línea y habiendo conducido bien apegado a las normas lo paran y le dan un ticket que lo obliga a presentarse en corte.
El sabe que puede ir a la corte con la autoridad de estar correcto, en otras palabras, la ley, la justicia y la autoridad están de su parte, el sabe que no hay nada que lo incrimine y con esa paz se va a la corte, confiado en la justicia.
Romanos 8:1 “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.”
El mensaje encubierto en este texto es que si uno anda según la carne, es decir confiado en las obras de la carne siempre saldrá condenado sin importar que tan bien nos portamos, pero si andamos según el Espíritu (porque el texto esta en mayúsculas, sabemos que habla del Espíritu Santo) entonces sabremos que nada nos puede condenar.
El hecho de saber que somos libres de condenación en Cristo no es suficiente para millones de “creyentes” en el mundo, ellos siguen sintiéndose pecadores, condenados, insuficientes, es decir incapaces de presentarse ante la corte celestial y salir librados, incapaces de orar y pensar que Dios los puede escuchar.
Solo cuando mediante el Espíritu, nuestro entendimiento se abre para que esa libertad que Cristo nos entrego en la cruz se nos revele entonces podemos llegar a ese nivel de paz que nos impulsa a vivir de una manera distinta, con la cabeza en alto, sin acusaciones, sin condenación, sin sentirnos inferiores ante nadie ni superiores delante de nadie tampoco.
Cabe anotar que al llegar este punto es inevitable que se produzca en nosotros el tercer componente del Reino, el gozo.
Y sabemos que solo en Su presencia hay plenitud de gozo.
Bueno pues al estar justificados y tener paz para con Dios sabemos que vivimos en Su presencia y esto trae plenitud de gozo.
Si mis amados, en Cristo estamos completos y nada no s falta, lo único que debe hacer un creyente para alcanzar esa plenitud es precisamente romper con el sistema religioso y entrar en el Reino, por medio de la fe.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
3600 S Clarkson St
Englewood, CO 80113.
Tel: 720-218-3890
Horarios de servicio Domingos 11:00 pm
Búsquenos en Facebook y YouTube como Iglesia Embajada del Reino.
Le esperamos.