González-Flores “Oficializan la nueva Coalición Santuario de Metro Denver,
con miras de apoyar a familias latinas que podrían enfrentar
una deportación; para evitar salir se estarían refugiando
dentro de una iglesia.”
Ante la inminente deportación que estarían viviendo varias familias de Denver y debido a su interés de seguir luchando por su propio sueño dentro de los Estados Unidos, cinco congregaciones se han unido para crear la nueva Coalición Santuario de Metro Denver y estar preparados y unidos para darle albergue a las personas que finalmente decidan refugiarse en la First Unitarian Society de Denver.
Tras el anuncio oficial promulgado en la misma iglesia que se ha declarado lista para fungir como Nuevo Santuario, en el cual el Reverendo Mike Morran, al mismo tiempo de invitar a todas las comunidades de fe a unirse a la coalición, dijo que “porque cada una de nuestras tradiciones valora el amor, la justicia y la dignidad, extendemos la invitación a todas las comunidades de en el fe en el área metropolitana a unirnos en formar una coalición de interreligiosos y multiétnico, asegurando un santuario para miembros inmigrantes de nuestras comunidades”.
Antes de la ceremonia inaugural y en entrevista exclusiva para La Prensa de Colorado con Jennifer Piper, de Comité de los Amigos Americanos (AFSC, por sus siglas en inglés), al referirse a esta nueva estrategia o misión, es que las iglesias que se han unido se han preparado para ello, han realizado un proceso muy importante sobre su rol y papel que ellos estarán tomando para el respaldo que estarían dando a las familias que en su momento, si así pasa finalmente, en su resistencia a la deportación”.
Además agregó, que esta coalición es en respuesta a los mismos miembros de la comunidad inmigrante que están enfrentando sus procesos legales finales y que no quieren salir del país. “Ellos están en un proceso difícil y quieren seguir peleando por evitar su deportación, educar al público y quieren enfrentar este reto, y llegado el momento si no se puede anular su deportación estarían haciendo algo similar al caso de Elvira Arellano, entrarían a vivir a la iglesia y la iglesia misma también tiene ese compromiso de respaldar al inmigrante; pero antes, habrá ese apoyo, se les respaldará en sus audiencias y ojalá no se llegue al paso final que es el Santuario. Todo es un proceso, incluso hasta para entrar al mismo Santuario, ellos (los inmigrantes) tendrán que valorar sus pros y contras, si es lo correcto o no. Estamos dispuestos a apoyarlos en esa lucha”, agregó la entrevistada.
Cabe destacar, que la Iglesia First Unitarian Society de Denver será como la casa física de las personas que al final tomen la decisión de arroparse como último recurso y este inmueble religioso sea como su nueva casa, su hogar.
Mientras que otra iglesia, Chadash Community Church of Christ, en donde la Reveranda Anne Dunlap también ha jugado un papel importante en este paso, y aunque no cuenta con un edificio que pueda albergar a las familias inmigrantes, pero literalmente está ofreciendo un santuario del espíritu y a la Reveranda Dunlap le podrán llamarle a cualquier hora y ella estará ahí, apoyando y respaldando a las familias, como hasta el momento ha venido haciéndolo.
Piper, dijo que debido a las situaciones de las familias, ante la proximidad de que sus casos puedan llegar al final, fue que se decidió crear esta nueva Coalición Santuario Metro Denver y apoyar a esas personas.
Ante la pregunta de que si la policía o agentes de Inmigración pudieran ingresar a este Santuario, la líder de AFSC, señaló: “Porque es pública la resistencia no tiene razón para que entren a la iglesia. Es importante señalar que el movimiento no está pretendiendo esconder personas de las autoridades, hay un proceso de por medio, se hará público cuando estén entrando al Santuario si esto ocurre finalmente. Hasta el momento las autoridades no han entrado a una iglesia desde 2006. Sabemos que sí hay un riesgo, las mismas personas lo saben, y estamos preparados para ese momento, sobre qué haríamos”.
“Antes de que se pudiera llegar a este punto, queremos acompañar a estas familias en sus citas con la misma ley, habrá que dar luz a sus casos y evitar que se llegue a ese punto final. Esa es la meta, prevenirlo, pero si no, no habrá otra opción”, acotó.
Aunque Jennifer Piper no quiso abundar mucho en detalles, dijo que alrededor de 10 familias están viendo esa posibilidad de refugiarse en el Santuario. “Algunos podrían estar decididos, otros quizás aún lo piensen más. Esto es un gran sacrificio, no es fácil, hay un riesgo que pudieran ser detenidos si salen de la propiedad como le ocurrió a Elvira Arellano. Tendrán que aprender a convivir en otro espacio, ante nuevas circunstancias, por eso es muy importante prepararlos, que conozcan antes a las personas con las que estarían conviviendo en su nueva casa, la iglesia, estarán ofreciendo muchas entrevistas. Ellos (las familias) son los que finalmente están tomando el mayor riesgo”.
En ningún momento abundó más sobre las familias, sólo que entre ellos puede haber niños también, que no enfrentan el proceso de deportación, pero que tienen que estar al lado de sus padres o de quien esté enfrentando la deportación.
Sobre algún caso que recordara sobre alguna iglesia de Colorado que pudiera haber hecho esta misión, Piper mencionó que “desde los 80’s participaron algunas iglesias de Colorado para ayudar a la comunidad centroamericana que venía huyendo de sus países.
Pero ellos tuvieron que entrar por Canadá y algunas de estas personas buscaron quedarse en los Estados Unidos. Ellos en ese entonces recorrieron varias partes de EE.UU. compartiendo sus historias, porque en ese tiempo muchos ciudadanos no sabían cómo nuestro gobierno estaba respaldando a los dictadores y a la violencia centroamericana y en este entonces nuestro gobierno no aceptó a los centroamericanos como refugiados o bajo la protección de asilo porque fuimos aliados con sus gobiernos y esos gobiernos son los que estaban persiguiendo a esta gente. Por eso pidieron el asilo en Canadá. Por eso ahora lo denominamos como el nuevo movimiento de santuario, ya que el primero fue en los 70 y 80’s y el segundo, con Elvira Arellano”.
Por su parte, la Reverenda Anne Dunlap, agregó que “como el Presidente y el Congreso siguen posponiendo cambiar las mismas políticas que dañan a nuestras comunidades, nos sentimos particularmente llamados a declarar públicamente nuestro compromiso. Hagamos lo que ellos no han logrado hacer, a pararnos codo a codo con la comunidad inmigrante, a declarar su dignidad humana y reconocer sus contribuciones sagradas como miembros de nuestras comunidades mismas”.
