La Prensa de Colorado 
Por Pastor Pedro H Gonzalez
Me pregunto si alguno de los lectores se ha quedado esperando alguna vez la respuesta a una oración? ¿Sabemos que él nos oye verdad? Veamos lo que dice la biblia:
1 Juan 5:14-15 “Y esta es la confianza que tenemos en El, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
Porque entonces ocurre algunas veces que nuestras oraciones parecen no ser respondidas? La respuesta nos la da la misma biblia. Santiago 4:3 “Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”.
El éxito de una oración no es otro que el pedir de acuerdo a Su voluntad no a la nuestra. La mayoría de creyentes piden de acuerdo a su necesidad o sus anhelos, o la expectativa de sus propios deleites y esas oraciones mayormente se centran en nosotros mismos como lo explica la biblia, pero la oración del entendido, del que es verdaderamente hijo, la oración del que conoce a Su padre, es una oración que emana de un carácter de justicia y esa oración es eficaz. De nuevo hay que ir a la biblia donde se nos dice que la oración eficaz del justo puede mucho, pero es la oración del justo la única que es eficaz, porque? Porque Dios oye a sus hijos y escucha a los demás. En los primeros la respuesta es segura, porquela petición siempre está ajustada a Su voluntad, en los segundos la respuesta de tres vías: No, Sí o más tarde. Es decir que de todas formas él responde pero no siempre la respuesta es sí.
Cuando nos sabemos justificados, nos entendemos justos y oramos desde esa posición no desde la necesidad, entonces podemos razonar con Dios a partir de su carácter de justicia y desde nuestra posición de justos, eso hace la diferencia respecto a la respuesta.
Cuando Dios le aviso a Abraham que iba a destruir Sodoma y Gomorra, Abraham razonó con Dios de esta manera en Génesis 18:23 y 25 “Y se acercó Abraham y dijo: Destruirás también al justo junto con el impío? Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El juez de toda la tierra”.
Hay que notar que Abraham le habla a Dios, razona con él y lo hace desde una posición de conocimiento del carácter de Dios. En este punto Dios ya no tiene muchas opciones y Abraham lo entiende por eso empieza pedir que la ciudad no sea destruida si es que se hallaren en ella 50 justos; el va rebajando la cantidad y Dios va cediendo terreno al punto que la última escala de misericordia por la ciudad se plantó en 10 justos, desde luego en Sodoma y Gomorra no se hallaron ni siquiera 10 por lo cual fue destruida después de que Dios mediante angeles sacará Lot de allí. No se salvó ni aun la mujer de Lot que fue convertida en estatua de sal por desobedecer la orden de no mirar hacia atrás.
Lo que queremos hacer notar es que cuando razonamos con Dios, es decir cuando oramos desde una posición de hijos, conociendo Su voluntad y su carácter, es muy difícil por no decir que imposible, que El Señor no responda nuestras oraciones, a nuestro diálogo nuestras peticiones.
Conocer a Dios en su carácter de justo, de misericordioso pero sobre todo conocerlo como Padre, nos dará el ascendiente que necesitamos para que nuestras oraciones se hagan eficaces y todas nuestras peticiones sean concedidas, porque ya no pediremos para gastar en nuestros propios deleites, sino que pediremos sabiendo como y cuando.
Se que se está despertando un ejército de entendidos en el mundo entero que han empezado a pedir de acuerdo a la voluntad del Padre y veremos una serie de respuestas de tal magnitud que creará un tsunami espiritual. Mios ojos lo ven y ya y mi alma y corazón se alegran y regocijan en El Senor.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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