“Irene Vilar, fundadora
del Festival Ecológico Latino de Denver habla sobre
su lucha de haber vivido
un ecocidio; hasta un hecho que marcó su vida y su amor por la escritura “
La historia se remonta en su pueblito de su bello e inolvidable Puerto Rico, en donde sus memorias afloran y deja escapar aquellos recuerdos de haberse criado bajo una alta dosis de contaminación, tanto del agua, el aire y bajo un ambiente destruido, a la que nuestra misma personaje lo calificó como un ecocidio de proporciones casi inimaginables. Pero su libro de la vida, en la actualidad, da otro giro y busca un futuro mejor para sus hijas y los niños en general, visualizando que ese futuro sea saludable, impositivo y con valores que protejan a la Madre Tierra.
De ahí que el Festival Ecológico Latino de Denver se pueda contar bajo una historia correcta; de que hay valores compartidos y que tienen que ver con la cultura de los orígenes, de nuestros antepasados y genes que todavía son indígenas y no han muerto en nosotros…
Eso y mucho más encierra esta entrevista, como antesala del IV Festival y cuyo eslogan ha sido elegido: “Personas y Bosques Primero: Sombras de la Esperanza”. Evento programado del 13 al 15 de octubre en Denver.
Mamá, escritora…
Definir a Irene Vilar, la fundadora de este magno evento enfocado en el medio ambiente, no es difícil, pero tampoco fácil. Y ella misma nos introduce a ese diálogo: “Soy puertorriqueña, mamá, escritora y gestora cultural. Soy una amante de Colorado y obsesionada con el futuro de mis hijas y de los niños en general. Estoy totalmente comprometida en trabajar porque ese futuro sea saludable, impositivo y constructor; por ello estoy envuelta con el activismo ecológico”.
La escritora, que en esta ocasión intercambia la pluma y su labor por darle vida a una obra literaria, y se avoca a contar
parte de su historia tras una entrevista exclusiva con La Prensa de Colorado, con tintes realmente impresionantes y que dan vida a lo que son sus sueños hoy en día.
“Ahora escribo unas nuevas memorias y son un testimonio ecológico. Son esas memorias del pueblito donde crecí hasta los 9 años. Pinta una niñez preciosa a un nivel, de ese pasado idílico con los padres de la familia, mi familia. Pero también hay una historia que no conocía y me impactó mucho en lo físico y que se quedó de alguna manera ahí en mi mente, hasta que el momento apropiado surgiera y esas memorias salieran. Y, es el hecho que yo me críe en el sector industrial farmacéutico más contaminado del Hemisferio, o sea mi pueblo Barceloneta –es un Municipio que se encuentra en la región norte del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y fundado en 1881 por el español Bonocio Llenza Feliú, porque le traía gratos recuerdos de su tierra natal Barcelona, España-, y ese lugar era la casa de 14 farmacéuticas que violaban continuamente todas las leyes de la EPA. Así que yo me críe con una alta dosis de contaminación en el agua, en el aire, bajo un ambiente destruido; un ecocidio de proporciones casi inimaginables. Me
críe con eso. Ese fue mi primer encuentro, pero fue un encuentro inconsciente, en el sentido de que eso estaba ocurriendo en mi pueblo y yo no lo sabía de una manera consciente. Pero mi cuerpo lo sabía. Fue así que ahora emprendo una vida de activismo cultural como escritora, editora, donde llego a Colorado, me caso, tengo a mis niñas y me encuentro con un lugar que no puedo pensar en la naturaleza porque prácticamente lo tengo en la cara todo el tiempo.
Es un estado precioso y que de alguna manera ha preservado en un 42% de sus tierras y eso, junto con convertirme en mamá y enfrentar esa preocupación por el futuro de mis hijas era pues inevitable que me viera de frente con el tema ecológico, del medio ambiente y el hecho de que hemos llegado a nuestros límites, hice como una especie de transferencia de mi activismo cultural al medio ambiente, guiado con la maternidad”.
