• October 9, 2024

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Quiero hacer tu voluntad oh Dios

Nadie dijo que hacer la voluntad de Dios es fácil, sin embargo su voluntad es la que debemos llevar a cabo.

A veces nos encontramos en un momento en donde debemos elegir entre hacer lo que nosotros creemos que tenemos que hacer o hacer lo que Dios quiere que hagamos.

Obviamente cada una de las decisiones que tomemos darán como resultados cosas buenas o malas dependiendo la voluntad que elijamos.

Sin elegimos hacer nuestra voluntad antes que la de Dios lo más seguro es que nos ira mal, sin embargo si elegimos hacer la voluntad de Dios antes que la nuestra debemos tener la seguridad que nos ira bien.

El salmista David comprendió lo que significaba hacer la voluntad de Dios por esa razón escribió estas palabras en el siguiente salmo:

“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me lleve hacia delante con pasos firmes.”

Salmos 143:10 (Nueva Traducción Viviente)

En primer lugar David le dice a Dios: “Enséñame a hacer tu voluntad”, eso quiere decir que hacer la voluntad de Dios es aprendido, no es cosa fácil, se requiere de un proceso para aprender y muchos de nosotros hemos entrado en ese proceso y al no hacer la voluntad de Dios sino que la nuestra hemos aprendido a que dejar de hacer lo que Dios quiere para hacer lo que nosotros queremos es incorrecto y nos trae consecuencias negativas.

También David decía: “Que tu buen Espíritu me lleve hacia delante con pasos firmes”. Y es que se requiere de pasos firmes para avanzar hacia la voluntad de Dios porque en muchas ocasiones nuestra voluntad se quiere anteponer a la voluntad de Dios.

Hoy te quiero preguntar: ¿Estás llevando a cabo la voluntad de Dios o estás haciendo tu voluntad?, cada uno de nosotros debemos examinar que clase de voluntad es la que estamos llevando a cabo en este momento y si detectamos que estamos haciendo lo que nosotros creemos conveniente antes de hacer lo que Dios nos ha mandado a hacer, entonces es hora de REACCIONAR y comenzar a hacer la voluntad de Dios.

Pidámosle a Dios que nos enseñe a hacer su voluntad y que también nos de la fuerza para avanzar con pasos firmes hacia ella, pues solo de esta manera encontraremos las bendiciones que tanto anhelamos.

Muchas veces dejamos de experimentar las bendiciones de Dios porque decidimos equivocadamente hacer nuestra voluntad antes que la del Señor.

¡Examina tus caminos y observa si en ellos esta Dios rigiéndote y tu obedeciendo! “Dios mío, cumplir tu voluntad es mi más grande alegría; ¡tus enseñanzas las llevo muy dentro de mí!”

Salmos 40:8 (Traducción en lenguaje actual)

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