L a gigante y más famosa empresa de streaming Netflix, sufrió un violento derrumbe financiero esta semana tras conocerse los datos de sus últimos balances contables y el nivel de suscripciones totales.
Las acciones de la empresa se desplomaron un 36% solamente en la jornada del día miércoles, y su valor total cayó al nivel más bajo desde 2019.
Se trata del peor cierre diario en toda la cotización histórica de la compañía, y no se había registrado un cierre tan negativo desde octubre de 2011. Solamente en lo que va del año, el valor de la compañía se derrumbó un 62%.
Los inversores no solamente se cuestionaron los amargos resultados contables plasmados por Netflix, sino también la pérdida de 200,000 suscripciones entre el mes de enero y marzo de este año.
Esta cifra fue la clave para que muchos de ellos abandonen posiciones bursátiles en la empresa, estimando que el valor presente de los beneficios futuros es cada vez más bajo.
Entre otros accionistas, el director de Pershing Square Capital Management LP, Bill Ackman, fue uno de los primeros en desprenderse de toda su posición accionaria en Netflix, al reconsiderar el futuro de la empresa tras la violenta caída de suscriptores.
Los balances contables reflejaron una ganancia neta de 597 millones de dólares en el primer trimestre del 2022, cuando en el mismo período del año pasado había logrado obtener 706 millones de dólares. Estas cifras también fueron determinantes para agotar la paciencia de los accionistas, que ya no confían en la meta propuesta por la empresa para sumar 2,5 millones de nuevos suscriptores este año.
El factor más importante para explicar el éxodo de suscripciones es el amplio fracaso comercial de la llamada “cultura Woke” o “cultura progre“, que supone una bajada de línea de extrema izquierda al contenido, que presenta una versión brutalmente exagerada de lo que significa lo “políticamente correcto” en Estados Unidos y Occidente.
Netflix apostó enteramente por la cultura “Woke”, reemplazando progresivamente las series más populares como The Office, Friends, How I Met Your Mother, Grey’s Anatomy, entre muchos otros clásicos en la audiencia, por producciones originales con “lenguaje inclusivo”, “temática de género” o “desigualdades sociales”, tópicos que son muy poco relevantes para la audiencia mayoritaria.
Además, se incluyeron cuotas “étnicas” y de “género” en las series y películas producidas por Netflix, incluso sin tener en cuenta la compatibilidad (o no) con las temáticas abarcadas, hasta el punto de recrear situaciones verdaderamente ridículas.
Entre estas series, Netflix publicó “Cuties“, una película pedófila que muestra la historia de cuatro niñas de entre 11 y 14 años que realizan bailes eróticos a cambio de dinero.
Otra que se destaca por lo delirante es la serie “He’s Expecting“, que cuenta la historia de un hombre que se embaraza y trata de normalizar “que los hombres se puedan embarazar”, en referencia a las mujeres que transicionan a hombres.
A propósito del fracaso comercial de la cultura de lo políticamente correcto, el magnate y CEO de Tesla, Elon Musk, se pronunció cómica y ácidamente al respecto; concluyó que la programación debería apuntar a lo que realmente quiere ver la gente común y tildó de “virus” al sesgo progresista de las películas y series elaboradas por Netflix.
El hombre más rico del mundo actualmente se encuentra en una batalla legal con Twitter para poder comprar la empresa y quitarle esta “cultura Woke” que también está causando una caída en los usuarios monetizables. La censura es un pilar fundamental de la cultura progre.
Otro importante factor que explica la pérdida de suscriptores de Netflix es la masiva nueva competencia que ofrece servicios de la misma calidad. Entre otros competidores, aparecieron Disney Plus, Prime Video, HBO Max y Hulu.
De todos modos, todas estas empresas también están en caída y se visualiza un cansancio general del público a los servicios de streaming que tratan de impulsar contenido original producido por ellos mismos con esta “cultura Woke”.
Las previsiones de los principales analistas de mercado en vista al futuro no son alentadoras para Netflix.
La prestigiosa firma JP Morgan redujo un 50% su objetivo de precio esperado para las acciones de la compañía, hasta 305 dólares, cuando antes superaba los 400.
El parámetro de JP Morgan es comúnmente usado como referencia en los mercados financieros.