Por Pastor Pedro H Gonzalez
Hoy a la vez que enviamos un saludo para cada lector, queremos también plantearle una reflexión profunda. Como Pastor y hombre de fe no estoy exento de pruebas y retos los cuales siempre he enfrentado con la mentalidad de que son oportunidades encapsuladas en forma de problemas.
Esto no me ha eximido de tener que decidir si voy a dejar que las circunstancias me gobiernen o haciendo uso de toda mi fe, decidir basado no en lo que veo sino en el conocimiento que tengo de Dios y su fidelidad, la fidelidad de El a Su promesa: Nunca te dejare, jamás te abandonare. Quiero decir que no son pocas las veces que he tenido enfrente oportunidades con nombres problemáticos tan grandes que mi mente ha querido traicionarme poniendo la mirada en las cosas y no en el creador de las cosas y se que todos los lectores han estado en ese tipo de situaciones algunas veces.
Un valiente no es el que nunca siente miedo sino aquel que cada vez que es confrontado con el miedo lo enfrenta con todo el arsenal de su fe, eso es un valiente y a eso se refiere la biblia cuando dice que el Reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan.
Nunca como en este tiempo de pandemia se había estado ante un panorama tan desolador y desalentador, nunca tuvimos en los últimos 50 años una situación que generara tal confusión en la mente colectiva de la sociedad y en la mente de cada individuo. Sin embargo nunca antes habíamos tenido un terreno tan fértil para una siembra altamente productiva como hoy lo estamos teniendo pero todo va a depender de la habilidad que tengamos para repensarnos, reinventarnos si se quiere, pensar rompiendo el molde y proponer ideas nuevas, desarrollar nuevos modelos de negocios.
Hoy en día la sociedad esta pidiendo a gritos solidaridad, tranquilidad, confianza, seguridad. Aquel que ponga en los corazones y en el colectivo de la sociedad a través de su negocio o de una idea, vera como florece de la noche a la mañana.
El Salmo 92:12 dice: ‘El justo florecerá como la palmera”
Hay que anotar y hacer ver que allí no se refiere al justo como un ser humano que practica una vida religiosa ni que ha hecho un sacrificio cortando todo lo que el piensa que es malo en su vida, ese es un hombre moralmente aceptable pero esta lejos de ser justo.
Un justo es aquel a quien Dios no inculpa de pecado y sin importar lo buenos que podamos ser nunca alcanzaremos ese estatus ya que para Dios toda la humanidad fuera de Cristo esta caída en pecado.
Pero estando ya presente Cristo y al vivir nosotros en El y El en nosotros, no hay forma de que Dios nos inculpe de pecado; ¿Por qué? Porque El pago el precio y entonces nos topamos con la verdad mas hermosa del evangelio y también con el mas grande de los misterios y de los ministerios al que la biblia llama el ministerio de la reconciliación.
2 Corintios 5:19 “Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándole en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargo a nosotros la palabra de la reconciliación.”
Con eso en mente y si lo pudo entender bien, sabrá ahora que una vez en Cristo, es imposible que Dios lo acuse de pecado y eso es un parte de victoria porque quiere decir que ahora Dios lo ha tomado a usted como justo y el justo florecerá como la palmera. Para mi es notorio que la palmera crece porque busca el sol, la luz y sabemos que Cristo es la luz de los hombres y esa luz es a la vez la vida, tal como está expresado en Juan 1:4 -5
Para la persona que esta en Cristo no existe la crisis solamente la oportunidad y eso porque ese hombre o mujer estará siendo iluminado desde lo alto con nuevas ideas, conceptos, modelos de negocio y a su vida llegaran contactos divinos, citas ordenadas desde el cielo para que el reino de Dios avance a través de esa persona.
Esos son los beneficios de un justo y no de un religioso. Por eso sabemos que voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos es decir en las casas de los justos. Porque la diestra de Dios los cuida, guarda, ilumina y en ellos se glorifica de tal manera que no da espacio a la duda y todos lo verán, a eso se le llama la gloria de Dios derramada sobre sus hijos.
Hágase hijo de Dios, acepte a Cristo como el Señor de su vida, le aseguro que será el paso más trascendental que jamás haya tomado.
Si quiere puede llamarme ahora mismo y lo guiare de forma simple y sencilla para que salga de donde esta y se posicione donde debe estar, donde están los hijos de Dios.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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Le esperamos.