Por Pedro H. Gonzalez
Saludos cordiales a todos nuestros lectores. Iniciamos este 2022 conectados a la fuente, el Abba Padre de quien todo procede.
La vida del ser humano puede ser fácil o difícil dependiendo de las decisiones que tome en su diario vivir. Toda decisión acarrea unas consecuencias y trae unos frutos o resultados según los llama la sociedad. Todos los días nos enfrentamos a múltiples situaciones en donde la capacidad de decisión será factor clave para tener triunfo en nuestra vida o vernos cara a cara con la derrota y el fracaso.
Nadie es causante de las desgracias de otro, no hay enemigo capaz de contrariar el camino del hombre que sabe decidir correctamente. Cuando Dios creo a Adán le dio la capacidad de decidir sobre sus cosas, le dio poder, le dio libertad y a esa libertad le puso un marco, es decir unos limites que son entre otras cosas la máxima expresión de amor de El hacia nosotros. De la misma forma como un padre que ama a sus hijos les pone límites, así Dios como Padre eterno le dio a Adán unos limites basado en su amor para con el. Sobra decir que Adán es la versión singular de toda la humanidad.
Pero sigamos con el tema que nos ocupa, la decisión, el poder de decidir. A eso le llama el mundo entero libre albedrio. Dios nos dio ese poder y la idea es que entendamos el libre albedrio como la máxima expresión de libertad y la voluntad de Dios como el marco limite en el cual se mueve ese libre albedrio. Creo que debemos explicar eso de una manera más didáctica y más bíblica.
En el libro de Deuteronomio y en el de Jeremías, se habla de una notificación que Dios le da a los hombres y dice así: He puesto frente a ti la vida y la muerte, elige.
Ahí esta expresado el libre albedrio en toda su extensión. Dios nos lo dio y no nos lo va a quitar, de hecho, el es el primero en defender esa libertad de elección. Sin embargo, el hombre de Dios entendido procederá de la siguiente manera, y tenga en cuenta el lector que lo que le voy a decir es una herramienta de crecimiento en su comunión con Dios.
Lo que Dios esta buscando es hombres y mujeres que sepan decidir teniéndolo a El en cuenta, no se trata de esperar la voluntad de El Señor, se trata de decidir teniendo en cuenta Su voluntad, la voluntad divina. La gente suele decir: que sea la voluntad de Dios, pero esa es una posición muy cómoda y facilista, cuando lo que verdaderamente busca Dios como Padre es que decidamos como hijos maduros que tienen impregnado su ADN en todo lo que decidimos.
Cuando una persona abre los ojos ya enfrenta la primera decisión del día, me levanto o no me levanto y a partir de ahí todo es una decisión tras otra. Hay decisiones livianas, triviales y hay otras mas pesadas y trascendentales, pero tanto en unas como en otras debemos tener en cuenta a Dios el Padre.
Cuando tenemos una comunión con Dios entonces sabemos que tenemos la mente de Cristo y no es una cosa fortuita, es algo supremamente útil, pero para la mayoría de personas algo desconocido o simplemente ignorado.
Se nos dio la mente de Cristo como parte de la nueva criatura en Cristo nuestra mayor y más trascendental decisión será si la activamos o no.
La próxima semana seguiremos ahondando en este tema pues consideramos que es de vital importancia para una correcta praxis de nuestra fe, es decir para vivir una fe que se mueve desde la victoria ya alcanzado por El Señor.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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