Para Irene, hay una pasión por ser escritora y verse relacionada con los libros. Precisamente, como lectora ve otro ángulo y toma mayor responsabilidad su pasión, ya que los libros se han convertido como su casa portátil, es su patria portátil. “Yo soy inmigrante y comparto con todos los inmigrantes la experiencia de la vida, del desarraigo, de reinventarte, de generar nuevas alianzas en un lugar donde no te sientes que perteneces totalmente a ese mundo. Antes de ser escritora, los libros fueron como ese ático de Anne Frank, donde uno encuentra refugio; pero también aprende de la vida. Porque Anne Frank tenía cada mañana que levantarse y pedirle permiso a toda esa gente extraña alrededor de ella para existir y negociar cada día su existencia.
Ella fue forzada en ese exilio, en esa diáspora en el ático a observar e interpretar los pequeños signos de todo el mundo y esa es la clave esencial para un escritor; pero también esencial para todo ser humano que aspira a ser tolerante y que aspira a ser un ciudadano global. Es ser capaz de observar y entender al otro. Para mí la lectura realmente fue Anne Frank, fue quien me abrió las puertas de otros libros. La escritura y lectura siempre ha sido para mí como una patria portátil. Es ahí donde yo pertenezco”, agregó.
El Festival Ecológico Latino de Denver tiene una relación con ella misma y no sólo por ser la fundadora, sino porque piensa que todo está conectado entre sí. Al volverse ella mamá y ver que su futuro pudiera estar en riesgo, es que se ve desesperadamente en crear una familia gigantesca, la cual pueda comprometerse con ella misma para que un futuro inminente, sea un futuro viable.
El impacto
Ya son tres festivales realizados y ya se puede apreciar su impacto en torno al medio ambiente, principalmente porque se ha podido crear familia en su entorno, se ha logrado congregar varios niveles de familia. La entrevistada destaca que se ha logrado triunfar en congregar a líderes latinos de todo el país que nunca antes se habían conectado, que
trabajaban de una manera directa o indirecta con el medio ambiente, ya sea por medio del sector salud, educación, comunidades tóxicas o la inmigración, pero todos guiados con algún tipo de preocupación ecológica.
“Hemos logrado unir a esta gente y ofrecer como un tipo de hogar. Se han creado colaboraciones increíbles y hasta yo sé de 60 colaboraciones que surgieron tras estos encuentros del festival. A otro nivel hemos creado y triunfado en realmente comenzar a destruir las narrativas de estereotipos que han influido mucho en la percepción de los hispanos, en el sentido de que piensan que no nos importa el medio ambiente, de que no somos líderes y de que no estamos en el movimiento porque no nos interesa. El festival nació porque soy escritora y yo quería contar la historia correcta, de que compartidos los mismos valores ecológicos; valores que tienen que ver con nuestras culturas de orígenes y de nuestro pasado, porque tenemos genes que todavía son indígenas y no han muerto en nosotros. Tenemos valores muy pro-madre tierra y cuando se nos dan los recursos y cuando las vías están ahí para la participación, sí lo hacemos y lo hacemos de una manera impactante. Esas son las historias que quería contar y que ahora gracias a reseñas y publicaciones que han salido tanto a nivel nacional como internacional, se han logrado contar esas historias correctas, porque los cuentos que contamos, son las guías de nuestras propias acciones”, mencionó.
Tomando café, sin soltar su inseparable computadora, llena de mensajes y papeleo relacionado a este festival, en una ciudad multicultural y a las faldas de las montañas, no podíamos estar en una ciudad mejor que no fuera Boulder, para dejar que el espíritu vuele y nos atrape en un medio ambiente especial, como lo es este mismo tema y precisamente, Irene Vilar, señaló como muy importante y en torno a la comunidad hispana, que “lo único que tenemos -que más que aprender-, es recordar nuestros orígenes culturales, que venimos de países y culturas que realmente han cultivado por más de 20 mil años un liderazgo y una conexión con la tierra muy fuerte e íntima. No es tanto aprender, sino hay que recordar a nuestros hijos cuáles son esos valores que vienen de un pasado espiritual, religioso y también hay que apostar por nuestros hijos y su educación, porque hay mil maneras nuevas de cómo poder liderar el futuro ecológico de nuestro planeta y están ahí, disponibles y nuestros hijos pueden ser esos líderes”.
