• March 28, 2024

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La Nueva Criatura en Cristo – Parte 2

Por Pedro H. Gonzalez

Siguiendo  el  hilo  conductor de 2 Corintios 5:17 y apelando a un entendimiento  correcto  de  la escritura; a ese entendimiento de obreros aprobados que  saben hacer  buen  trazo de la palabra, diremos que lo que se escribió para nuestra enseñanza se escribió.

Así que, si la escritura dice que somos nueva criatura al estar en Cristo es porque eso somos, y si dice que las cosas viejas pasaron es porque las cosas viejas pasaron, y si dice que todas son hechas nuevas es porque todas son hechas nuevas. De lo contrario estaremos negando lo que se escribió o quizá es que, aunque se escribió para nuestra enseñanza, simplemente no hemos aprendido; ¿en ese caso la culpa es del maestro o del alumno?

Me permito sugerir que es del maestro y el gran maestro de este versículo ha sido la religión. ¿Qué es lo primero que viene a su mente cuando le dicen que usted es nueva criatura? Normalmente y además por enseñanza pensamos en las cosas que hacíamos antes, es decir en otro tiempo. Muy pocas veces pensamos en las capacidades de la nueva criatura, sino que solemos pensar en lo que hacia la vieja criatura y que ahora, en este tiempo le está prohibido.

Primero debemos aclarar para que el que lee  entienda,  que,  no  se  espera que la nueva criatura se mueva por prohibiciones ya que según entendemos  es   una  criatura  libre,  que  ha  sido  liberada  nada  más  y  nada menos que por la sangre del cordero.

Así que el nuevo yo, el recreado en Cristo, el redimido y salvo, ya no acepta prohibiciones, simplemente fluye en lo que es su naturaleza, sin restricciones. ¿Cuál es esa naturaleza? La naturaleza divina. Grave cosa ocurre  cuando  pensamos en  que  la  nueva  criatura, creada  según Dios en Cristo, debe moverse según  las  prohibiciones o  decretos  que le eran impuestos a  la naturaleza adámica y que  alguien pueda considerar  que  la   nueva   naturaleza  se mueve en el ámbito de lo sobrenatural cuando en realidad si  somos nuevos,  movernos  en  lo  nuevo  de  Dios  no  debe  ser  nada mas  que  fluir en  Su naturaleza; así como un pez en el agua, naturalmente.

2 Pedro 1:3-4 Como todas las cosas que pertenecen  a  la  vida  y  la  piedad  nos han sido dadas por su divino poder, mediante el  conocimiento  de aquel que nos llamo por su  gloria  y excelencia, por medio de  las  cuales  nos ha dado preciosas y grandísimas promesas para  que  por  ellas llegaseis a ser participantes de Su naturaleza divina,  habiendo  huido  de  la corrupción  que  hay  en el  mundo  a  causa de la concupiscencia.

Quisiera hacer notar lo que del texto debemos aprender: 1- Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad ya nos fueron dadas. No hay nada mas que podamos pedir en ese campo. 2- Fue Su divino poder el que nos dio todas esas cosas. Lo que el  poder  de  Dios  nos  dio no nos lo puede quitar  otro poder  y  Dios no  esta  en  el   juego  de  dame  y  quita. 3- Llegamos a lo que nos dio, mediante el  conocimiento  de  Él,  quien nos llamó. 4- Ese llamado es por su gloria y excelencia, es decir que no hay error en el llamado. 5-La gloria y excelencia de Dios también nos dan grandísimas promesas, la mayor es el Espíritu santo como sello de nuestra fe.  5- Esas promesas (E.S.) nos hacen participantes de Su naturaleza divina, es decir nos hacen participantes de El con todo lo que eso implica.

Quiero terminar diciendo, -porque hay que decirlo- que, al ser participante de su   naturaleza  divina,  ya  no  puedo,  (no por prohibición sino por incapacidad. No es un no debo, sino un no puedo) moverme en la  naturaleza  adámica. Soy o no  soy, no  hay  términos  medios cuando se  trata  de  la  naturaleza divina; se tiene o no se tiene.

Si  el  evangelio se  tratara  solamente  de la novedad en Cristo,  entonces  debería centrarse en las habilidades y capacidades de la nueva criatura en Cristo, ya no en lo que no puede o no debe hacer. Para la nueva creación en Cristo no puede ni debe haber prohibiciones sino por el contrario enseñanza de lo que puede para que opere de acuerdo con su naturaleza pues esa criatura huyo de la corrupción del mundo y ya no vuelve atrás porque ya no es una puerca lavada.

Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino
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