La Prensa de Colorado 
Por Pedro H. Gonzalez
Un cordial saludo amables lectores de este espacio. La Sociedad actual enfrenta un buen numero de retos y problemáticas de profundo calado y que afectan sensiblemente el futuro que como especie nos espera.
Nunca antes el mundo ha tenido tanta información a la mano (literalmente) y nunca antes había estado tan desinformado. No hemos conocido como especia una era donde la información fluyera a tal velocidad y donde de la misma forma estuviésemos expuestos a tanta ceguera.
Hoy es muy difícil creer en algo, las noticias de la próxima hora van a rebasar por completo las de la hora pasada.
Los hechos de hoy serán superados en gran manera por los de mañana y no sabremos con certeza si hemos de creer en todo lo que la maquinaria de desinformación televisiva, de prensa y radio que hoy esta en manos de los grandes capitales del mundo nos está diciendo.
Estamos sometidos a experimentos sociales con nombres de virus. Manipulan nuestro estilo de vida mediante el miedo y tabulan cuantificando y midiendo nuestra respuesta a lo que está de antemano programado por esos grandes capitales. Tienen su propia matriz y nosotros como sociedad no atinamos a reaccionar de manera univoca a lo que está ocurriendo; ¿por qué? Estamos desinformados, desorientados, vamos caminando en un túnel sin saber a donde conduce. La sensación que tiene una persona en un tobogán acuático cuando va en caída es la misma que hoy padece la sociedad como conjunto, la pregunta es global… ¿hasta cuándo?
Para la iglesia de Cristo esto no representa mas que una oportunidad, no es un problema. La oportunidad radica en que el mundo como colectivo espera una luz, una guía, una voz autorizada que le permita aterrizar sus temores, disiparlos, o al menos darles manejo y la iglesia tiene la respuesta en sus manos. ¿Cuál es esa respuesta? La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
La enfermedad mas mortal que podamos conocer es el estrés y el antídoto para el estrés es la paz, la paz de Dios. No se trata de la paz como tal sino de la paz de Dios porque son dos cosas diferentes. La paz a la manera del mundo e s ausencia de problemas, todo esta bien. La paz de Dios es gobierno sobre las circunstancias, absoluto dominio de lo externo desde lo interno. Sabemos que es mas fuerte el que esta en mi que el que está en el mundo, pero no lo aplicamos de manera práctica. Parece que eso fuera una frase motivadora solamente cuando en realidad estamos ante un código de vida que nos lleva a tener paz, aunque afuera el mundo se esté cayendo a pedazos.
La iglesia tiene el poder de modificar las circunstancias, pero no será con el uso de una frase mágica al estilo película de cine. Se requiere un programa metódico, sistemático de discipulado de una buena porción de sus miembros en la que el objetivo sea que cada creyente se apropie de su identidad de hijo y de su habilidad de gobierno desde la sujeción personal al Señor.
Es tiempo de volver al discipulado uno a uno en el que, cada creyente sea instruido en justicia para que se reconozca a si mismo como hijo de Dios revestido de autoridad.
Los dueños del capital creen hasta ahora que saldrán con la suya, creen que en verdad son dueños del poder, que están ganando algo, pero están equivocados radicalmente y en días no muy lejanos se toparan contra una pared solida y dolorosa llamada la verdad, la justicia de Dios, sus diseños, sus modelos y su palabra.
Sabrán que no pueden arrebatarnos nuestros hijos, que no pueden quitarnos nuestra identidad, que no pueden robarnos la paz, porque no es nuestra paz sino la de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
Ciertamente estamos ante una gran oportunidad, pero para que haya el disfrute completo de ella, se hace necesario un entendimiento correcto de nuestra identidad de hijos.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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