La Prensa de Colorado » ‘Esto no es racismo’
Por Rebecca Plevin
Cantaron el himno nacional y ondearon banderas, pancartas y carteles mexicanos, con mensajes que instaban a los migrantes a regresar a sus hogares einstando al gobierno a tomar medidas.
La residente de Tijuana, Guadalupe Barrera, dijo que los manifestantes se oponen a la forma en que los inmigrantes ingresaron al condado. Ella sostenía un cartel que decía en español “no más caravanas”.
“Esto no es racismo”, dijo. “Nos oponemos a la invasión”.
Barrera dijo que México no tiene los recursos para cuidar a su propia gente, y mucho menos a los migrantes de América Central. Señaló que las comunidades afectadas por un reciente huracán que azotó Sinaloa y Nayarit, que causó inundaciones y otros daños, así como la tasa de homicidios en Tijuana, que ha alcanzado su punto más alto.
“Nuestro país no tiene los recursos para sostenerse a sí mismo”, dijo.
Barrera también dijo que le preocupa que la presencia de la caravana haga que los Estados Unidos cierren la frontera, poniendo en peligro a las personas que viven en la frontera con México y que dependen de la economía de los Estados Unidos.
America Villa, de Rosarito, dijo que estaba en Playas de Tijuana el miércoles y observó cómo un joven miembro de una caravana trepaba la cerca de la frontera e intentaba arrancar una parte corroída de la pared. Eso le demostró que algunos de los migrantes son delincuentes, dijo.
En la protesta del domingo, lució la camiseta de fútbol roja, blanca y verde de la selección nacional mexicana. Ella dijo que le gustaría ver al gobierno mexicano registrar a todos los migrantes. Los que tienen antecedentes penales deben ser deportados de inmediato, dijo.
Fidel Ernesto González, de Tijuana, dijo que el gobierno mexicano debería asegurar la frontera sur de México con Guatemala y exigir que todos los inmigrantes ingresen al país legalmente, con pasaportes y visas.
“Es lo mismo con lo que Donald Trump está lidiando en los Estados Unidos”, dijo. “Si desea ingresar a los Estados Unidos, puede ingresar pero tiene que
hacerlo legalmente”.
Según una invitación a Facebook, los manifestantes quieren que los migrantes no participen en marchas o protestas que causan el cierre de las carreteras y que no se enfrenten con agentes de inmigración que causan el cierre de los puertos de entrada.
Alrededor de las 11 a.m., el grupo salió de la rotonda y marchó hacia otra rotonda, donde había tenido lugar una contra-protesta.
Contra manifestantes se habían reunido cerca en una manifestación contra lo que han calificado de “discriminación”. Los organizadores de ese evento dijeron que quieren respeto y dignidad para los migrantes que huyen de la pobreza y la violencia, de acuerdo con la invitación de Facebook. Cuando llegaron los manifestantes en contra de la caravana, el grupo pro caravana se había ido en su mayoría.
Los manifestantes en contra de la caravana luego marcharon por el Paseo de los Héroes hacia el complejo deportivo que se ha convertido en un refugio temporal para migrantes.
Cerca de 150 policías federales y locales respondieron con equipo antidisturbios y barreras físicas, impidiendo que los manifestantes lleguen a los migrantes. Un grupo de manifestantes permaneció allí durante más de dos horas, cantando consignas como: “¡Fuera! ¡Fuera!”
A una cuadra de las barreras antidisturbios, Kevin Flores, de 20 años, observó la conmoción a través de una puerta de metal en el complejo deportivo. Llamó racistas a los manifestantes.
“Vinimos aquí por las oportunidades disponibles en los Estados Unidos o en cualquier otro país”, dijo.
Cerca de 2,400 miembros de una caravana de inmigrantes en su mayoría centroamericanos llegaron a Tijuana la semana pasada, y se espera que más de 1,000 en las cercanías de Mexicali viajen a la ciudad fronteriza más occidental de México en los próximos días.
La presencia de los migrantes ya ha causado divisiones en Tijuana, una ciudad que durante mucho tiempo ha sido considerada como acogedora para los inmigrantes. Su llegada provocó una confrontación el miércoles por la noche con los residentes locales, quienes exigieron que los migrantes abandonen un parque frente a la playa cerca de la frontera de California y México y vayan a un refugio. Y su presencia espoleó palabras afiladas del alcalde de la ciudad, quien, en una entrevista con el medio de comunicación mexicano Milenio, llamó a los migrantes “vagabundos” y “abarroteros”.
Enrique Morones, fundador del grupo de defensa de inmigrantes con sede en San Diego Border Angels, comparó los comentarios despectivos del alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, sobre las migrantes con las caracterizaciones del presidente Donald Trump de los miembros de la caravana como criminales y “Oriente Medio desconocido”. Morones dijo que las palabras del alcalde han inflamado las pasiones en la ciudad.
“Las palabras de odio causan actos de odio”, dijo Morones en una conferencia de prensa el sábado en Playas de Tijuana, el sitio de la confrontación del miércoles por la noche entre residentes y migrantes. “Lo hemos visto con la Administración Trump, y ahora lo estamos viendo con el alcalde de Tijuana”.
“No toleraremos eso”, dijo. “Sabemos que Tijuana es una ciudad amorosa”.
En el centro del conflicto están los migrantes, la mayoría de los cuales son de Honduras.
El sábado por la mañana, la gente había establecido lugares para dormir improvisados: colchones delgados y mantas de lana en una cancha de básquetbol de interior, y al aire libre en tiendas de campaña en parches de césped, en rincones debajo de las gradas y en las casetas del campo de béisbol. El refugio ofrecía agua potable y duchas y baños portátiles, pero la gente decía que había poca comida disponible.
Muchos de los migrantes dijeron que están sopesando sus opciones. Algunos dijeron que planean buscar trabajo en Tijuana. Algunos dijeron que querían buscar asilo en los Estados Unidos. Otros dijeron que esperaban que el presidente Trump, o el líder de otro país, les proporcionara permisos de trabajo.
Dania Ester Medina Morales, de 24 años, se unió a la caravana para huir de la pobreza y el crimen en Honduras. Ella dijo que consideró buscar asilo en México, pero se asustó después de escuchar sobre la violencia y la corrupción en el país. Ahora, ella dijo que está interesada en continuar a Canadá, donde ha escuchado que es más fácil obtener un permiso de trabajo y una residencia legal que en los Estados Unidos. Su objetivo es hacer un trabajo digno que le permita apoyar a su familia en la ciudad portuaria de La Ceiba, dijo.
“Hay personas que han vivido en los EE. UU. Durante 30 años y no tienen estatus legal”, dijo Medina Morales. “Tengo amigos que han vivido en Canadá durante cinco años y ya tienen su residencia”.
Muchos de los migrantes dijeron que están sopesando sus opciones. Algunos dijeron que planean buscar trabajo en Tijuana. Algunos dijeron que querían buscar asilo en los Estados Unidos.
