Por Pedro H. Gonzalez
Quiero enviar un abrazo virtual y muy espiritual a cada lector que nos busca cada semana y que se edifica mediante la lectura intencional de este artículo.
Gálatas 2:20 dice “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amo y se entrego a si mismo por mi”.
Grande el Apostol Pablo cuando nos escribe este versículo inspirado por el Espíritu Santo. Miremos de cerca que fue lo que trato de decirnos.
Todos nosotros hasta el día de nuestra muerte, estamos viviendo en la carne; es decir que usamos un cuerpo carnal, material, físico para movernos, abrazar, trabajar, comer, amar, y en fin vivir. Eso es lo que vivimos en la carne, esa es nuestra cotidianidad. Sin embargo, el Apostol a los gentiles nos notifica que hay una forma distinta de vivir esa vida y es vivirla en la fe del hijo.
Es que una cosa es moverse a la manera del hombre terrenal y otra muy distinta moverse en la fe del hijo, abrazar como hombre que, como hijo, trabajar como el hombre natural que trabajar en la fe del hijo. Pero entonces la pregunta obligada es: ¿Como es la fe del hijo, o que es la fe del hijo? Tratare de darle respuesta bíblica a ese interrogante.
En este versículo citado previamente esta contenida parte de la respuesta. Allí dice que el (el Hijo) me amo, -Recuerde que este versículo es de índole personal para todo el que lee- es decir que su nombre debe ir ahí, porque no es que amo a otros, es que lo amo a usted y también dice que se entregó así mismo por usted.
Ese es uno de los pilares de la fe del Hijo, el sabia que de acuerdo al propósito, diseño o voluntad del Padre, alguien debía morir para que la deuda que pesaba sobre la humanidad por causa de Adán quedara paga. El sabia que si él se entregaba a si mismo, todos nosotros seriamos rescatados y seriamos libres. Creyendo en eso se fue a la cruz y creyendo que fiel es El que prometió.
La fe del Hijo es una fe que entiende, comprende y obedece la voluntad del Padre. Con eso en mente diremos también que la fe del Hijo es una fe que actúa, se entrego a si mismo, actúa. La fe del hijo se reconoce por que lo lleva a actuar, solamente que no son obras sueltas, son obras inspiradas en el ejemplo del Padre ya que el Hijo no actúa en su propia voluntad ni bajo su propio set de creencias. El se mueve de acuerdo a lo que ve hacer al Padre.
Juan 5:19 Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.
Esta es una característica en el comportamiento de Jesus y para nosotros que sabemos ya ser habitados por El y tener su mente, esta es también una forma de vida, de ahí que no podemos considerar tener que ser forzados por la religión o por un hombre (sin importar que titulo tenga) a actuar a la manera del Padre, si es que en verdad somos hijos, actuaremos como actúa el Padre por un asunto de naturaleza. Con toda razón la biblia nos informa que nosotros hoy compartimos su naturaleza divina y que somos nueva criatura, que las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas.
Hay muchas más formas en las que la fe del hijo es expresada, vivida y manifestada. Seguiremos profundizando en el tema la próxima semana, así que no se despegue de esta columna para que siga siendo edificado en la fe del Hijo.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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