Por Enrique Monterroza
En ocasiones podemos llegar al punto en donde la espera para ver concretada aquella promesa que recibimos de parte de Dios se hace muy larga.
Todos aquellos que hemos recibido alguna promesa de parte de Dios podemos decir que el esperar a que se concrete no es fácil, más aun cuando vemos que el tiempo pasa y aquella respuesta que esperamos no llega y lejos de verse venir la vemos cada día mas lejos de cumplir.
Y es que la desesperación por ver concretada dicha promesa puede llevarnos a desesperarnos, a cansarnos o a simplemente renunciar a esa espera y olvidarnos de lo prometido.
Nuestra actitud frente a la espera muchas veces no es la correcta.
Y es que la mayoría de nosotros quisiéramos ver respuestas instantáneas, rápidas, pero la realidad es que Dios trabaja en un tiempo perfecto suyo y no mío.
Cuando Dios te hace una promesa, Él la cumplirá, lo único que necesita de nosotros es que sigamos creyendo, pero el cansancio por la espera nos puede llevar a desistir o renunciar a recibir aquello que tanto anhelábamos.
La Biblia dice sobre Dios: “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números 23:19 (Reina-Valera 1960). En pocas palabras Dios cumple lo que promete.
Este mismo versículo en otra versión de la Biblia dice: “»¡Dios no es como nosotros! No dice mentira alguna ni cambia de parecer. Dios cumple lo que promete.” Números 23:19 (Traducción en lenguaje actual).
No dejes que el cansancio de la espera agote tu fe, no permitas que el tiempo que pase te haga creer que Dios ya no cumplirá lo prometido. Al contrario, sigue creyendo, aférrate a su Palabra y a la promesa de que él cumple lo que promete.
No importa cuanto tiempo pase, porque lo que si tienes que estar seguro es que Dios cumplirá en un tiempo el cual es perfecto como Él mismo.
Dios tiene los tiempos medidos, a Él no se le escapa detalle alguno y aunque muchas veces pensemos que se ha olvidado o a cambiado de parecer sobre una promesa en concreto, debes recapacitar y recordar que su memoria es perfecta y sus promesas se cumplirán tal y como las declaro.
¡Que la espera no agote tu fe! ¡Fortalece tu fe en su presencia! ¡Ve y búscalo!