Puerto Rico y sus sueños
Como ya se ha anunciado oficialmente, incluso en una edición de esta Casa Editorial, del 13 al 15 de octubre se llevará a cabo el Festival Ecológico de Denver en su cuarta edición, un evento que permitirá a la comunidad conocer más de los recursos naturales que ofrece Colorado, con actividades gratuitas, talleres y que en esta ocasión lleva como eslogan: “Personas y Bosques Primero: Sombras de la Esperanza”. Además, la Cumbre de Liderazgo, cuya misión es discutir soluciones para una mejor promoción del medio ambiente local y global y en esta ocasión dicha cumbre es en honor del Amazonas, el Refugio Nacional Ártico y se destaca a Puerto Rico.
Precisamente, Isla que para Irene Vilar representa mucho.
“Puerto Rico es mi familia, es mi abuelita Lolita Lebrón. Es mi madre, es el lugar donde he llorado y reído más en mi vida y, aunque fueron nueve años, fueron los más impactados. Puerto Rico es la isla que llevo dentro. Es Latinoamérica y es la parte de mí que cultiva mi sueño panamericano y bolivarense… porque si no fuera puertorriqueña, no podría tener eso”, dijo.
Al hablar de sueños, fue clara: “Es que mis niñas, sobrinos, todos los niños y las próximas generaciones puedan realmente vivir en un planeta viable para la vida humana”.
“No lo he superado…”
Hay episodios difíciles en su vida, que sólo la historia podría dejarse desprender de las hojas de un libro. Pero hoy, la fundadora del Festival Ecológico Latino de Denver, confía en La Prensa de Colorado y saca del baúl de los recuerdos esa parte del ayer…
¿Qué ha sido lo más difícil para ti?
_ “Lo más fuerte en mi vida sigue siendo un reto. No lo he superado, pero es como procesar la diáspora, es como reconciliar mi historia política y familiar, es recordar que mi abuela estuvo prisionera 27 años en este país (EE.UU.) y yo me críe con esa idea de que Estados Unidos era un lugar que puso a mi abuela Lolita Lebrón en una cárcel. Sin embargo, es el país donde vine a estudiar, donde me enamoré, parí a mis hijas, es donde estoy criando hijas latinas y que implica que también son norteamericanas, ¿cómo yo puedo sentir que soy parte de eso? y no sentirme como un injerto. Ese proceso nos envuelve a un nivel político, pero a un nivel íntimo envuelve el precio que mi vida tuvo que pagar por los actos épicos de mi abuela; mi madre se suicidó en parte por caso de una depresión crónica que tuvo que ver con todo ese proceso y después mi diáspora en este país fue impulsada por ese suicidio; entonces es como reconciliar la historia política, personal y la historia de migración en mi vida y sentirme que yo pertenezco aquí”, respondió.
Finalmente, al mencionar qué ofrece este IV Festival Ecológico Latino de Denver, señaló: “Ofrece básicamente una versión de una casa llena de elementos culturales que nos reconectan con nuestros países de orígenes, que celebran nuestra cultura, nuestro pasado y amor por la Madre Tierra; el respeto de nuestra tierra misma. Nos recuerda a nuestros hijos nacidos acá, o criados acá, sobre la riqueza cultural que ellos traen en su sangre y todo eso lo verán a través de escritores maravillosos, músicos, cineastas, películas, cortos ecológicos animados de nuestros países; líderes latinoamericanos que nos visitarán y líderes latinos de Estados Unidos. Verán una pequeña feria de libro con talento local, prácticamente verán una especie de micro cosmo del encuentro de nuestra cultura con nuestro antepasado ecológico”.