Por Pastor Pedro H Gonzalez
Un saludo sincero y cordial para cada lector de La Prensa de Colorado.
Vivimos tiempos muy interesantes, para la mayoría de los que leen, son tiempos que nunca antes se vivieron este tipo de eventos y sin embargo las buenas noticias es que la mayoría saldrá vivo de esto para contarlo.
Me ha parecido muy llamativo la manera como las personas responden a esta situación.
Puedo identificar al menos tres grupos de personas en la manera como reaccionan.
Los primeros son los hombres de mundo, no tienen una creencia solida de Dios (algunos simplemente se declaran ateos) pero si que la tienen en la ciencia, nada que yo vaya a censurar en esta página pero solamente lo digo para que se entienda la reacción que ellos tienen frente al tema actual.
El siguiente grupo es el de aquellos que creyendo en Dios lo tienen como un ser superior, distante, ajeno, a quien hay que buscar para pedirle cosas, alguien que para darnos esas cosas nos va a pedir sacrificios, ayunos, y ofrendas; en otras palabras un Dios manipulador, castigador y ajeno a la verdad del Dios que nos presenta la escritura, capaz de enviar a su hijo a morir en la cruz para que todo aquel que cree, pueda gozar de esa eterna redención.
Este grupo de personas son eso, creyentes, practican una fe sincera pero incompleta; que no entiende plenamente al Dios al que sirve y que en gracias al sacrificio de Jesús ahora tiene un lugar en nuestro corazón. Ese Dios ya nos dio todo lo que podía darnos, todo esta dado pero los creyentes no lo saben, ellos se han quedado a medio camino, aun no se les ha revelado la plenitud que significa la entrega del hijo, no se ha llegado a la plataforma del hijo, luego para ellos se tiene que seguir pidiendo cosas y por supuesto haciendo sacrificios que en este tiempo ya Dios no pide pues ya todo está dado.
Romanos 8:32 “El que no escatimo ni a su propio Hijo, sino que lo entrego por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con las todas las cosas”?
Las cosas están Cristo pero el creyente que ignora esta realidad deja a Cristo por ir detrás de las cosas.
El tercer grupo de personas son los hijos, aquellos que ya saben, que conocen y que actúan de acuerdo a su posición no a su condición.
Para este grupo las circunstancias son temporales, cada una de las cosas que ocurren a su alrededor llega como una oportunidad para manifestar al Dios que los habita en la persona del Espíritu Santo.
Nada los saca de su campo de fe, ellos son hijos y por lo tanto herederos, dueños de los asuntos o negocios del Padre, ellos hablan con autoridad, no están temerosos ante la crisis del momento, ellos van anticipando los tiempos, entendiendo los tiempos y viven tranquilos sabiendo que si Dios los habita nada podrá derrotarlos.
Los hijos de Dios están en contacto permanente con el Espíritu Santo y reciben información privilegiada que se procesa en el espíritu y que les permite estar confiados aun en la tormenta.
Llegar a esa posición no es algo del otro mundo, el único requerimiento es la fe, pero no la fe del hombre que siempre pondrá un ojo en Dios y otro en el hombre, un pie en el Reino y otro en la tierra, esa fe esta dividida, esa fe no alcanza mas que un hombre imperfecto tratando de alcanzar perfección, pero la fe del Hijo es una fe que trae visión, que empodera.
La fe del hijo posiciona y trae un nivel de autoridad tal que le permitió a Jesús levantar a Lázaro de los muertos, ese tipo de fe es la que deposita en Dios en sus hijos.
El hombre del primer grupo no podrá entender esto, no lo puede digerir, su mente no da para tanto y por ende prefiere quedarse en la ciencia, en el conocimiento del mundo, es un asunto de incapacidad que se rompe con voluntad, el deseo de creer.
1 Corintios 2:14 14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Los creyentes están mas cerca pero tienen todavía puestos sus ojos en el hombre, en el líder espiritual, son ellos en alguna manera perezosos no queriendo avanzar y esperando que otros avancen por ellos.
La invitación es para meternos en la posición y plataforma del hijo para poder vivir una vida en victoria.
Si quiere conocer cómo, conéctese a nuestras redes sociales y empiece el poderoso camino que lo llevara a vivir la fe del hijo.
Soy el Pastor Pedro H. Gonzalez de la Iglesia Embajada del Reino.
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